Los dos hombres dijeron a Lot:
no mires hacia atrás
19: 12-22

Los dos hombres dijeron a Lot: no mires hacia atrás ESCUDRIÑAR: ¿Por qué fue tan seguro para Lot a aventurarse a salir a las calles de Sodoma? ¿Tiene dudas Lot a salir de su ciudad condenada? ¿Por qué él no tuvo ninguna influencia en las personas más cercanas a él? ¿Qué hicieron finalmente los ángeles, para sacarlos de allí? ¿A dónde huyeron? ¿que retrasó a los ángeles en la destrucción de las ciudades de la llanura? ¿Cómo es esto una imagen del Rapto de la Iglesia?

REFLEXIONAR: En la crianza de los hijos se puede decir que, es mejor ser “sacado de” que “ser enseñado sobre.” ¿Cómo puede el compromiso de un padre con el mundo afectar a sus hijos? Dado que Yeshua dijo que la vida seguiría como siempre hasta el mismo día en que el Hijo del Hombre venga, ¿cómo afectará esto a la forma en que vivimos nuestras vidas? ¿Cómo debe influir esto en su ministerio?

El juicio del Señor era inminente. No había vuelta atrás. Luego (los dos hombres) le advirtieron a Lot: ¿Tienes otros familiares aquí? Saca de esta ciudad a tus yernos, hijos, hijas, y a todos los que te pertenezcan (19:12). Pero no había ninguno. No hubo fruto espiritual mientras él estuvo en Sodoma por todos esos años. En un ambiente de emergencia, los ángeles anuncian claramente sus intenciones. El éxodo de la familia de Lot tenía que suceder rápidamente, dijeron: porque vamos a destruirla. El clamor contra esta gente ha llegado hasta el SEÑOR, y ya resulta insoportable. Por eso nos ha enviado a destruirla. (19:13).

Debido a que los hombres de Sodoma fueron golpeados con ceguera, era seguro para Lot salir a las calles. Lot salió para hablar con sus futuros yernos, es decir, con los prometidos de sus hijas. Les dijo: ¡Apúrense!. ¡Abandonen la ciudad, porque el SEÑOR está por destruirla! Pero ellos creían que Lot estaba bromeando (19:14). Ellos se rieron y burlaron de él. Había vivido allí durante tanto tiempo como uno de ellos, sin hacer ninguna diferencia real, y ellos tomaron a su advertencia como una gran broma. Mucho antes de esa noche, Lot había perdido su credibilidad con los dos hombres que se comprometieron a convertirse en miembros de su familia. Como resultado, las dos hijas de Lot y sus yernos, y todos los demás ciudadanos de Sodoma perecieron.320 Este es un sobrio recordatorio para todos nosotros. Cuando un padre se compromete con el mundo (I Juan 2:15-17; ver también Santiago 4:4), puede tener resultados mortales dentro de su propia familia.

Así que al amanecer los ángeles insistieron con Lot. Exclamaron: ¡Apúrate! Llévate a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí (las otras dos hijas con sus esposos), para que no perezcan cuando la ciudad sea castigada (19:15). Pero cuando se le dijo que corrieran para salvar su vida Lot vaciló, porque su corazón estaba todavía en Sodoma. La orden de los ángeles a Lot no tuvo más impacto en él que su orden a sus yernos. Los instó a huir, pero él no quería ir. Como Lot titubeaba, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y los sacaron de la ciudad, porque el SEÑOR les tuvo compasión (19:16). Esta escena de Lot persistente y vacilante, que fue arrastrado a la seguridad, sería siempre un recordatorio para Israel.321

Cuando ya los habían sacado de la ciudad, uno de los ángeles le dijo: ¡Escápate! No mires hacia atrás, ni te detengas en ninguna parte del valle (porque toda el área va a ser destruida). Huye hacia las montañas, no sea que perezcas. ¡No, señor mío, por favor! — respondió Lot (19:17-18). Una vez más Lot intenta llegar a un arreglo. Les dice a ellos, “No, señores, por favor”! ¡Qué extraña manera de reaccionar cuando alguien le dice que su vida está en inminente peligro.

Tú has visto con buenos ojos a este siervo tuyo, y tu lealtad ha sido grande al salvarme la vida. Pero yo no puedo escaparme a las montañas, no sea que la destrucción me alcance y pierda yo la vida. Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, en la que podría refugiarme. ¿Por qué no dejan que me escape hacia allá? Es una ciudad muy pequeña, y en ella me pondré a salvo (19:19-20). Él le pregunta si él sólo puede escapar hasta Zoar, y da dos razones para no querer ir a las montañas. Primero el exagera la situación: Tú has visto con buenos ojos a este siervo tuyo, y tu lealtad ha sido grande al salvarme la vida. Pero él creía que no tenía tiempo suficiente para ir a las montañas, él dice: este desastre me alcance, y pierda yo la vida. En segundo lugar, el se sigue poniendo en peligro y dice: cerca de aquí hay una ciudad pequeña suficientemente cerca como para huir, sus habitantes son sólo unos pocos, por lo que pueden dejarme solo, ya que no puede haber muchos pecadores allí. Déjenme huir a ella, en ella me pondré a salvo. La ironía de la situación es que la ruina está a punto de golpear a Sodoma, y Lot está discutiendo acerca del camino de escape. Primero vacila en dejar Sodoma, entonces él especuló si tenía tiempo suficiente para escapar.322

A través de los ángeles, el Señor concedió a Lot su deseo y dijo: Está bien, le respondió; también esta petición te la concederé. No destruiré la ciudad de que hablas (19:21). Se da a entender en el pedido de Lot, que ellos también la iban a destruir. Sólo se salvó porque Lot estaba allí. Una vez más tenemos un despliegue de la gracia del Señor hacia Lot. Pero date prisa y huye de una vez, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí. Por eso aquella ciudad recibió el nombre de Zoar (19:22). En el texto hebreo hay un juego de palabras. La palabra hebrea para pequeño o pequeña es meitzar y Zoar en hebreo es en realidad tzoar. El tzoar es meitzar. El nombre original de la ciudad era Bela (14:8). Por lo tanto, Bela se convirtió en la única ciudad de las cinco ciudades de la llanura que sobreviviría a la destrucción, y esto fue sólo por la intercesión de Lot. Es interesante que él en realidad terminó en las montañas, donde el Señor le dijo que fuera en primer lugar. Al igual que el Rapto de la Iglesia (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Apocalipsis By El Arrebatamiento de la Iglesia), cuando llegue la ira, y esperen del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero (I Tesalonicenses 1:10), el Señor no podrá hacer nada hasta que estemos fuera de peligro (Apocalipsis 3:10).

Ellos no podrían seguir con su misión, mientras Lot estuviera allí. ¿Por qué? Debido a que Lot era un hombre justo (II Pedro 2:7). Su aborrecimiento por el pecado de los que le rodeaban era un indicador seguro de que era un creyente (Salmo 97:10; Proverbios 8:13, Romanos 12:9). A veces, Lot pudo haber sido materialista y moralmente débil, pero no quiso ser parte de las vidas de inmundicia de hombres sin ley. Pues este justo, que convivía con ellos y amaba el bien, día tras día sentía que se le despedazaba el alma por las obras inicuas que veía y oía (II Pedro 2:8). Él era un desastre en muchos aspectos; sin embargo, al igual que Noé y su familia, Lot se puso en contra del pecado de sus días y se negó a seguir las doctrinas demoníacas y las prácticas inmorales que impregnaban la sociedad antigua. Al poner de relieve la salvación de Lot, el Espíritu consuela a los justos del TaNaJ, recordándoles que no tienen nada que temer.323

Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio (II Pedro 2:9). Lucas registra las palabras de Jesús diciendo: Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y edificaban. Pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y acabó con todos. Así será el día en que se manifieste el Hijo del hombre (Lucas 17:28-30).

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