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Entonces Jacob dio a Esaú guiso de lentejas
y menospreció Esaú la primogenitura
25: 27-34

Entonces Jacob dio a Esaú guiso de lentejas y menospreció Esaú la primogenitura ESCUDRIÑAR: ¿Qué clase de hombre era Esaú? ¿Cuál es la opinión de Dios sobre Ya’akov? ¿Cómo sabemos esto? ¿Qué opina de Jacob y Rebeca cada uno teniendo un hijo favorito? ¿En qué sentido el Señor ama a Ya’akov y odia a Esaú? ¿Qué pensaba realmente Esaú de su primogenitura como hijo mayor? ¿Por qué Esaú no pasó la prueba suprema de su vida? ¿Hubo consecuencias? ¿Cuál fue el pecado de Jacob?

REFLEXIONAR: Jacob no tenia que negociar la primogenitura. ADONAI ya se la había dado a él. ¿Cuántas veces nosotros manipulamos a los demás para conseguir lo que queremos, en lugar de dejar que el Señor obre las cosas en Su tiempo y a Su modo? ¿Está su fe lista para la prueba suprema de su vida? ¿Alguna vez ha menospreciado las promesas de Dios a cambio de algún privilegio mundano?

Lamentablemente, las cosas de gran valor espiritual a menudo se manejan de formas profanas o maliciosas. Algunas personas tratan a las cosas espirituales y eternas con desprecio, porque las ven sin ningún valor. Y otros, aunque con respecto a estas cosas, hacen que las cosas de Dios les sirvan a sí mismos a través de la astucia y la manipulación. Esaú y Jacob podrían ser ejemplos de ambos tipos.409

Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un excelente cazador (25:27a) como Nimrod (10:8-12). En el contexto de Génesis, ser un excelente cazador tiene una connotación negativa, como lo fue con Nimrod. Y él era un hombre de campo, un hombre de mundo. Él decidió hacer lo suyo y no trabajar en la unidad familiar. Él era muy perspicaz y mundano.

A diferencia de su hermano, sin embargo, Jacob era un hombre justo. La NVI dice Jacob era un hombre tranquilo, y la RVG dice que él era un hombre quieto. Pero la palabra hebrea tam siempre se traduce en otros lugares como justo, perfecto, o recto, entero, completo, sin culpa o sin defecto. Por ejemplo, cuando se habla de Noé, la Biblia dice: Noé era un hombre justo (tam) y honrado entre su gente (6:9). ADONAI dice de Jacob lo mismo que de Noé. Y de nuevo, cuando el Señor estaba hablando a Satanás Él le dijo:—¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job? No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto (tam) e intachable, que me honra y vive apartado del mal (Job 1:8). Una vez más, ADONAI pone a Ya’akov del mismo modo como a Job. Esto no significa perfección sin pecado, pero tiene el sentido de la justicia, o un hombre cuyo corazón es recto hacia Dios. Como resultado, la palabra tam nunca se traduce tranquilo o dócil en cualquier otro lugar en el TANAJ. Entonces ¿por qué se traduce así aquí? No porque no tiene sentido en el contexto, sino porque no se ajusta a las nociones preconcebidas de la gente sobre Jacob. Aquí está el principio de esta forma en que Ya’akov es retratado por la Escritura la cual es opuesta a la forma en que ha sido interpretada por muchos pastores, comentaristas e incluso algunos traductores de la Biblia. Se trata de una propuesta muy peligrosa (Apocalipsis 22:18-19).

Por lo tanto, ya que Jacob era un hombre justo, se quedó entre las tiendas de su padre (25:27 BTX). Lamentablemente, Ya’akov es a menudo retratado como un niño de mamá, pero esto no es lo que significa en absoluto. Jacob eligió la misma profesión que su padre, la de un pastor y los pastores vivían en tiendas de campaña. Este fue verdad en el caso de Abraham y en el caso de su padre Isaac. Ser pastor no era el trabajo para un débil. Más adelante veremos cuánto sufrimiento tuvo que soportar Jacob como consecuencia de ser un pastor (haga clic en el enlace y vea  Hr –  Labán persigue a Jacob. David sería un pastor, y no fue una tarea fácil, proteger su rebaño del león, y del oso (I Samuel 17:34-37). Yaakov eligió ser un pastor, y trabajar dentro de la unidad familiar y dentro del pacto, a diferencia de ser un cazador y un hombre de mundo como su hermano Esaú. Por desgracia, los padres reflejan el conflicto entre los dos niños gemelos.

Y prefería Isaac a Esaú porque la caza de éste era deleitosa a su boca, pero Rebeca amaba a Jacob (25:28 BTX). Dos padres imprudentes sólo añadían leña al fuego a los posibles problemas que Esaú y Jacob podrían haber tenido entre sí. Literalmente, el hebreo dice que Yitzjak había tomado partido por el gusto de su boca. Debido a que Isaac tenía una preferencia por la caza, tenía una preferencia por Esaú. No es exactamente un punto de vista espiritual, pero de nuevo Abraham era pecador y también su hijo. Suponiendo que Rebeca le dijo a su marido la profecía del SEÑOR cuando estaba embarazada, Isaac básicamente ignoró la elección de Dios. En algún momento parece que también Rebeca le habría dicho a Ya’akov su destino. ADONAI dijo: ¿No es Esaú hermano de Jacob? Pero a Jacob amé (o elegí) y a Esaú aborrecí (o no elegí) (Malaquías 1:2b-3a). Ella inicialmente favoreció Ya’akov porque quería seguir la voluntad de ADONAI. Y porque ella creía en ADONAI, sabía que Jacob era el hijo de la promesa y no Esaú. Como resultado, ella y Jacob se convirtió en almas gemelas, y Rebeca amaba a Jacob porque Dios amó a Jacob.

Jacob era un hombre justo y quería ver la voluntad de Dios cumplida. Él también quería servir a ADONAI y valoró el pacto que el SEÑOR había hecho con su padre Abraham. Las bendiciones materiales eran irrelevantes para él. Su madre le habría dicho que él era el único a través del cual el Mesías vendría. Además, al haber crecido con Esaú, él sabía que el único aspecto deseado de la primogenitura por Esaú fue el de los beneficios materiales. Él no quería ni valoraba los aspectos espirituales en absoluto. De hecho, la Biblia dice que Esaú despreció su primogenitura (25:34). Jacob había pensado en estas cosas durante años a medida que crecía. Pero en lugar de permitir que Dios obrara, como su abuelo Abraham antes que él, pensó tomar el asunto en sus propias manos, y un día se presentó la oportunidad.

Si sólo Ya’akov hubiera estado dispuesto a esperar el tiempo de Dios, qué diferente hubiera sido. La primogenitura habría sido suya de todos modos, pero él no estaba dispuesto a permitir que Dios se la diera. Pero nosotros hacemos lo mismo. Creemos al Señor en su palabra, pero nos cuesta esperar Su tiempo. El resultado es que nos trae problemas incalculables a nosotros mismos y a los demás. No es suficiente creer lo que ha dicho ADONAI, debemos esperarle con paciencia a Él (Salmo 37:7a).410

Un día, cuando Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le dijo: Dame de comer de ese guiso rojizo, porque estoy muy cansado. (Por eso a Esaú se le llamó Edom) (25:29-30). La palabra hebrea significa nada más que estar cansado. El hebreo dice literalmente: déjame tragar un poco de ese rojo. La palabra, tragar, implica voracidad. Irónicamente, este diestro cazador llegó a casa con las manos vacías y agotado.

Esaú se enfrentaría a una prueba suprema en los próximos minutos que iba a cambiar su vida. La verdadera prueba de vida es nuestra fe personal, y lo que sucede después revelará quien era Esaú en realidad. Él nunca hizo una decisión en su vida para elegir creer en las promesas de Dios, nunca tuvo fe. La fe está creciendo continuamente, y cuando una crisis llega actuamos, no únicamente en función de lo que queremos en ese momento, pero sí de acuerdo con quien realmente somos, nuestras acciones son la expresión de nuestra fe real. Quienes somos en realidad sale instintivamente, este fue el caso de Abraham. Cuando la prueba suprema de su vida llegó él tenía 60 años de preparación para ese momento, y pasó con creces. Él estaba dispuesto a sacrificar a Isaac a causa de su fe en ADONAI, esto fue la fe en acción. Esaú está frente a su prueba, y fracasó porque la fe en el Señor nunca se había construido en su vida.

Respondió Jacob: Véndeme hoy tu primogenitura (25:31 BTX). Ya’akov hizo una proposición a Esaú, tal vez en un principio sólo en broma, sin esperar realmente que Esaú la aceptara o no. La primogenitura era el derecho a prevalecer sobre sus hermanos. El primogénito tenía la posibilidad de vender su primogenitura, y en lo que se refiere a Jacob, contenía cuatro elementos. En primer lugar, incluye beneficios físicos debido a la muerte del padre, el primogénito recibía una doble porción de la herencia del padre (Deuteronomio 21:17); en segundo lugar, incluía beneficios espirituales porque él iba a ser cabeza y sacerdote de la familia (I Crónicas 5:1-2). Por lo tanto, el hijo mayor tenía algunas responsabilidades mayores. Él debía presidir el hogar y proporcionar material y espiritualmente para ello. Estas responsabilidades espirituales eran particularmente importantes (18:19). En concreto, se suponía que debía construir y oficiar en el altar, así como predicar la Palabra de Dios y sus promesas (22:9; 26:25). En tercer lugar, se incluye estar en la línea mesiánica porque fue la primogenitura del pacto del SEÑOR con Abraham; y en cuarto lugar, se incluyó la posesión de la tierra de Canaán. La pérdida de la primogenitura podría ocurrir si se cometía una grave ofensa. Rubén cometió incesto (35:22, 49:4) y perdió su derecho como el primogénito de las doce tribus.

Todo esto era formalizado en el momento en que el padre bendecía al primogénito. Del mismo modo que escribimos un testamento hoy, había una ocasión en la familia donde el padre, de una vez y para siempre, sancionaba la confirmación de la primogenitura al bendecir a un hijo en particular. En ese sentido, la decisión final de la primogenitura era del padre. Así que en teoría, Isaac podría haber anulado aquí la tonta decisión de Esaú y todavía darle la bendición. Por eso vemos el engaño de Jacob en el capítulo 27. Y eso puede ser una de las razones de la actitud aparentemente frívola de Esaú hacia la primogenitura en ese momento. Pensó: “Papá me ama más y sin duda me bendecirá, no importa lo que haga aquí.”

Esaú vivió siempre para el disfrute sensual del momento y dijo a su hermano: Entonces dijo Esaú: Igual me voy a morir. ¿De qué me sirve la primogenitura? (25:32 BTX). Este es otro caso en el que la gente ha difamado a Jacob porque toman las palabras de Esaú demasiado literalmente. Pero en realidad Esaú está exagerando, al igual que alguien que llega a casa después del trabajo y dice: “me muero de hambre.” Esa persona puede tener hambre, pero seguramente no es para morir de hambre. Lo mismo ocurre aquí con Esaú. Abraham era un hombre muy rico y todo lo que Esaú tenía que hacer era ir a la siguiente tienda de campaña y podría haber tenido toda la comida que quisiera. Luego él racionalizó: ¿De qué sirve la primogenitura?. Bueno, había una gran cantidad de beneficios espirituales, pero él no estaba preocupado por eso.

Y dijo Jacob: ¡Júramelo hoy! Y le juró, y vendió su primogenitura a Jacob (25:33 BTX). Este juramento es lo que haría que esta venta fuera legal y vinculante. Algunas personas ponen en peligro o venden lo que Dios realmente tiene para ellos por alguna gratificación instantánea. Pero la Biblia dice: Buscad, pues, primeramente el reino y la justicia de Él, y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:33 BTX). Al igual que Ismael fue excluido de la bendición prometida porque nació según la carne, Esaú perdió la bendición prometida debido a su disposición que fue igualmente según la carne.411

Entonces Jacob dio a Esaú pan con potaje de lentejas, y él comió y bebió, se levantó y se fue. Así despreció Esaú la primogenitura (25:34 BTX). No hay nada en este pasaje que implique que Jacob tomó ventaja injusta de Esaú. La evaluación de Dios de la situación es que Esaú despreció, o trató a su primogenitura como algo sin valor. Por lo que podemos ver, Dios no tenía lugar en su vida. La Biblia dice: que no haya ningún fornicario, o profano, como Esaú, que por una comida vendió su primogenitura (Hebreos 12:16). Pero esto no justifica la conducta de Jacob en este asunto. Él hizo las cosas mal por la razón correcta, sin embargo, el fin no justifica los medios.

Jacob, por supuesto, debería haber estado dispuesto a dejar que ADONAI obrara en este problema. El Señor ciertamente habría invalidado la situación, incluso si Yitzjak no hubiera estado dispuesto a dar Ya’akov la primogenitura como Dios le había mandado. Sin embargo, el pecado de Jacob no era un pecado de codicia o el chantaje, sino más bien una falta de fe. Él lo deseaba fuertemente para ver Sus propósitos avanzar y sentía que debía ayudar con sus propias acciones. Este pecado, por supuesto, es uno de los que nosotros podemos ser culpables. Abraham e Isaac mismo sufrieron mucho mayores deslices de fe que este.412

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