Siete vacas gordas y siete vacas flacas,
siete espigas llenas de grano
y siete espigas marchitas
41: 14-24

Siete vacas gordas y siete vacas flacas, siete espigas llenas de grano y siete espigas marchitas ESCUDRIÑAR: ¿Cómo José da a ADONAI el crédito ante el Faraón y su pueblo? ¿Cómo José había cambiado desde que dio a su familia la interpretación de sus propios sueños? ¿De qué dos maneras José prefigura la vida de Cristo?

REFLEXIONAR: Al igual que Yosef, ¿quién resistió la tentación de sentir orgullo por sus propias capacidades, cuando tendría que haber dado a Dios el crédito por algo que Él hizo en su vida?

Faraón no perdió tiempo en enviar por José. En circunstancias normales, probablemente no habría buscado la ayuda de un hebreo, y mucho menos uno en la cárcel, pero no tenía a quién recurrir. Qué imagen tiene que haber sido, el poderoso rey y el esclavo desconocido.638

Entonces Faraón envió a llamar a José, y haciéndolo sacar aprisa del calabozo, se afeitó, mudó sus vestidos y acudió a Faraón (41:14). 43. Así fue con nuestro bendito Señor. Los judíos podrían haberlo despreciado, los poderes de la oscuridad podrían haber causado estragos en contra de Él, los hombres malos podrían haber conspirado contra Él y lo crucificaron, pero era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio (Hechos 2:24b NVI). No, al tercer día Él resucitó al triunfar sobre su sepulcro, dejando sus ropa de entierro atrás, cambiando en un abrir y cerrar de ojos, levantado sin corrupción (Juan 20:6-7 y I Corintios 15:51-57). Qué bien esto fue prefigurado en el caso de José. Luego de afeitarse y cambiarse de ropa, se presentó ante el Faraón. La barba de José había crecido en la cárcel; cuando fue liberado, se afeitó. Los egipcios no aprobaban las barbas. Esta era la costumbre egipcia y habría sido una desgracia para él aparecer con una barba en presencia del rey.639

Faraón de inmediato le dijo su problema a José. El rey de Egipto dijo: He soñado un sueño, y no hay quien lo interprete. Era una creencia común en Egipto, que los dioses se comunicaban a través de sueños. Los magos y adivinos conservaban diferentes interpretaciones de los sueños del pasado en libros de sueños, que eran supuestamente fiables. Pero incluso los hombres “sabios de Egipto“, que fueron entrenados en este arte, no fueron capaces de interpretarlo, al igual que los sabios de la época de Daniel (Daniel 2:1-12). Y dijo Faraón a José: He soñado un sueño, y no hay quien lo interprete, pero he oído decir de ti que oyes un sueño y lo puedes interpretar (41:15).

En este punto, Yosef podría haber sido tentado a negociar con el Faraón. Se dio cuenta de que sus servicios eran muy solicitados en ese momento. Por lo menos que podía haber pedido su libertad a cambio de su interpretación del sueño del Faraón, pero en ese único momento de increíble oportunidad, el verdadero carácter de José fue revelado.640

José respondió a Faraón, diciendo: No es mérito mío, es Elohim quien dará a Faraón respuesta satisfactoria (41:16). Literalmente se lee: Dios responderá el shalom del Faraón. La palabra shalom a menudo lleva la idea de completo, perfección, o completamente, y eso es lo que quiere decir aquí. Dios le responderá a Faraón completamente.641 Por esta respuesta, Yosef exhibió un gran crecimiento en la madurez espiritual desde la época de sus propios sueños anteriores en Canaán. Entonces, él había antagonizado con su familia llamando la atención sobre su propia superioridad. Ahora, sin embargo, él se ganó la confianza y el respeto de un rey pagano y su corte por su habilidad propia y dando todo el crédito a ADONAI. Sus años de esclavitud y encarcelamiento de hecho le habían enseñado humildad y paciencia. En lugar de llamar la atención sobre los fracasos de los magos y haciendo hincapié en sus propias fuerzas, él actuó con la mayor cortesía y moderación, y dirigió toda la alabanza solo a Dios.642

44. Tanto José como Jesús fueron levantados por la mano de Dios. José respondió a Faraón, diciendo: No es mérito mío, es Elohim quien dará a Faraón respuesta satisfactoria (41:16). Es evidente que, sin la intervención divina, Yosef habría sido dejado languidecer en prisión hasta que morir. Fue Dios quien turbando el espíritu del Faraón en un sueño, provocó su liberación. El mismo José reconoció esto, como se desprende de sus palabras a sus hermanos más adelante: Por eso ’Elohim me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en esta tierra y para daros vida por medio de una gran liberación. Así que, no me enviasteis vosotros acá, sino Elohim. (45:7-8a). Así fue con nuestro Salvador, porque Dios lo levantó de la muertos (Hechos 2:24a, 2:32, 10:40).

Después de trece largos años de prisión, el Señor había despojado a Yosef de su yo carnal. No estaba pavoneándose en su túnica real de muchos colores que le había dado su padre. No estaba diciendo, “yo puedo hacerlo”; decía: y ya no vivo yo, sino que el Mesías vive en mí (Gálatas 2:20). Estaba diciendo: No puedo Yo hacer nada de mí mismo. Según oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 5:30). Él estaba diciendo que ser un servidor es la base del liderazgo. Yeshua dijo de sí mismo: porque ni el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45). Aquel que anuncia a Jesús también se convierte en un servidor. ¿Es usted un servidor? ¿A quién sirve? El servicio es la llave de oro que abre la puerta al éxito en el reino de Dios. Porque vosotros hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no uséis la libertad como oportunidad para la carne, sino servíos los unos a los otros por medio del amor (Gálatas 5:13); (vea el comentario sobre Gálatas Bu – Hermanos y hermanas, ustedes fueron llamados a libertad). Somos como bestias cuando muerden y se devoran unos a otros; somos como seres humanos cuando nos criticamos unos a otros, pero somos como Dios cuando servimos a los otros en amor. Eso es lo que hizo José aquí.

Entonces Faraón procedió a contar los detalles a José de ambos sus sueños, con algunos detalles añadidos que no se les dijo antes. Su ansiedad fue creciendo. Entonces habló Faraón a José: En mi sueño, he aquí yo estaba en pie a la orilla del Nilo, y he ahí, del Nilo subían siete vacas gordas y de hermoso aspecto que apacentaban entre el junco. Pero, he ahí, tras ellas subían otras siete vacas de mal aspecto y enjutas de carne, como no había visto en toda la tierra de Egipto. Y las vacas flacas y malas devoraron a las siete primeras vacas gordas, y éstas entraban en sus entrañas, pero no se notaba que hubieran entrado en sus entrañas, porque su apariencia era tan mala como al inicio. Los sueños del Faraón solo estaban empeorando.

Luego, desperté. Entonces desperté con problemas. Después vi en mi sueño que siete espigas llenas y buenas brotaban de un mismo tallo. Pero, he ahí, siete espigas marchitas, menudas y resecas por el viento oriental crecían después de ellas, y las espigas menudas devoraban a las siete espigas buenas (41:17-24a). Faraón omitió decir que había tenido un segundo sueño (41:5). Él sospechaba que, posiblemente, los dos sueños eran realmente uno, y ellos tendrían una sola interpretación.

En su frustración, el Faraón dijo: Lo he referido a los magos, pero no hay quien me lo interprete (41:24b). Los dioses de Egipto, los sabios y los magos eran incapaces de interpretar los sueños del Faraón, y por lo tanto eran incapaces de hacer frente a los próximos problemas que los sueños sugerían.

Ntd: En esta traducción se empleó la BTX 3º edición.

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