La libertad en Jesús el Mesías se basa en la Gracia
5: 1-6
La libertad en Jesús el Mesías se basa en la Gracia ESCUDRIÑAR: ¿Qué está en juego aquí en los versículos 1-4? ¿Qué quiere decir Pablo con “un yugo de esclavitud”? Dado que simplemente guardar un conjunto de reglas no es una relación con Dios, ¿qué dice Pablo al respecto en el versículo 6? ¿Cuál es la diferencia entre justificación y santificación? ¿Cómo vamos a mostrar nuestra dependencia en ADONAI?
REFLEXIONAR: ¿Cuánta diferencia hace su certera esperanza futura en su vida ahora? ¿Qué “medida espiritual” usa su iglesia o sinagoga mesiánica para ver quién está a la altura de ella? ¿Cómo se compara esto con el versículo 6? ¿Cómo ha visto abusada nuestra libertad en el Mesías? ¿Cómo es el versículo 6 un antídoto para aquellos que piensan que su libertad en el Mesías les da la libertad de hacer cualquier cosa que quieran hacer? ¿Cómo sabe que usted es salvo?
Pablo insta a los gálatas gentiles a que se aferren a la libertad del legalismo que Yeshua Mesías había comprado para ellos con Su sangre en la cruz. Además, argumenta que el estatus judío y la circuncisión son irrelevantes con respecto a la salvación.
Para la libertad nos libertó el Mesías; estad, pues, firmes, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud (5:1). Recibir la libertad es su elección para no estar sujeto al legalismo o al yugo de esclavitud, y tener una posición correcta ante Dios. Es como si Pablo estuviera diciendo, “No regrese al legalismo porque estará peor de lo que estaba al principio. Por lo tanto, el Mesías nos liberó de dos maneras. Primero, Él nos liberó del poder del pecado. Somos pecadores por naturaleza y pecadores por elección. Pero ahora, debido a Su sacrificio en la cruz, tenemos una opción. Ahora, debido a que el Espiritu Santo (Ruaj Ha-Kodesh) mora en nosotros, podemos decir no al pecado. Y segundo, Yeshua nos ha liberado del legalismo. Si cree que su salvación se basa en lo que hace, tiene un problema. Porque nunca se puede hacer lo suficiente. Y siempre está esa voz en la parte de atrás de su cabeza diciéndole que usted no es bueno.
En el judaísmo se considera un gozo llevar el yugo de mitzvot, un mitzvot es un principio general para vivir, visto en Deuteronomio 11:22; 2 Reyes 17:37; Proverbios 6:20; Mateo 26:10; Marcos 14:6. Entonces, aquel pues que os suministra el Espíritu y efectúa milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por la predicación de la fe? (3:5). Como dijo Yeshua: Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y Yo os haré descansar (Mateo 11:28); mi yugo, el yugo de la obediencia al verdadero significado de la Ley, tal como lo sostiene el Mesías mismo. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga (Mateo 11:29-30). Dice también es fácil porque se basa solo en la fe. Haga clic en el enlace y vea Af – La Torá de la Justicia, también vea el comentario sobre Éxodo Du – No penséis que he venido a abolir la Torá). El yugo del mitzvot se convierte en esclavitud solo cuando la Ley se pervierte en legalismo como los judaizantes querían que hicieran los gentiles de Galacia. Vea el comentario sobre La vida de Cristo Ei – La Ley Oral, y vea Ag – ¿Quiénes eran los judaizantes?.
Cuando Pablo escribió, un prosélito del pacto tenía que (1) sumergirse en una mikve para la purificación ritual, (2) ofrecer un sacrificio en el Templo (un requisito que finalizó cuando el Templo fue destruido) y, si era hombre, (3) ser circuncidado. Vea el comentario de Hechos Bb – Un etíope pregunta sobre Isaías 53: el tercer nivel eran Los prosélitos del Pacto. En otras palabras, la circuncisión es parte de un rito de iniciación que convierte a un gentil en parte de la comunidad judía. En ese momento deja de ser gentil, se convierte en judío y se obliga voluntariamente a hacer todo lo que se espera que haga un judío. ¿Y qué se espera que haga un judío? Obedece los 613 mandamientos de la Ley de Moises. De hecho, en su iniciación, un gentil convertido al judaísmo se compromete a obedecer la Torá, incluso antes de comprender completamente lo que significa su compromiso.126
Para la libertad nos libertó el Mesías; estad, pues, firmes, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud (5:1). Este versículo podría ser una declaración resumida de lo que Pablo está a punto de decir en los capítulos 5 y 6, pero también podría ser una declaración final de lo que acaba de decir en los capítulos 3 y 4. Este regreso a un yugo de esclavitud es especialmente cierto para las personas que en un momento habían estado tratando de vivir de acuerdo con los 613 mandamientos de Moisés, pero habían sido liberados de esa tarea imposible. Sin embargo, mientras ellos intelectualmente se sabían liberados, en la práctica, se encontraban en esclavitud. Esto es especialmente cierto en el caso de los creyentes judíos que provienen de entornos ortodoxos. Incluso después de aceptar al Mesías como su Señor y Salvador, algunos todavía se sienten obligados a seguir guardando los diversos mandamientos dietéticos kosher, festivales, ayunos y cosas de esa naturaleza. Ahora, los judíos tienen la libertad en el Mesías de hacer esas cosas si quieren, pero es una historia completamente diferente si ellos se sienten obligados a hacerlo. El que piensa que esas cosas son obligatorias, todavía está enredado en un yugo de esclavitud. Los gentiles pueden tener el mismo problema (vea Ak – El Movimiento de Raíces Hebreas: Un evangelio diferente).127
Luego, el apóstol se dirige a aquellos creyentes gentiles que habían sido engañados y dice: Mirad, yo, Pablo, os digo: Si os circuncidáis, de nada os aprovechará el Mesías (5:2). Si hipotéticamente os circuncidáis, creyendo que seréis justificados, el Mesías de nada os aprovechará porque la gracia y el legalismo son mutuamente excluyentes; vea Bf – Oh gálatas insensatos, que os ha hechizado, y también vea Bq – Abraham tuvo Dos Hijos, Ismael de la Esclava e Isaac de la Libre. Los judaizantes agregaron la circuncisión al evangelio para los gentiles. Sentían que los gentiles podían ser justificados por medio de la Ley (Torá), que es un evangelio diferente (1:6). Esos gentiles deberían haber sabido que el poder del Ruaj Ha-Kodesh vino a ellos sobre la base de la fe, no de las obras. En la Dispensación de la Torá (Ley), el Espíritu Santo vino sobre los creyentes para que pudieran realizar un cierto servicio para Dios, y luego los dejó cuando ese servicio se completó. Él no habitó en ellos con el propósito de santificación (vea el comentario sobre La vida de Cristo Kz – Tu Palabra Es Verdad). Pablo había enseñado a los gálatas que la gracia de Dios garantizó su seguridad eterna (vea el comentario sobre La vida de Cristo Ms – La eterna seguridad del creyente), y así ellos entendieron que estaba hablando de sus experiencias de vida como creyentes, no de su justificación, o de su posición ante ADONAI.128
Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a practicar toda la ley (Gálatas 5:3), esto es, los 613 mandamientos de la Ley de Moisés. Es como si Pablo les estuviera diciendo a esos creyentes gentiles: “Vayan a casa y lean todo Levítico y todo Deuteronomio y vean si esa es la forma en que quieren vivir su vida”. Este versículo continúa el argumento del versículo 2. Los gálatas no solo perderían la efectividad del Espíritu Santo en el vivir de sus vidas diarias, sino que estarían asumiendo la carga de los 613 mandamientos completos de Moisés. Porque cualquiera que guarde toda la ley, pero tropiece en un punto, llega a ser culpable de todos (Santiago 2:10). Por lo tanto, Pablo les advirtió que la aceptación de la circuncisión sería, en principio, la aceptación del legalismo. El hecho de que Pablo tuviera que explicarles esto implica que los judaizantes no lo habían hecho. Debido a que el estándar de HaShem era tan obviamente imposible de alcanzar, la verdad de Deuteronomio 27:26 debería haber llevado a cada judío a buscar Su misericordia: ¡Maldito el que no persevere en las palabras de esta Ley para cumplirlas!
Hay tres áreas en las que se dice que somos libres de guardar perfectamente los 613 mandamientos de Moisés. Primero, estamos libres de la maldición de la Ley (3:10 y 13); en segundo lugar, somos libres de ser salvos por la Ley (3:11-12); y en tercer lugar, aquí, estamos libres de la obligación de obedecer cualquiera de los 613 mandamientos de la Ley. Usted no puede guardar parte de los 613 mandamientos, debe guardarlos todos. Y no solo cumplirlos todos, sino cumplirlos todos perfectamente. Si rompe uno, los rompe a todos. Porque cualquiera que guarde toda la ley, pero tropiece en un punto, llega a ser culpable de todos (Santiago 2:10).
Los que por la ley intentáis ser justificados, del Mesías fuisteis desligados. ¡De la gracia habéis caído! (5:4). Este versículo no significa que perderían su salvación. En los capítulos 5 y 6, Pablo trata de la aplicación práctica de vivir la vida de un creyente (vea Br – El argumento práctico: los efectos de la libertad).
Entonces, cuando Pablo dice: han caído de la gracia, responde a una pregunta. Y la cuestión no es la gracia y la Ley, sino la gracia o la Ley. En otras palabras, el que ahora es creyente y está pasando por un proceso de santificación, puede operar en una de dos esferas. Puede operar en la esfera de la fe, o puede operar en la esfera del legalismo. Tanto en Romanos como en Gálatas, el apóstol Pablo ha enfatizado el hecho de que nuestra santificación se logra por medio de la fe. El legalismo no puede justificarnos ni santificarnos. Cuando somos adoptados en la familia de Dios, tenemos una opción. Podemos operar en la esfera de la fe y entrar en la corriente de bendición que YHVH ha establecido en este mundo para aquellos que obedecen Su Palabra. Cuando hacemos esto, nuestra vida espiritual en general va a ir mejor y seremos bendecidos. Sin embargo, hay quienes eligen operar en la esfera del legalismo, entrando en la corriente de la maldición porque es una tarea imposible. Las personas así tratan de vivir la vida en sus propios términos y sus vidas espirituales generalmente no van bien sin el poder del Ruaj Ha-Kodesh.129 Hay un camino de la gracia, con la zanja de la permisividad de un lado, y la zanja del legalismo del otro. Esos creyentes gálatas se habían desviado del camino de la gracia hacia la zanja del legalismo. Ellos eran salvos, pero no vivían la vida victoriosa de un creyente.
Porque nosotros, mediante el Espíritu, por fe, esperamos la promesa de la justicia (5:5). Por el Espíritu Santo los verdaderos creyentes, esperamos la justicia que se basa en Su gracia. Para los judaizantes la promesa de la justicia se basaba en agregar obras imperfectas y sin valor de la Ley (Torá), en un vano intento de completar la obra perfecta e invaluable del Mesías en la cruz, que ellos asumieron como incompleta e imperfecta. Los creyentes ya poseen la justicia completa e imputada de la justificación, pero la justicia aún incompleta de la glorificación en el cielo aún nos espera. Pues considero que los sufrimientos del tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria venidera que va a ser revelada en nosotros (Romanos 8:18). Porque la creación fue sometida a vanidad, no por su propia voluntad, sino por la del que la sujetó; en esperanza de que también la creación misma será liberada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios (Romanos 8:21). Aquí, Pablo menciona tres características de la vida piadosa, la vida que continúa viviendo por la gracia a través de la cual se recibió la salvación (vea el comentario sobre La vida de Cristo Bw – Lo que Dios hace por nosotros en el momento de fe). En primer lugar, es una vida vivida a través del Espíritu, en lugar de a través de la carne. Segundo, es una vida por fe más que por obras. Y tercero, es una vida vivida en espera paciente y en esperanza, en vez de la ansiosa incertidumbre de la esclavitud del legalismo.
Porque en Jesús el Mesías ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor (5:6), vea también Gálatas 6:15 y Colosenses 3:11, esto es para quienes son aceptados por Dios. Uno no va a ser salvo porque está circuncidado, y uno no va a ser condenado porque no está circuncidado. Nada de lo que se hace o no se hace en la carne, hace alguna diferencia en la relación de uno con ADONAI. Lo externo es totalmente insignificante y sin valor, a menos que refleje genuinamente la justicia interna.
Porque en Jesús el Mesías ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor (5:6). La vida en el Espíritu Santo no es estática e inactiva, se expresa en a través de las obras hechas en amor, no la carne obrando por su propio esfuerzo. Los creyentes somos hechura suya, creados en Jesús el Mesías para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas (Efesios 2:10). Pero nuestras buenas obras son un producto de nuestra fe, no un sustituto de ella. Las buenas obras no son el propósito de nuestra fe, sino el resultado de nuestra fe. Andemos, pues, como es digno del Señor, con el fin de agradarle en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el pleno conocimiento de Dios fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad (Colosenses 1:10-11).
Se cuenta la historia de un aspirante a artista al que se le encargó la creación de una gran escultura para un famoso museo. Por fin tuvo la oportunidad de crear la obra maestra con la que había soñado durante mucho tiempo. Después de trabajar en la obra durante muchos años, la vio crecer no solo en forma, sino también en belleza. Pero cuando estuvo terminada, descubrió, para su horror, que era demasiado grande para sacarla por una ventana o una puerta y que el costo de derribar parte del edificio para sacarla era prohibitivo. Su obra maestra quedó cautiva para siempre en la habitación en la que se hizo. Este es el destino de todo esfuerzo humano para llegar al cielo. Nada de lo que una persona haga para ganarse el favor de Dios puede salir de la habitación de esta tierra donde se crean las buenas obras hechas por uno mismo.130
¿Cómo sabe usted que es salvo? ¿Es porque se siente salvo? Hay quienes piensan que, si Dios no parte ese techo y les tira el calcetín con un rayo, entonces no creerán que están salvados. Amigo, los sentimientos son el furgón de cola de su fe, no el motor. La forma en que sabemos que somos salvos es porque ADONAI lo prometió, y nosotros creímos en esa promesa (vea Bl – Las Promesas fueron hechas a Abraham y a Su descendencia). Porque todo el que invoque el nombre del Señor, será salvo (Romanos 10:13). Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16). Somos salvos solo por gracia, solo por fe, solo en el Mesías.
Querido Santo Padre Celestial, ¡Te amamos! Gracias porque la puerta del Cielo no se abre en base a las obras de alguien, sino en base a la obra de Cristo como Cordero de Dios (Juan 1:29), sacrificado en nuestro lugar (Levítico 1:4), llevando nuestro castigo por el pecado (Hebreos 9:26). Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).
Alabado seas y gracias querido Padre por darnos a Tu Hijo como ofrenda por el pecado y luego vestirnos con Su justicia. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en Él (Segunda Corintios 5:21).
Tu Amor Magnífico e Impresionante hace que deseemos responder con nuestro amor y por eso nos ofrecemos a nosotros mismos: nuestro tiempo, pensamientos, finanzas, relaciones y todo lo que tenemos. Deseamos con amor complacerte con todo lo que tenemos y somos, para Tu gloria eterna. En el nombre de Tu Santo Hijo y el poder de Su resurrección. Amén
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