Cu – Si creyerais a Moisés, creeríais en mí Juan 5: 31-47

Si creyerais a Moisés, creeríais en mí
Juan 5: 31-47

Si creyerais a Moisés, creeríais en mí ESCUDRIÑAR: ¿Quién o qué testifica a favor de Jesús? ¿Cómo cree que se sintieron los líderes judíos cuando el Mesías se refirió a esos testigos? ¿Cómo les devolvió Yeshua sus propias Escrituras? Ya que no les faltaba información, ¿cuál era el problema de ellos con Cristo?

REFLEXIONAR: ¿Qué “testigos” le han convencido de que Jesús es en verdad el que da vida? ¿Cómo ve reflejadas hoy las actitudes y el mal uso de las Escrituras por parte de los líderes judíos? ¿Cómo puede usar las Escrituras para cultivar el amor de Dios en usted?

Si Yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero (Juan 5:31). El TaNaJ sostuvo que el auto testimonio sin testigos de apoyo no podía ser considerado legalmente válido: En cualquier caso de pecado, culpa o delito que se haya cometido, el testimonio de uno solo no bastará contra nadie. Sólo por la deposición de dos testigos o tres testigos se podrá fallar una causa (Deuteronomio 19:15). La Mishnah registra la enseñanza de los rabinos, nadie puede ser creíble cuando testifica de sí mismo (Ketuboth 2.9). La declaración de Jesús debe entenderse en el contexto de un tribunal judío.459 Si bien el Señor aún no había sido arrastrado ante el Gran Sanedrín para ser interrogado, Él estaba siendo juzgado (vea el enlace, haga clic en LgEl Gran Sanedrín). Esta era en la segunda etapa de la investigación para determinar si Yeshua era realmente el Mesías.

Por lo tanto, Cristo llamó a cinco testigos para que testificaran a su favor. Moisés dijo que por dos o tres testigos se establecería algo. Aquí pues, Jesús va mucho más allá de las exigencias de la Torá/Ley.

El primer testigo fue Juan el Bautista. Vosotros habéis enviado mensajeros a Juan, y ha testificado de la verdad. Pero Yo no recibo el testimonio de parte de un hombre, pero digo esto para que vosotros seáis salvos (Juan 5:33-34). Tanto el Yo como el vosotros son enfáticos. Pocos dudaron de que el Bautista era un auténtico profeta de Dios (Mateo 14:5, 21:26; Marcos 11:32; Lucas 20:6). Pero, el entusiasmo que despertó fue sólo temporal. Era una lámpara y no la luz; él era sólo una sombra, no la Sustancia; Juan era el precursor, no el Mesías. Juan era la antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz (Juan 5:35). Aquí vemos el subtema de Juan, la luz y la oscuridad, pero al final su mensaje sería rechazado y su Mesías crucificado.

El segundo testigo fueron los milagros que autenticaban a Jesús. Pero el testimonio que Yo tengo es mayor que el de Juan, porque las obras que el Padre me dio para que las realizara, las obras mismas que hago, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado (Juan 5:36). Las mismas cosas que hago: como sanar a un inválido en el estanque de Betesda, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Los milagros que Jesús estaba realizando eran para autenticar Su afirmación que Él era el Mesías (vea el comentario sobre Isaías Gl Los Tres Milagros Mesiánicos). Jesús invita a quienes no tienen Su Palabra morando en ellos a escudriñar las Escrituras, tal como lo hicieron más tarde los judíos en Berea (Hechos 17:11).

El tercer testigo fue el Padre mismo. Otro es el que da testimonio de mí, y sé que el testimonio que da acerca de mí es verdadero (Juan 5:32). Juan, el autor humano del evangelio de Juan, al registrar las palabras arameas de Jesús, podría haber elegido cualquiera de las dos palabras griegas para otro, allos o heteros. Las dos palabras son básicamente sinónimos con un ligero matiz. Mientras que heteros significa otro de un tipo diferente, allos significa otro de la misma especie. Así que cuando el Señor usó allos, este otro es, por supuesto, Dios el Padre.460 Sin negar la unicidad de la Trinidad, el Mesías trató al testimonio del Padre como independiente. Si Sus oponentes hubieran opuesto, habrían admitido que Yeshua y el Padre eran en verdad una sola esencia. Al no oponerse, tuvieron que recibir el testimonio independiente de El Shaddai como evidencia.

Jaque mate.

El Padre que me envió, Él ha dado testimonio acerca de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, ni tenéis su palabra permaneciendo en vosotros, porque a quien Él envió, a Éste vosotros no creéis (Juan 5:37-38). El Profeta de Nazaret se refería a los nueve siglos de profecía que había cumplido al pie de la letra. El Mesías incluso cumplió cosas sobre las que no tenía control (humanamente hablando), como la manera, el tiempo y el lugar de Su nacimiento (Isaías 7:14; Daniel 9:25; Miqueas 5:2). El elemento principal del testimonio de Dios es Su Palabra.

El cuarto testigo fue el TaNaJ. Escudriñáis las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí (Juan 5:39-40). Es como si Yeshua lanzara un desafío, diciendo: “adelante, busquen en el TaNaJ”. Su punto es doble.

Primero, el desafío del Señor anticipó la conclusión a la que llegarían Sus enemigos si se atrevían a tomar el TaNaJ al pie de la letra. Si fueran realmente honestos, el TaNaJ los llevaría a la conclusión de que, sin lugar a dudas, Jesús es el Hijo de Dios.

En segundo lugar, el apóstol Pablo (rabino Saulo) nos dice: Así que la ley ha sido nuestro tutor hasta el Mesías, para que por medio de la fe fuéramos declarados justos (Gálatas 3:24), un tutor para guiarnos a Cristo. La Ley (Torá) es un tutor porque los 613 mandamientos se consideran como una unidad y presentan un estándar imposible. Quebrantar uno es quebrantarlos a todos. La única persona que ha cumplido los 613 a la perfección es el Mesías. El propósito de la Torá/Ley era revelar la necesidad de un Salvador. El continuo fracaso de tratar de vivir a la altura de un estándar imposible, debería haber preparado sus corazones para la llegada de un Profeta como Moisés (vea más abajo). En cambio, el judaísmo farisaico tomó el estándar alto y justo de ADONAI y lo redujo a algo que realmente podían hacer. Esta era la Ley Oral a la que hicieron su dios (vea Ei La Ley Oral).

Jesús apoyó Su acusación contrastando Su motivación con la de ellos. Considerando que, Él no busca la aprobación humana (lo que implica que Él sólo busca la aprobación del Padre), ellos sacrificaban su amor por ADONAI por la admiración de la gente. Gloria de parte de hombres no recibo. Pero os conozco, que no tenéis el amor de Dios en vosotros mismos. Yo he venido en el nombre de mi Padre, y no me recibís, si otro viene en su propio nombre, a ése recibiréis. ¿Cómo podéis creer, vosotros que recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que sólo de Dios viene? (Juan 5:41-44). Nuestro Salvador luego señaló su ridícula aceptación de rabinos que se hicieron de un nombre, pero rechazaron a Aquel que glorificó al Padre.

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El quinto y último testigo fue Moisés. Yeshua dejó para el final el argumento que sería más significativo para Sus oyentes. Moisés escribió sobre Jesús (Lucas 16:31, 24:44; Hebreos 11:26). El judaísmo tradicional niega esto, pero los primeros judíos mesiánicos a menudo basaban su caso para el mesianismo de Yeshua en pasajes de las Escrituras, incluidos los escritos por Moisés, como Génesis 49:10; Números 24:17 y Deuteronomio 18:15-18. Incluso dentro del judaísmo no mesiánico, estos tres pasajes son ampliamente considerados como referencias al Mesías. Por lo tanto, dice Yeshua, ni siquiera es necesario que Yo haga una defensa especial porque Moisés ya lo ha hecho. Y si no le creen a él, ¿por qué me creerán a Mí?461

No penséis que Yo os acusaré delante del Padre; hay quien os acusa: Moisés, en quien vosotros habéis puesto la esperanza. Pero si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? (Juan 5:45-46). Moisés había escrito: Entonces YHVH me dijo: Bien está lo que han hablado. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que Yo le ordene. Y sucederá que cualquiera que no obedezca a mis palabras que él hablará en mi Nombre, Yo mismo le pediré cuentas de ello (Deuteronomio 18:17-19). Por consiguiente, Jesús dijo: Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? (Juan 5:47), vea el comentario sobre Éxodo Eq Cristo en el Tabernáculo. Lo que había sido Su mayor privilegio se había convertido en Su mayor acusador. Nadie podía condenar a alguien que nunca tuvo una oportunidad. El TaNaJ, sin embargo, había dado a los israelitas el conocimiento para reconocer al Mesías cuando Él viniera. Por lo tanto, el conocimiento que ellos no habían usado los había condenado. La responsabilidad es siempre la otra cara del privilegio.

El problema no era la falta de pruebas para Sus afirmaciones. El problema se ve en los versículos 46 y 47. Acusar a los judíos de no creer en Moisés parece algo muy extraño de decir. Si alguien creía en Moisés, ¿no serían los judíos? Pero, en realidad, era y es verdad. Los judíos de la época de Jesús creían en Moisés tal como había sido interpretado a través de la Ley Oral. Hoy, los judíos ortodoxos creen en Moisés tal como la Ley Oral, la Guemará y el Talmud lo han reinterpretado. Ellos no creen en el Moisés del TaNaJ. Porque si hubieran aceptado a Moisés como solo el TaNaJ lo representa, habrían reconocido que Jesús era el Mesías. Al igual que la Iglesia Católica Romana, ellos sustituyeron las Escrituras por sus tradiciones, con trágicos resultados.

Por lo tanto, ¿qué significa santificar el sábado? Significa creer en el Dios de la Biblia y no en las tradiciones de los hombres.

A pesar de esta y otras pruebas irrefutables que demuestran la deidad del Mesías, el judaísmo farisaico se mantuvo obstinado. Jesús dio dos razones para ello. En primer lugar, no querían creer en Él, y en segundo lugar, preferían su orgullo a la salvación. Se negaron a quitar las manos del volante de sus vidas y dejar que Yeshua tomara el mando.

Nos dice Chuck Swindoll en su comentario New Testament Insights on John (Perspectivas del Nuevo Testamento sobre Juan), hoy debemos estar atentos a este tipo de personas. Algunas sienten una genuina curiosidad por el Señor, y sus preguntas pueden convertirse en una oportunidad para conducirlas a Cristo. Estad siempre prestos para presentar defensa ante todo el que os demande razón acerca de la esperanza que hay en vosotros (1 Pedro 3:15b). Pero no se dejen engañar. No todo debate sobre asuntos espirituales es motivado por la curiosidad; la mayoría de las veces, el debate religioso es simplemente un engaño de los rebeldes (vea el comentario sobre Judas Ah, algunos impíos se han infiltrado secretamente entre vosotros). Tal como hicieron los líderes religiosos con Jesús, algunos los buscarán sin ningún otro propósito que el de desafiar la verdad en lugar de entender y creer.

Es parte de un juego astuto que juegan consigo mismos. Su propósito al debatir con un creyente es pretender que tienen buenas razones para seguir en su rumbo actual; si el creyente no puede refutar sus objeciones ni ofrecer una razón convincente para creer en el Mesías, no se sienten obligados a entregar el control de su vida a nadie más. Si se supiera la verdad, no podrían tolerar su firme creencia de que Dios, no ellos mismos ni la humanidad, controla realmente el destino del universo.

Al final del debate, el creyente se siente exhausto y el rebelde se siente reivindicado, al menos por un tiempo. Sin embargo, pronto el rebelde comienza compulsivamente otro debate con un creyente desprevenido. A continuación, se presentan algunas formas de detectar a alguien así que quiere jugar a “conviérteme si puedes”.

1. El rebelde lo desafía con una opinión negativa acerca de ADONAI, o alguna otra preocupación teológica, y luego espera que lo convenza de lo contrario (por ejemplo, a Dios no le importan las personas o que Él acabaría con todo sufrimiento).

2. El rebelde presenta un enigma filosófico que no tiene una respuesta definitiva (por ejemplo, ¿Qué pasa con los pigmeos a quienes nunca se les habló de Dios?).

3. El rebelde pretende juzgar la bondad de Dios según estándares humanos, especialmente los propios (por ejemplo: No puedo creer que un Dios amoroso envíe a alguien al infierno).

4. El rebelde intenta convencerlo de que la fe de usted es irracional, antiacadémica o que Dios no existe (por ejemplo, ninguna persona pensante cree en esas cosas ya).

5. El rebelde cambia la conversación hacia otro tema cada vez que empieza a avanzar en el primero (por ejemplo: Bueno, ¿de dónde obtuvo Caín su esposa?).

6. El rebelde se frustra, se enoja y se vuelve beligerante y recurre a los insultos (usted completa los espacios en blanco aquí).

7. El rebelde quiere comparar calificaciones o pone en duda las suyas (por ejemplo: Ah, sí, bueno, ¿dónde obtuvo su formación?).

Si sospecha que está debatiendo con un rebelde, termine la conversación educadamente. Incluso puede ofrecer una razón para terminarla. La tentación de continuar puede ser atractiva, pero créame: nadie ha sido persuadido a entrar en el Reino. En el mejor de los casos, puede discutir hasta llegar a un punto muerto porque, con un rebelde (tal como sucedió con los fariseos), el desafío no es el intelecto, sino la voluntad. Si debe dejarle algo, que sea un testimonio de su propia experiencia. Pocos pueden refutar eso.

Por otra parte, las personas genuinamente curiosas escuchan en lugar de discutir. Preguntan en lugar de desafiar. Son receptivas y humildes, no discutidoras ni arrogantes. Aceptan que algunas preguntas no pueden responderse adecuadamente y respetan el ocasional “no sé”. Responden positivamente a la empatía, mientras que los rebeldes no responden a la compasión. Y, lo mejor de todo, con las personas genuinamente curiosas, la conversación fluye naturalmente hacia una presentación del evangelio. No todos actúan de inmediato en base a las Buenas Nuevas, pero aquellos que quieren conocer la verdad, al menos la escucharán sin luchar. Ninguna conversación debería resultar agotadora. Niéguese a participar en una que lo sea.462

2025-03-26T15:55:04+00:000 Comments

Ct – La Autoridad del Hijo Juan 5: 16-30

La autoridad del Hijo
Juan 5: 16-30

La autoridad del Hijo ESCUDRIÑAR: ¿Cuál fue el resultado de que Jesús sanara al inválido en Juan 5:1-15? ¿Cómo la forma en que respondió a los líderes judíos solo aumentó la oposición de ellos? ¿Por qué haría eso Yeshua? ¿De qué manera es el Mesías igual al Padre? ¿Qué términos se usan para demostrar la relación entre los dos? ¿Cómo se relaciona eso con Juan 1:1 y 18? ¿Qué afirmaciones hace Yeshua sobre Sí mismo en el versículo 24? ¿Cuál es la promesa? ¿Cuándo alguien comienza a poseer esta promesa? ¿Qué les sucede a los que escuchan y creen? ¿Y a los que no? ¿Cuál es exactamente el ofrecimiento que Dios le está haciendo a la humanidad?

REFLEXIONAR: Si usted tuviera que explicarle a alguien lo que significa el versículo 24 con sus propias palabras, ¿cómo lo diría? En su propio caminar con Jesús, ¿cuándo llegó a entender esta verdad? ¿Cómo influyó en su autoimagen? ¿Cambió su estilo de vida en algo? ¿Un poco? ¿Mucho? ¿Cuánto? ¿Afectó a sus metas de vida?

Después de que el Mesías sanó al inválido en Shabat, el resultado era inevitable y, por esto los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado (Juan 5:16), vea el enlace haga clic en Cs Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda. La disputa de ellos no era una simple disputa entre teólogos; la cuestión era de autoridad. Esa curación planteaba la pregunta: “¿Quién es dueño del sábado?” El judaísmo farisaico reclamaba la propiedad del sábado al oponerse a que Yeshua hiciera estas cosas que la Ley Oral prohibía en el séptimo día (vea Ei La Ley Oral).

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Había dos acusaciones específicas contra Yeshua.

Primero, sanar al inválido en el estanque de Betesda en el día de reposo. Comenzó Su defensa señalando que YHVH nunca había dejado de trabajar. Pero Él les decía: Mi Padre hasta ahora trabaja y Yo trabajo (Juan 5:17). El judaísmo farisaico creía que el “trabajo” incluía cualquier tipo de actividad. Según Éxodo 20:11, ADONAI ordenó a los israelitas el séptimo día es Shabat para YHVH tu Dios. No harás labor alguna, porque Él descansó después del sexto día de la creación. Esto tenía la intención de honrar la creación del mundo por parte de Elohim y recordar Su provisión. El SEÑOR cesó de trabajar porque Su creación estaba completa y el Shabat se basa en el verbo hebreo cesar. Sin embargo, ¡Él nunca dejó de proveer ni proteger! En ese sentido, Dios nunca descansa de esto. El sol sale y se pone, las mareas suben y bajan, la lluvia cae, el viento sopla, la hierba crece en el Día de Descanso semanal, así como en cualquier otro. Sin Sus continuos actos de gracia, toda la creación desaparecería inmediatamente.

Pero el Rabino renegado fue mucho más allá y afirmó Su absoluta igualdad con el Padre cuando dijo: y YO trabajo (Juan 5:17b). Esta fue una afirmación rotunda de propiedad del Shabat. Debido a que la Torá vino de ADONAI, la Torá no puede condenar a Dios. El Hijo de Dios simplemente estaba continuando con lo que Él, como Creador, había estado haciendo desde el séptimo día. Él había hecho lo que Abraham, Moisés, David o Daniel nunca habían soñado con hacer. Los líderes judíos no pasaron por alto este punto.

En segundo lugar, y por esto más procuraban los judíos matarlo, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios (Juan 5:18). Todos los verbos de este versículo están en tiempo imperfecto, lo que describe una acción continua. Este es un buen versículo para usar con sectas que niegan la deidad de Cristo. Las sectas utilizan la lógica que cualquier hijo es inferior a un padre, por lo que, si Jesús fuera simplemente el hijo, sería inferior a Dios. Eso puede ser cierto en el razonamiento gentil, pero en el judaísmo (contexto, contexto, contexto), ¡el primogénito era igual al padre! Necesitamos entender contexto social, histórico y cultural específico (sitz im laben) del primer siglo. Otra forma en que las sectas niegan la deidad de Cristo, es decir que Jesús nunca dijo que era Dios. O nunca afirmó ser Dios. Pero, los judíos en este pasaje no estaban tan confundidos acerca de lo que estaba diciendo. Al tener una relación de igualdad con el Padre, lo que Uno hace, lo hace el otro. Si es trabajo del Hijo, también es trabajo del Padre. Ellos se sintieron ofendidos por Su desafío a su autoridad ilícita y rechazaron Su afirmación de igualdad con ADONAI. Por eso, aún más procuraban matarlo.

El verdadero punto de discordia era éste: ¿Quién era el dueño del sábado? El Señor respondió a esa pregunta con seis afirmaciones específicas.

Primero, el REY de reyes dijo: “YO SOY igual a Dios”. Yeshua presentó la verdad de Su deidad en términos que nadie en Su época podría confundir. Jesús comenzó con un doble amén: de cierto, de cierto, es decir, es verdad. Jesús pues declarando, les decía: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que Él hace, esto también hace igualmente el Hijo (Juan 5:19). Esto no implica ningún defecto o limitación, significa que el Hijo no puede actuar independientemente del Padre. Luego afirmó ser igual a Dios, llamándose a Sí mismo Hijo de Dios y refiriéndose a Dios como Su Padre. Mientras que el Padre y el Hijo son personas distintas, Padre e Hijo son el mismo Dios. Como tal, el Padre y el Hijo son Uno; por lo tanto, estas dos personas de la Trinidad (Juan habla del Espíritu Santo más adelante en 16:1-15) no pueden actuar en oposición uno a otro. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que Él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, para que vosotros os maravilléis (Juan 5:20). El Hijo es el reflejo perfecto del Padre aquí en la tierra en forma humana. Todo lo que Él refleja son las intenciones y acciones del Padre.452

En segundo lugar, el Pan de Vida dijo: “YO SOY el dador de vida”. Porque como el Padre levanta y da vida a los muertos, así también el Hijo da vida a los que quiere (Juan 5:21). Para poder dar vida, debe ser la fuente de la vida. Nadie en el TaNaJ afirmó dar vida, excepto Dios mismo. Esto sería una afirmación escandalosa para cualquier ser humano común. Los médicos pueden recetar medicamentos o dar tratamientos para posponer la muerte, pero no pueden dar vida a los muertos. ADONAI había usado a los profetas del TaNaJ para resucitar a los muertos, pero ninguno se atrevió a atribuirse el mérito. Solo Dios puede crear algo de la nada: En el principio Dios creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1). Nunca nos sentimos tan impotentes como cuando muere un ser querido. Podemos llevar medicinas, ofrecer descanso y brindar aliento y consuelo. Tal vez incluso algún apoyo financiero. Pero, cuando esa persona muere, todo lo que podemos hacer es lamentar nuestra pérdida. Solo Dios tiene el poder de restaurar la vida.

En tercer lugar, el Hijo de Dios dijo: “YO SOY el Juez final”. En el TaNaJ el juicio final estaba reservado a Dios Padre. Si ahora es el Hijo quien juzga, el Hijo tiene que ser Dios. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio lo encomendó al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió (Juan 5:22-23), vea el comentario sobre el Apocalipsis Fo El Juicio del Gran Trono Blanco. Y la razón de esto es todos honren al Hijo como honran al Padre. Solo Yeshua puede discernir las intenciones del corazón, porque Él es omnisciente. Solo Cristo puede pesar el valor de una persona sin pretensiones, porque Él es perfectamente justo. Solo el Maestro Constructor puede decidir nuestro destino, porque Él nos hizo y es soberano sobre nosotros. Dios Padre ha delegado todo el juicio a Dios Hijo, porque El Hijo es igual al Padre. Por eso, Cristo afirmó merecer el mismo honor que se le debe al Padre.

En cuarto lugar, el Salvador de los pecadores dijo: “Yo determinaré el destino eterno de la humanidad”. Yeshua tiene el poder de dar vida eterna. En el TaNaJ, el poder de dar vida eterna estaba reservado solo para Dios. Por lo tanto, si Jesús tiene este poder, también debe ser Dios. El Señor una vez más resaltó Su declaración con un doble amén. Normalmente, el Santo llamó a creer en Sí mismo (Juan 3:16); sin embargo, en este caso Él llamó a creer en el Padre para reforzar el tema de la unidad completa del Padre y el Hijo. Creer en uno es creer en el otro. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida (Juan 5:24), vea Ms La seguridad eterna del creyente. Nunca moriremos, solo cambiaremos nuestra dirección a la presencia de Dios. La vida eterna sólo puede ser una condición presente sobre una base justa. Ser justificado significa ser declarado justo. Somos eternamente justos porque [ya] hemos sido justificados en el momento en que fuimos salvos (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe).

Muchos creyentes temen la perspectiva de enfrentarse a un Dios enojado; sabiendo que Él es santo y nosotros somos pecadores. No han comprendido el hecho de que [ya] hemos sido justificados. El idioma griego deja muy claro el concepto de nuestra justificación. Debido a la precisión de los verbos, el lenguaje es explícito al describir cuándo algo fue hecho (tiempo pasado), se está haciendo (tiempo presente), se hará (tiempo futuro) y es una acción continua (tiempo imperfecto). En Romanos 5:1, dice claramente que [ya] hemos sido justificados ante nuestro Padre Santo, porque Jesús ya pagó el castigo por nuestros pecados, estableciendo nuestra paz con Dios. El texto griego de Romanos 5:1 comienza con dikaiothentes que significa haber sido justificado. El verbo es un aoristo culminativo, participio pasivo, que enfatiza la finalización de una acción, especialmente los resultados que se derivan de ella.453 Por tanto, habiendo sido declarados justos por la fe, tenemos paz ante Dios mediante nuestro Señor Jesucristo (Romanos 5:1).

Cuando algo ya se ha hecho, no queda nada más por hacer. Muchos creyentes tratan desesperadamente de convertirse en algo que ya son. La Biblia declara que no puede hacer por usted mismo lo que Cristo ya hizo por usted. Otra forma de decirlo es que usted no puede deshacer lo que el Mesías ya hizo. La mentira de Satanás es que debe expiar su pecado con obras de algún tipo y así demostrar su amor por Dios.454

La Iglesia Católica Romana ha desarrollado una doctrina según la cual, todos los que no son perfectos deben sufrir un sufrimiento penal y purificador en un estado intermedio conocido como el purgatorio. Esta doctrina se basa en el supuesto de que, si bien Dios, aunque perdona los pecados, Su justicia exige que el pecador sufra el castigo completo que le corresponde antes de poder entrar en el cielo. Según la Iglesia católica, el fuego del purgatorio no difiere del fuego del infierno, excepto en su duración. Se ha dicho que el catolicismo es una religión de miedo: miedo al sacerdote, miedo al confesionario, miedo a las consecuencias de faltar a misa, miedo a la disciplina de la penitencia, miedo a la muerte, miedo al purgatorio y miedo al justo juicio de un Dios airado.455

Todo este temor, sin embargo, es innecesario porque Cristo [ya] nos ha imputado Su justicia por la fe (Romanos 5:2-19). Como una cuenta bancaria espiritual, el Mesías nos ha imputado o transferido toda Su justicia a nosotros. Y como resultado, [ya] hemos sido justificados por nuestra fe. En consecuencia, cuando ADONAI nos mira después de la salvación, Él no ve nuestro pecado… Él ve a Su Hijo.

En quinto lugar, el Rabino hacedor de milagros dijo: “Yo resucitaré a los muertos”. De cierto, de cierto os digo, que llega la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo tener vida en sí mismo. Y le dio autoridad para hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre (Juan 5:25-27). Jesús es el que hará que los muertos sean resucitados. En el TaNaJ, sólo Dios mismo provocó la resurrección de los muertos. Así que, si Yeshua puede resucitar a los muertos, Él debe ser Dios. Al decir: Hijo de Dios se enfatiza Su deidad, al decir Hijo del Hombre, se enfatiza Su humanidad. YHVH validó la cualificación de Yeshua para juzgar a toda la humanidad, porque Él es a la vez el Hijo de Dios, que puede dar vida, y el Hijo del Hombre, que experimentó la vida como ser humano, pero sin pecado.456

No os maravilléis de esto, pues llega la hora en que todos los que yacen en los sepulcros oirán su voz, y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida, pero los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio (Juan 5:28-29). Un día en el que todas las demás voces serán silenciadas; Su voz – y sólo Su vozserá escuchada. Algunos oirán Su voz por primera vez. No es que nunca les haya hablado, es que nunca le han escuchado. Para ellos, la voz de Dios será la voz de un extraño. Ellos lo oirán una vez, y nunca más lo escucharán. Ellos pasarán la eternidad defendiéndose de “la voz” que siguieron en la tierra. Pero otros serán llamados de sus tumbas por una voz familiar. Porque son ovejas que conocen a su Pastor. Son los siervos que abrieron la puerta cuando el Espíritu Santo tocó. Algún día esa puerta se abrirá de nuevo. Sólo que esta vez, no será Jesús quien entre en nuestra casa; seremos nosotros, quienes entremos en la Suya.457 En Juan 5:28-29 el Señor le habla a los líderes judíos, vea Santiago 2:14 y vea el comentario sobre Apocalipsis 1:14 Ff Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección, también vea el comentario sobre Apocalipsis Fn La Segunda Resurrección.

Sexto, Yeshua ben David dijo: “YO SIEMPRE hago la voluntad de Elohim”. En la afirmación final del Mesías, Él vinculó Sus acciones en la tierra a la voluntad de Su Padre en el cielo. Ahora hay un cambio repentino en la perspectiva. A lo largo de Su enfrentamiento con los líderes religiosos judíos, el Rabino Galileo se refirió a Sí mismo en tercera persona, usando títulos como el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre. Pero, cuando pasó a la siguiente fase de la confrontación entre Él y los líderes judíos, reafirmo Su afirmación original del versículo 19, solo hablando en primera persona: No puedo Yo hacer nada de mí mismo. Según oigo, juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 5:30), vea Cu Si creyeran a Moisés, creerían en mí. Su punto era clarísimo: Jesús no se refería a otra persona, sino que hacía afirmaciones sobre Sí mismo. Esto dejó a Sus oponentes sin margen para una “solución de compromiso””, sin un punto medio en el que apoyarse. Y lo mismo se aplica a nosotros hoy, debemos aceptar o rechazar Su declaración.

Padre celestial, te agradezco por enviar a Tu único Hijo a pagar el precio para que yo pueda ser justificado. Ahora acepto por fe que tengo paz contigo por mi Señor Jesucristo. Renuncio a la mentira de que somos enemigos y afirmo la verdad de que somos amigos, reconciliados por la muerte de Tu Hijo. Me regocijo en la vida que ahora tengo en el Mesías y espero con ansias el día en que Te veré cara a cara. En el precioso nombre de Yeshua, oro. Amén. 458

2025-03-25T22:49:45+00:000 Comments

Cs – Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda Juan 5: 1-15

Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda
Juan 5: 1-15

Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda ESCUDRIÑAR: ¿Qué cree que motivó a Jesús a ir a Betesda durante la Pascua? Esta historia se centra en un hombre inválido, ¿qué palabras usaría usted para describir su vida? ¿Por qué cree que el Señor eligió ayudar a este hombre en particular? Después de sanarlo, ¿por qué era importante que Yeshua lo encontrara y le hablara de nuevo? ¿Por qué estaban tan molestos los líderes judíos? ¿Por qué el inválido sanado les informó a ellos?

REFLEXIONAR: ¿Cuáles son algunos de los desafíos de ministrar a personas con una enfermedad grave? ¿Cuáles son las recompensas? ¿Cómo podríamos observar el amor de Dios hacia las personas que sufren? ¿Por qué es importante que los creyentes ministren a las personas que sufren? ¿Conoce a alguien que esté sufriendo? ¿Cómo puede acercarse a esa persona? ¿Cómo podemos volvernos más sensibles al sufrimiento de los demás?

Después de haber servido en Galilea durante algún tiempo, Jesús subió a Jerusalén. La Ciudad de David se encuentra cerca del punto más alto de la columna vertebral de Palestina, es decir, la línea de colinas que corre de norte a sur entre el mar Mediterráneo y el río Jordán. Debido a su elevación, a Jerusalén no se puede acceder desde ninguna dirección sin subir.

Después de esto, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén (Juan 5:1). Esta es la segunda de las cuatro Pascuas mencionadas en el ministerio de Cristo. La primera se menciona en Juan 2:23. La segunda se menciona aquí, en Juan 5:1, mientras que la tercera se menciona en Juan 6:4, y la cuarta en Juan 11:55, 12:1, 13:1, 18:28, 39, 19:14. Al fechar estas, podemos concluir que Su ministerio público duró tres años y medio.439

Por lo tanto, el Señor llevaba un año y medio de ministerio público. No se menciona a los apóstoles. Durante el verano del primer ministerio de Cristo en Galilea, cuando Capernaúm era el centro de Su ministerio, los talmidim habían regresado a sus hogares, familias y ocupaciones habituales, mientras que Jesús se desplazaba solo. La ausencia de cualquier referencia a los Doce en esta sección, nos lleva a la conclusión obvia de que ellos no habían estado con Él.

Y en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, hay un estanque llamado en hebreo Betzata, que tiene cinco pórticos (5:2), vea también Nehemías 3:1. Esta es la puerta por donde se llevaban al Templo los animales para el sacrificio, que eran predominantemente corderos, de ahí el nombre. La Puerta de las Ovejas en arameo/hebreo se llama Betesda o casa de misericordia. Es sólo en el Cordero que el pobre pecador puede encontrar misericordia, y es sólo a través de Su sacrificio en la Cruz que esta misericordia está disponible para nosotros en Él. Betesda era originalmente el nombre de un estanque en la Ciudad Santa, en el camino del Valle de Bet Zeta, y también se conoce como el estanque de las ovejas. Era lo suficientemente profundo para nadar en él, y sin embargo estaba asociado con la curación. El estanque fue excavado por primera vez en el siglo VIII aC y se lo llamó estanque Superior. Estaba rodeado por cinco pórticos cubiertos o columnatas (Juan 5:2). Era una piscina doble rodeada por columnatas herodianas en los cuatro lados, mientras que la quinta columnata se encontraba en el muro divisorio que separaba las piscinas norte y sur.440 Hoy se pueden ver los restos de esta piscina en la sección musulmana de Sión. Estaba en el lado este de la Ciudad, al noreste del Templo.

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En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos e impedidos (Juan 5:3). Yeshua tenía en la mente dos imágenes muy diferentes. Por un lado, había una multitud de enfermos esperando que se agitara el agua. Sus sufrimientos y falsas expectativas se elevaban como gritos de hambre. Y por el otro lado, el Templo vecino, con su sacerdocio y maestros que, en su religión egoísta de la Ley Oral, no entendían, ni escuchaban, ni se preocupaban por semejantes gritos (vea el enlace, haga clic en Ei La Ley Oral). Ambos grupos estaban sufriendo, y es difícil saber cuál de ellos lo habría conmovido más a Él.441 Los pomposos líderes judíos creían que cualquier tipo de discapacidad significaba, que la persona estaba involucrada en algún tipo de pecado y que su discapacidad era una especie de retribución cósmica. Ellos creían que era posible pecar en el vientre materno y ser castigado con una deformidad física como resultado.

La superstición era que en determinados momentos un ángel hacía que subieran burbujas cuando sumergía sus alas en el estanque y agitaba el agua. También creían que quien primero entrara en el agua (después de que se agitara) quedaría curado de su enfermedad (Juan 5:4). Esta era la clase de creencia que se difundió por todo el mundo en la antigüedad. La gente creía en todo tipo de espíritus y demonios. Supuestamente el aire estaba lleno de ellos; estaban en todas partes. Cada árbol, río, arroyo, colina y estanque tenía su espíritu residente.442 Hoy sabemos que en realidad el agua del estanque brotó de un manantial subterráneo. La participación del ángel fue una mera superstición, pero eso era lo que creía la gente. Qué escena tan patética y cruel. ¿Casa de gracia? ¡Nada de eso! No hay registro de que alguien haya sido sanado. Sin embargo, uno de los que estaban allí ese día estaba a punto de conocer al verdadero Gran Sanador.

Él está solo, no está allí para enseñar a la gente o atraer a una multitud. Pero alguien lo necesitaba, así que Él está allí. ¿Puede usted verlo? Jesús caminando entre los que gemían, los que olían mal, los que sufrían. ¿En qué está pensando? Cuando una mano infectada toca Su tobillo, ¿qué hace Él? Cuando un niño ciego tropieza en el camino del Mesías, ¿Se agacha para atrapar al niño? Cuando una mano arrugada se extiende para pedir limosna, ¿cómo responde Yeshua? Ya sea que el estanque de Betesda o el bar de Joe… ¿cómo se siente Dios cuando la gente sufre?443

Y estaba allí cierto hombre que llevaba treinta y ocho años en su enfermedad (Juan 5:5). Cuando Cristo se acercó al hombre en el estanque de Betesda, observe el método que usó para sanarlo. El hombre estuvo inválido durante treinta y ocho años, lo cual era más que la expectativa de vida promedio para un hombre del Imperio Romano del primer siglo. Había estado literalmente inválido durante toda la vida.

Primero, Jesús mismo busca al hombre: Cuando Jesús lo vio tendido, y conociendo que llevaba ya mucho tiempo así, le dice: ¿Quieres ser sano? Los sinópticos también usan la descripción de nuestro Señor viendo a alguien (y explícita o implícitamente teniendo compasión de él o ella) como un medio para introducir un milagro (Lucas 7:13 y 13:12).444

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En segundo lugar, Jesús no exige que el hombre demuestre fe: Le dice: ¿Quieres ser sano? (Juan 5:6b) No era una pregunta insensata como pudiera parecer. El hombre había esperado durante treinta y ocho años, y podría haber sido que la esperanza hubiera muerto y dejado atrás un corazón reprobado. Pero la respuesta del hombre fue reveladora. Él quería ser sanado, pero no veía cómo eso sucedería ya que no tenía a nadie que lo ayudara.445 Señor, le respondió el enfermo, no tengo un hombre que me meta en el estanque cuando es agitada el agua, y mientras yo voy, otro baja antes de mí (Juan 5:7). Había aceptado plenamente la falsa teología de que la enfermedad era resultado del juicio de Dios por el pecado (vea Juan 9:2), y la superstición de que el agua agitada curaba. El pobre hombre tenía más fe en los medios de curación que en el Señor. Al principio no había ninguna evidencia de fe de su parte.

En tercer lugar, no hay una revelación inicial de Su Mesianismo. Eso viene más adelante, en el contexto de 5:13. El Gran Sanador no predicó ni corrigió su falsa teología. Las personas que carecen de esperanza no necesitan más conocimiento; necesitan compasión. Yeshua le dio al hombre lo que le faltaba y lo que necesitaba desesperadamente.446

Vale la pena contar la historia si todo lo que hacemos es verlo caminar a Él entre la multitud herida. Vale la pena simplemente saber que Él vino. No tenía por qué hacerlo, ¿lo sabe? Seguramente había más multitudes que querían sanidad en Jerusalén. Seguramente hay actividades más agradables. Después de todo, esta es la fiesta de la Pascua. Es un momento emocionante en la Ciudad Santa. El pueblo ha venido de todos lados para encontrarse con Dios en el Templo.

Lo que no saben es que Dios está con los enfermos.

Lo que no saben es que Dios camina lentamente, pisando con cuidado entre los mendigos, los inválidos y los ciegos.

Lo que no saben es que el carpintero joven y fuerte que observa el paisaje irregular del dolor es Dios, el Gran Rabino mismo.447

Luego Jesús le dice: ¡Levántate, alza tu catre y anda! (Juan 5:8). La curación fue instantánea y completa. Hay quienes hoy en día se atribuyen el don de sanidad, pero cuando la gente no se levanta y camina, dicen que el fracaso es responsabilidad de las pobres almas desdichadas que supuestamente no tenían fe. Pero, hay que señalar aquí, que Jesús curó a este hombre antes de que tuviera fe. Ellos simplemente no pueden curar como lo hizo el Rabino hacedor de milagros.

El Gran Médico sanó al inválido. En este punto de Su ministerio, la fe no era necesaria antes de la sanidad, porque el propósito de Sus milagros era el propósito de autentificar Sus afirmaciones mesiánicas. La fe sería necesaria después de su rechazo oficial por parte del Sanedrín (vea EhJesús es oficialmente rechazado por el Sanedrín). Escuchó las palabras del Señor e inmediatamente el hombre quedó sano, y alzó su catre y echó a andar. Y era sábado aquel día (Juan 5:9). Él actuó, al momento que Cristo hizo el milagro. ¡Probablemente también saltó y dio algunas volteretas! Aquí hubo confianza sencilla, obediencia incondicional al Salvador invisible, desconocido, pero real. Porque creyó en Él, y por lo tanto confió en Él, en que Él debía estar en lo correcto; y así, confiando sin cuestionar, obedeció.448

Imagina un campo de batalla sembrado de heridos, y verá Betesda. Imagine un asilo de ancianos abarrotado y con poco personal, y verá el estanque. Recuerde a los huérfanos de Bangladesh o a los abandonados de Nueva Delhi, y verá lo que la gente veía al pasar por Betesda. Al pasar, ¿qué oyeron? Una oleada interminable de gemidos. ¿Qué presenciaron? Un campo de necesitad sin rostro. ¿Qué hicieron? La mayoría pasaba de largo, pero Yeshua no. Él estaba solo. Lo necesitaban, así que él estaba allí caminando entre los que sufrían. Poco sabían que Dios caminaba entre ellos, entre los mendigos y los ciegos.449

Pero, era sábado aquel día (Mateo 5:9b). El Señor sostuvo continuamente que era lícito curar en sábado para hacer el bien, e ignoró la Ley Oral. De hecho, Jesús cura en sábado cinco veces en los evangelios (aquí, Mateo 12:9-14; Lucas 13:10-17 y 14:1-6 y Juan 9:1-41). Así que, justo cuando empezamos a celebrar la curación del hombre leemos: que era sábado, esta frase puede apagar la emoción de este momento. Lo que le pidió al hombre que hiciera iba en contra de la interpretación farisaica de guardar el sábado. Las 1.500 reglas del shabat de la Ley Oral incluían una que decía que no se podía llevar una carga de un lugar público a un lugar privado, o de un lugar privado a un lugar público.

Esto presagia un giro extraño al final de la historia.

Mientras Juan no altera el flujo lógico de la historia, hay un aparente cambio de escena. El hombre sanado, probablemente llevaba su catre al Templo donde nunca antes había adorado. Entonces los judíos decían al que había sido sanado: es sábado; no te es lícito cargar el catre (Juan 5:10); la ley oral prohíbe llevar una camilla en sábado. Este era el corazón del problema con el judaísmo farisaico. Ellos obedecían la letra de sus leyes hechas por los hombres, pero ignoraban el espíritu de la Torá inspirada por Dios. Los fariseos aplicaban estrictamente las palabras de Jeremías: “Así dice YHVH: Guardaos muy bien de llevar cargas en el día de reposo, y de meterlas por las puertas de Jerusalén (Jeremías 17:21), pero no reconocían el contexto. Jeremías se quejó porque el Shabat se había convertido en una costumbre. Nehemías sintió lo mismo cuando ordenó que se cerraran las puertas de Jerusalén en Shabat para que no entrara ninguna carga en el día de reposo (Nehemías 13:19).

ADONAI instituyó el Shabat como un regalo, un día de descanso para refrescarnos. Pero más concretamente, nos lo dio para romper nuestra rutina y que recordáramos que Dios es la fuente última de nuestro sustento; nuestro trabajo es meramente un medio de Su provisión. Debemos dejar de trabajar el día de reposo para no descuidar la adoración. Pero los fariseos convirtieron este maravilloso regalo en una carga, y la libertad se había ido. La adoración era monótona, el servicio era una tarea ardua y el judaísmo farisaico se había convertido en una cáscara seca que no valía nada.

Pero él les respondió: El mismo que me sanó, me dijo: Alza tu catre y anda (Juan 5:11). No estaba tratando de meter en problemas a Yeshua. Las palabras reales de la Ley Oral eran: “si alguien lleva algo de un lugar público a una casa privada en el día de reposo intencionalmente, será castigado con la muerte por lapidación”. El inválido simplemente estaba tratando de explicar que no era su culpa haber quebrantado la Ley Oral.450 Fue sanado de su estado que, humanamente hablando, era irreversible. Podríamos haber esperado que esto fuera un motivo de alegría y agradecimiento. Pero, en lugar de regocijarse por la gracia de Dios, los fariseos se centraron en esta nueva amenaza a su autoridad. Le preguntaron: ¿Quién es el hombre; el que te dijo alza y anda? Pero el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había retirado, por el gentío que había en el lugar (Juan 5:11-13).

Después de esto, lo halló Jesús en el templo y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, no sea que te suceda algo peor (Juan 5:14). No pudo haber pasado mucho tiempo después de esto, cuando el hombre sanado y su Sanador se encontraron de nuevo. Más tarde, transcurrido algún tiempo, Jesús lo buscó y lo encontró en el Templo, donde evidentemente había ido a adorar a Dios y tal vez, a hacer una ofrenda. El verbo has sido sanado, está en tiempo perfecto, lo que indica que la curación fue permanente. Si bien la enfermedad no es invariablemente una consecuencia del pecado, como afirmó el mismo Jesús (Juan 9:3), puede serlo, como vemos hoy con la proliferación de las drogas, el SIDA, otras ETS.

Una vez que descubrió quién era, el hombre fue y dijo a los judíos que Jesús era el que lo había sanado (Juan 5:15). Jesús no se dejó intimidar. La evidencia de que había sido salvo se puede ver en el hecho de que había ido a la Casa de Oración y Alabanza. Este es un hermoso final para toda la historia. El que había sido sanado confesando con sus labios a Aquel que lo había salvado. El hombre salió del Templo y se convirtió en un testigo público del Mesías. Entonces, ¿qué significaba santificar el sábado? Practicar la justicia, amar la misericordia y andar humildemente con Dios (Miqueas 6:8).

Esos líderes judíos eran miembros del Sanedrín (vea Lg El Gran Sanedrín). Ellos eran los mismos responsables de tomar una decisión sobre Su afirmación de mesianismo y, como veremos en breve, estaban en la segunda etapa de investigación. Para cuando nació Yeshua, el judaísmo farisaico creía que el Mesías no sólo creería en la Ley Oral, sino que también participaría en la elaboración de una nueva Ley Oral cuando viniera. Jesús, sin embargo, no tendría nada que ver con las tradiciones de los hombres (Marcos 7:8). Así que los fariseos lo rechazaron (vea Ek Es sólo por Beelzebú, el Príncipe de los demonios, que Este expulsa a los demonios). Este sería un conflicto continuo hasta que esas dos creencias opuestas se encontraran en el Gólgota.

El evangelio de Juan avanza a través de una corriente de “testigos”, o personas y eventos que apuntan a la verdadera identidad de Yeshua como el Mesías. Entre ellos se encuentran los muchos milagros poderosos que realizó el Sanador, como la curación de este hombre cojo junto al estanque de Betesda. Este es el tercero de los siete milagros de Jesús en el libro de Juan (Juan 2:1-11; 4:43-54; 5:1-15; 6:1-15; 6:16-24; 9:1-34; 11:1-44).

Lo más sorprendente de este milagro es lo que el Mesías no hizo. No tocó al hombre ni lo lavó en el estanque. Se limitó a pronunciar las palabras: ¡Levántate, alza tu catre y anda! (Juan 5:8), y el hombre quedó curado. Esta curación puso de relieve de manera dramática una verdad central acerca de Jesús como Hijo de Dios : Su palabra hablada es poder.

Otras partes del relato de Juan demuestran el poder de la palabra de nuestro Salvador. Por ejemplo, en una fiesta de bodas en Caná, Jesús sólo tuvo que pronunciar una palabra de mando, y el agua se convirtió en vino (vea Bq Jesús convierte el agua en vino). Sanó al hijo de un funcionario mediante Su palabra (vea Cg Jesús sana al hijo de un funcionario). Y antes de rendirse ante Sus adversarios en el huerto de Getsemaní, los aplastó con la palabra de verdad (vea Le Jesús traicionado, arrestado y abandonado). El Profeta de Nazaret poseía tal poder debido al rema, la palabra hablada de Dios.

En el principio, Dios habló y creó el mundo. Cada día de la creación: dijo Dios… (Génesis 1:1-26). Y al final de la Gran Tribulación, el Mesías matará al anticristo, como lo describe Pablo en Segunda Tesalonicenses 2:8: Entonces será revelado el inicuo (a quien el Señor matará con el soplo de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida). Sí, Su palabra hablada es poderosa.

Jesús fue a lugares donde la gente sufría. Sus pasos tenían una intención. Podemos afirmar que hay gente que sufre a nuestro alrededor, pero si vamos a vivir según el ejemplo de Cristo, debemos incluir en nuestro estilo de vida, el visitar lugares donde la gente está sufriendo: prisiones, hospitales, zonas de desastre, asilos de ancianos… la lista es bastante obvia. Puede que no sepamos cómo podemos ayudar, pero nunca lo averiguaremos ni descubriremos cómo Dios puede usarnos si evitamos la compañía de personas que sufren.

Perdónanos, Padre, por ignorar las necesidades de los demás. Ayúdanos a responder al sufrimiento que nos rodea. Llénanos de Tu amor. Danos Tu compasión por los que sufren, Tu amor por los despreciados, Tu misericordia por los afligidos.451

2025-03-25T21:01:12+00:000 Comments

Cr – El poder de Cristo sobre el sábado

El poder de Cristo sobre el sábado

El Shabat se había vuelto una gran personificación en el judaísmo farisaico y se había convertido en un punto extremo de observancia. Ellos personificaron el Shabat como la novia de Israel y la reina de ADONAI. En un momento determinado del servicio de la sinagoga los viernes por la noche, ellos daban la bienvenida al Shabat cantando una canción llamada: “Bienvenida, mi amada, reina Shabat“. Al mandamiento: acuérdate del shabat para santificarlo (Éxodo 20:8), los fariseos añadieron unas 1.500 normas y reglamentos adicionales sobre el sábado. En consecuencia, mientras Jesús y los fariseos debatían sobre la autoridad de la Ley Oral en general, un área específica de énfasis era la observancia adecuada del sábado; vea Ei La Ley Oral y vea el comentario Éxodo Dn Recuerda el sábado para santificarlo.

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En el Tanaj en sí, se nos dice simplemente que debemos acordarnos del shabat para santificarlo, y que en ese día no se debe realizar ningún trabajo, ni por parte de un hombre ni de sus sirvientes ni de sus animales. No contentos con eso, los judíos pasaron hora tras hora y generación tras generación, definiendo qué era el trabajo y enumerando las cosas que se podían o no se podían hacer en el día de reposo. Alrededor del año 200 dC se escribió la Ley Oral y hoy en día se la llama Mishná. Los escribas elaboraron estas normas y los fariseos dedicaron sus vidas a cumplirlas. En la Mishná la sección sobre el Shabat se extiende por no menos de veinticuatro capítulos.

El Talmud es el comentario sobre la Mishná, y en el Talmud de Jerusalén la sección que explica la ley del Shabat ocupa 74,5 columnas; y en el Talmud de Babilonia ocupa 156 páginas de doble folio. Y se nos cuenta acerca de un rabino que pasó dos años y medio estudiando uno de los veinticuatro capítulos de la Mishná.

¿Qué clase de trabajo podían ellos hacer? Hacer un nudo en sábado, se consideraba trabajo, pero ¡había que definir un nudo! “Los siguientes son los nudos cuya realización hace a un hombre culpable de romper el Shabat: el nudo de los camelleros y el de los marineros, y como uno es culpable por razón de atarlos, así también por desatarlos”. Por otra parte, los nudos que se podían hacer o desatar con una mano eran completamente legales. Además, “una mujer puede atar una abertura en su túnica y los cordones de su gorra y los de su cinturón, las correas de los zapatos o sandalias, de odres de vino y aceite”. Ahora vea qué enredo se causaba. Supongamos que un hombre quisiera bajar un balde a un pozo para sacar agua en el día de Shabat. No podía atarle una cuerda, porque un nudo en una cuerda era ilegal en Shabat; pero podía atarlo al cinturón de una mujer y bajarlo, porque un nudo en un cinturón era completamente legal. Para los escribas y fariseos, ese tipo de cosas eran una cuestión de vida o muerte: eso era religión. Y, en lo que a ellos respecta, creían que agradaban a Dios al hacerlo.

Tomemos el caso de hacer un viaje en Shabat. Éxodo 16:29 dice: Mirad que YHVH os dio el shabbat, por tanto, en el sexto día os da pan para dos días. Que cada uno se quede en su sitio, y nadie salga de su lugar en el séptimo día. Por lo tanto, el viaje en un día de reposo estaba limitado a 914 metros (mil yardas). Pero, si se ataba una cuerda al final de una calle, toda la calle se convertía en una casa y un hombre podía caminar 914 metros (o mil yardas) más allá del final de la calle. O, si un hombre depositaba suficiente alimento para una comida el viernes por la noche en un lugar determinado, ese lugar técnicamente se convertía en su casa y podía caminar 914 metros (o mil yardas) más allá de ella en el día de reposo. Las reglas y regulaciones y las evasiones se acumularon por cientos y miles.

Tomemos el caso de llevar una carga en el día de reposo. Así dice YHVH: Guardaos muy bien de llevar cargas en el día de reposo, y de meterlas por las puertas de Jerusalén (vea Jeremías 17:21-24). Así que, la carga tenía que ser definida. Se definió como “la comida igual en peso a un higo seco, suficiente vino para mezclar en una copa, leche suficiente para un trago, miel suficiente para untar sobre una herida, aceite suficiente para ungir un dedo, agua suficiente para humedecer un colirio”, y así sucesivamente hasta el hastío. Se tenía entonces que decidir si en el día de reposo, una mujer podía llevar un broche, un hombre podía usar una pierna de madera o llevar dentadura postiza; ¿o si hacerlo implicaría trabajo? ¿Se podía levantar una silla o incluso a un niño? Y así sucesivamente, y así se sucedían las discusiones y las normas.

¿Cuál era la esencia de guardar el shabat? ¿Qué significaba santificarlo? Jesús aclara la respuesta a estas preguntas usando tres ejemplos:

Primero, la curación de un paralítico en sábado (vea Cs Jesús sana a un hombre en el estanque de Betesda).

Segundo, comer de los campos de trigo en sábado (vea Cv El Hijo del Hombre es Señor del sábado); y

Tercero, la curación de un hombre con una mano seca en sábado (vea Cw Jesús sana a un hombre con una mano seca).

El contexto de estos enfrentamientos entre Jesús, los fariseos y los maestros de la Torá/Ley, fue la cuestión del mesianismo de Yeshua. ¿Era o no era el Mesías? El Sanedrín estaba todavía en la segunda etapa de la investigación y presionaba para obtener respuestas.

 

2025-03-24T14:10:57+00:000 Comments

Cq – Jesús es cuestionado sobre el ayuno Mateo 9:14-17; Marcos 2:18-22; Lucas 5:33-39

Jesús es cuestionado sobre el ayuno
Mateo 9:14-17; Marcos 2:18-22; Lucas 5:33-39

Jesús es cuestionado acerca del ayuno ESCUDRIÑAR: ¿Por qué ayunaban los discípulos de Juan y los fariseos? ¿Qué implicaba que los apóstoles de Yeshua no ayunaran? ¿Cuándo ayunarían ellos? ¿Cómo responden a la pregunta las tres mini parábolas? ¿Qué es el vestido viejo? ¿Cómo se relaciona el vino nuevo en odres viejos y gastados con el ayuno, el Novio o el Reino Mesiánico?

REFLEXIONAR: ¿Dónde está el vino nuevo en su vida? ¿Cuáles son los odres viejos? ¿Cómo ha hecho reventar el vino nuevo de Jesús algunos de sus odres viejos? Según estos versículos, ¿qué tiene que hacer para ser considerado discípulo? ¿Ve algo de alguna “Ley Oral” moderna en el lugar donde adora? ¿Qué puede hacer para llamar la atención sobre ello?

A lo largo de Su ministerio, Yeshua se enfrentó constantemente a una secta del primer siglo conocida como los fariseos (en hebreo P’rushim o prushim). Su nombre proviene de la raíz parásh ;significaba separar. Ellos eran muy meticulosos en su observancia religiosa, y se diferenciaban incluso, de muchos de sus compañeros judíos, especialmente de la gente común conocida como am ha-aretz. Cabe destacar que sin duda había muchos prushim quienes siguieron sus estrictas observancias por un sincero amor a Dios. Sin duda, muchos de los seguidores de Cristo incluso vinieron de la secta, incluidos algunos rabinos de bastante alto perfil como Nicodemo y José de Arimatea. Pero, los desacuerdos entre el Mesías y los fariseos siempre giraron en torno a la Ley Oral (vea el enlace haga clic Ei La Ley Oral).

Entre las tradiciones farisaicas estaba el ayuno frecuente, dos veces por semana, los lunes y jueves (vea Dq Cuando ayunes, ponte aceite en la cabeza y lávate la cara). Al parecer, los discípulos de Juan estaban observando un ayuno en ese mismo momento. Y era un momento confuso para ellos, ya que Juan languidecía en la prisión de Herodes Antipas, sus discípulos parecerían haber vacilado en su creencia en el mensaje de Juan (vea By Herodes encerró a Juan en prisión). ¿Era Yeshua realmente el Mesías? Había cosas acerca de Él que les parecían extrañas e inexplicables (vea Juan 3:26). En opinión de ellos, debe haber habido un terrible contraste entre el que yacía en la prisión de Maqueronte y El que se sentó a comer y beber en un banquete con recaudadores de impuestos.

Los discípulos de Juan podían comprender la acogida que Jesús daba a los pecadores porque el propio Juan no los había rechazado. Pero lo que no podían entender era por qué tenía que comer y beber con ellos. ¿Por qué asistir a un banquete en el momento en que su maestro estaba encerrado, cuando el ayuno y la oración parecían más apropiados? En efecto, ¿no era siempre apropiado ayunar? Y, sin embargo, ¡este nuevo Mesías no había enseñado a Sus talmidim a ayunar o a orar! Los fariseos, en su deseo de provocar una ruptura entre Jesús y Su precursor, obviamente señalaron ese contraste una y otra vez.

De todos modos, inmediatamente después del banquete de Mateo (Leví) fue por incitación de los fariseos, y en compañía de ellos, que los discípulos del Bautista criticaron a Jesús por el ayuno y la oración (vea Cp El llamamiento de Mateo). Parece que ellos se pusieron del lado de los fariseos en las observancias ceremoniales y ritualistas judías; Jesús y sus apóstoles no seguían la Ley Oral y los fariseos querían saber por qué.434

Después de que el Mesías perdonó los pecados del paralítico, los miembros del Gran Sanedrín regresaron a Jerusalén para discutir, debatir y luego votar sobre la viabilidad de lo que acababan de presenciar; vea Co Jesús perdona y sana a un paralítico, también vea Lg El Gran Sanedrín. La decisión final fue decidir si el movimiento de Jesús de Nazaret era un movimiento mesiánico significativo o insignificante. Si ellos encontraban que el movimiento era significativo, entonces procederían a la segunda etapa de la investigación, durante la cual podrían hacer preguntas. Obviamente decidieron que se trataba de un movimiento serio que necesitaba más investigación.

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Los miembros del Sanedrín quedaron entonces en libertad de hacer preguntas a Jesús para determinar si era el Mesías prometido. Entonces ellos le dijeron: Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oraciones, igualmente también los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben (Mateo 9:14; Marcos 2:18; Lucas 5:33). Desafortunadamente, el ayuno se había convertido en una mera formalidad en lugar de ser una expresión de verdadera humillación (Lucas 18:13); y cómo la apariencia misma de la persona que oraba en público, sin lavarse y con ceniza sobre su cabeza, incluso se convirtió en un motivo de jactancia y exhibición religiosa (Mateo 6:16).435 El problema con la pregunta de ellos, por lo tanto, era su suposición. El judaísmo farisaico de la época creía que cuando viniera el Mesías, seguiría la Ley Oral. ¡El ayuno era parte de la Ley Oral! Su pensamiento era éste: “Si realmente eres el Mesías, ¿por quéy Tus talmidim no siguen la tradición de los ancianos? (Marcos 7:3).

Los rituales y rutinas religiosas siempre han sido peligros para la verdadera piedad. Muchas ceremonias, como rezar a los santos y encender una vela por un pariente fallecido, son en realidad heréticas. Pero, incluso si no es malo en sí mismo, cuando una forma de orar, adorar o servir se convierte en el foco de atención, se convierte en una barrera para la verdadera justicia. Puede impedir que un incrédulo confíe en Dios y que un creyente lo obedezca fielmente. Incluso ir a la iglesia o a la sinagoga mesiánica, leer la Biblia, dar gracias en las comidas y cantar canciones de adoración, pueden convertirse en rutinas sin vida en las que la verdadera adoración a ADONAI está ausente.436 Aquí, Jesús usa tres mini parábolas para demostrar su punto.

La primera parábola es una descripción de una boda judía. El último testimonio registrado del Precursor había señalado a Yeshua como el Novio de una boda judía típica (Juan 3:29). La fiesta de bodas no comenzó y los invitados no se reunieron hasta que el novio estuvo allí para organizar la fiesta. Cuando comenzó la fiesta fue un momento de regocijo para todos los presentes. El Mesías dijo que, así como sería inapropiado esperar que los invitados a una fiesta de bodas ayunaran, también era inapropiado que Sus apóstoles ayunaran.437

Jesús les dijo: ¿Pueden acaso ayunar los que asisten al esposo mientras el esposo está con ellos? Entre tanto tienen consigo al esposo, no pueden ayunar, pero vendrán días cuando el esposo les sea quitado, entonces ayunarán en aquel día (Mateo 9:15; Marcos 2:19-20; Lucas 5:34-35). Mientras Yeshua vivía no podían lamentarse porque el novio estaba físicamente presente, necesitaban festejar no ayunar. Como la partida del novio de la fiesta de bodas señalaba el fin de la fiesta, así la partida de Cristo llevaría a los apóstoles a un momento en el que el ayuno y la oración serían apropiados. La referencia es a la crucifixión. Isaías lo dijo así: Con violencia, mediante juicio, fue quitado, Y de su generación, ¿quién consideró que fue cortado de la tierra de los vivientes y llagado por la transgresión de mi pueblo? (Isaías 53:8). Por lo tanto, podemos ver que durante el tiempo en que el Siervo Sufriente ministraba, el Reino de Dios estaba siendo ofrecido a la nación de Israel.

Para aplicar esta verdad tanto a los discípulos de Juan como a los fariseos que oyeron sus palabras, el Profeta de Nazaret dio dos parábolas más. Para ilustrar el punto, el Mesías se refirió a dos elementos comunes de la vida cotidiana a su alrededor: ropa y bebida. En cada caso Él insiste, refiriéndose a la experiencia de Sus oyentes, en que el cambio, para ser efectivo, debe ser radical.

Luego les refirió una segunda parábola: Nadie pone un remiendo de paño nuevo sobre un vestido viejo, pues tal remiendo tira del vestido, y se hace una rotura peor (Mateo 9:16; Marcos 2:21 Lucas 5:36). El remiendo se refiere al nuevo tipo de ministerio y predicación del Mesías, la gracia, en comparación con la Ley Oral, un vestido viejo listo para ser desechado. Esto era una alusión al vestido exterior, que era una prenda que usaba el judío promedio de esa época. Era vital para protegerse de los elementos, por lo que la Torá prohíbe llevarla durante la noche (Éxodo 22:26-27). Además, este vestido incluiría flecos, o tzitzit, como se manda en Números 15:37-39, para que Israel recuerde el llamado de la Torá. Los judíos ortodoxos y otros continúan observando este mandamiento, usando un pequeño manto de oración llamado talit katan para mostrar los flecos. Muchos hombres judíos (y algunas mujeres en las ramas contemporáneas del judaísmo) usan un talit moderno hoy en la sinagoga para cumplir con este mandamiento. Es este vestido importante el que Jesús usa como ilustración. Si un talit desgastado se remienda con material nuevo, a medida que la tela nueva se encoge, seguramente rasgará las puntadas y se volverá inútil. Porque el remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace una rotura peor. El punto de esta parábola era que Él no había venido a ayudarlos a remendar el judaísmo farisaico, no iba a ayudarlos a tapar los agujeros en la cerca de la Ley Oral. Él estaba presentando algo bastante diferente.

La tercera mini parábola ilustra la misma verdad: Tampoco nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se echarán a perder; sino que el vino nuevo tiene que ser echado en odres nuevos (Mateo 9:17; Marcos 2:22; Lucas 5:37-38). Los odres estaban hechos de pieles de animales, como cabras, y durante un tiempo cumplieron bien su función. Pero llegó un día, por supuesto, en que los odres de vino… eran viejos y secos, y por lo tanto, más vulnerables a la presión interior, especialmente en la formación de grietas. Si en tales odres viejos, el vino nuevo era vertido, el resultado sería desastroso. Ya que el vino nuevo, que todavía estaba fermentando, se expandiría y ejercería una presión sobre los recipientes viejos, duros e inflexibles, más allá de lo que podían soportar. Entonces, era solo cuestión de tiempo antes de que los odres viejos estallaran. El punto aquí es que Jesús no vino a poner Su enseñanza en los odres viejos del judaísmo farisaico. El sistema legalista, externo y farisaico del judaísmo tradicional, no podía conectarse con el ministerio de Cristo ni contenerlo. Él estaba presentando algo que era nuevo. Y nadie, después de beber el añejo, desea el nuevo, porque dice: El añejo es bueno (Lucas 5:39). El vino añejo era la Torá y el vino nuevo era la Ley Oral. Y nadie, después experimentando el vino viejo de la Torá de ADONAI (Salmo 1:2), querrá el vino nuevo de la Ley Oral, porque la Torá es mejor. En cada caso, las dos cosas no coincidían: banquete y ayuno, vestido viejo y vestido nuevo, vino nuevo y odres viejos. Jesús estaba señalando que Su camino y el camino de la Ley Oral simplemente no se mezclaban.

Los creyentes de hoy no son inmunes a esto. Al menos la Ley Oral se aplicaba en todo Israel. No así de una iglesia a otra, o de una denominación a otra. A veces sus reglas varían dentro de la misma denominación. Puede ser que las cosas que le piden que haga no se encuentran en la Biblia; sin embargo, debe ajustarse a su conjunto de reglas para ser considerado “espiritual”. Mi esposa y yo fuimos miembros de una iglesia que enviaba un mensaje subliminal muy fuerte; en realidad, ni siquiera se hablaba de ello en ningún grado. Pero se suponía que los hombres debían usar traje y corbata, y las mujeres debían usar vestido y tacones. ¡Mi esposa (la inconformista) inmediatamente se puso traje de pantalón!

Si su empleador dice: “Si trabaja aquí no queremos que …. (rellene el espacio en blanco)”, eso es un código de conducta y es un pedido razonable. Sin embargo, si le dicen: “si realmente es creyente, entonces……….. (rellene el espacio en blanco)”, entonces eso es simplemente la Ley Oral moderna. Amigo, eso es legalismo. Se vuelve legalista cuando espera que todos vivan según sus reglas que no se encuentran en ninguna parte de las Escrituras. Entonces usted juzga su espiritualidad sobre la base de sus reglas y normas arbitrarias. Eso es lo que hizo el judaísmo farisaico.

Debemos recordar que la mayor parte de la tradición judía se basa en las Escrituras. Por lo tanto, no podemos llegar a conclusiones erróneas y decir que Jesús estaba criticando cualquier cosa rabínica o tradicional. El hecho de que el Mesías haya venido claramente tiene implicaciones para nuestra perspectiva de la Torá y de la tradición (vea DgLa consumación de la Torá). Un ejemplo de tradición es el hecho de que la tercera copa de la cena del Séder de Pascua, es usada por Yeshua para ilustrar Su obra redentora. Esta copa no se menciona en los detalles de la Torá relacionados con la Pascua, sino que en realidad es una idea rabínica agregada durante el período talmúdico. A algunos les sorprendería que no sólo se anima a los creyentes judíos a recordar las lecciones de esta copa (Mateo 26:26-29), sino que los creyentes gentiles de Corinto debían hacer lo mismo (Primera Corintios 11:23-26).

Jesús vino a enseñar la plenitud de la Torá, hasta el punto de corregir algunos de los errores en la comprensión que la gente tenía de ella. En ese sentido, ofrece a los creyentes, tanto judíos como gentiles, una manera de entender la Biblia entera como una revelación coherente desde el Génesis hasta el Apocalipsis.438

 

2025-03-24T13:44:40+00:000 Comments

Cp – El llamado de Mateo (Leví) Mateo 9:9-13; Marcos 2:13-17; Lucas 5:27-32

El llamado de Mateo (Leví)
Mateo 9:9-13; Marcos 2:13-17; Lucas 5:27-32

El llamado de Mateo, también conocido como Leví ESCUDRIÑAR: ¿Qué es lo sorprendente de la elección de Mateo por parte de Jesús? ¿Por qué? ¿Cómo se relaciona esta historia con el paralítico? Los pescadores que se convirtieron en apóstoles probablemente pagaban impuestos inflados a Leví durante años. ¿Cómo se sentirían ellos cuando Yeshua llamó a Mateo? ¿Por qué lo hizo? ¿Cuánto le costó a Mateo convertirse en talmid? ¿Qué dice el Mesías que se necesita para entrar en el Reino de Dios?

REFLEXIONAR: Si Cristo realmente perdona los pecados, ¿por qué a muchos creyentes les cuesta tanto perdonar? ¿Qué tan enfermo estaba usted antes de darse cuenta de su necesidad del Gran Médico? Observe a las personas que lo rodean. ¿Cómo puede cruzar la gran barrera y ayudarlos a ver que el amor de Yeshua no conoce fronteras? ¿Cómo puede mostrarles el otro lado de la barrera cultural del amor incondicional e incuestionable?

Y salió nuevamente junto al mar, y toda la multitud acudía a Él, y les enseñaba (Marcos 2:13). Una vez más, Yeshua salió junto al mar de Galilea. Este incidente ocurrió inmediatamente después de la curación del paralítico (vea el enlace, haga clic en Co Jesús perdona y sana a un paralítico). La palabra junto se traduce de la palabra griega “para”. Sugiere la idea de que nuestro Señor no solo iba a la orilla del mar, sino que le encantaba caminar por la orilla, tal vez para descansar y tener tranquilidad, y la oportunidad de estar a solas con el Padre. La frescura del aire, la influencia tranquilizadora del sonido de las olas y la vista panorámica del mar, todo lo que vio Su mirada sería un tónico para Jesús el hombre. Cuya naturaleza humana, con todas sus limitaciones, necesitaba recreación y descanso, tal como nosotros los necesitamos.428

Y salió nuevamente junto al mar, y toda la multitud acudía a Él, y les enseñaba (Marcos 2:13). Los barcos de velas blancas atraían multitud de oyentes, y mientras Él caminaba, una gran multitud se reunió para escuchar la palabra y para ver la Palabra. Tal vez Leví (Mateo) pudo haber presenciado el llamado de los primeros apóstoles. Seguramente debe haber conocido a los pescadores y propietarios de barcos de Capernaúm. La ciudad estaba ubicada en la Vía Maris y, al ser un centro populoso y concurrido, tenía una gran aduana con un número correspondientemente grande de recaudadores de impuestos. Estaba ubicada en el lugar de desembarque de los barcos que viajaban por el lago hacia varias ciudades en la otra orilla.

Y al pasar, vio a Leví (Mateo) hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos (Mateo 9:9a; Marcos 2:14a; Lucas 5:27b RV60). No era raro que los judíos tuvieran dos nombres, como es la práctica actual. Los judíos en la diáspora tienen tanto un nombre hebreo como un nombre común para el país en el que viven. Sabemos por otros escritores de los evangelios que su nombre secundario era Leví. Si esto significa que también era de ascendencia sacerdotal, entonces su enigma se vuelve aún mayor. Debido a los problemas asociados con tales recaudadores de impuestos, los rabinos emitieron una serie de juicios contra ellos, como su descalificación como testigos legales (Tratado Sanhedrin 25b).429

Ya sea que pasaran por la ciudad o por el campo, por tranquilos caminos secundarios o por la gran carretera, había una imagen que constantemente recordaba a los judíos su dominación extranjera, y despertaba dentro de ellos nueva indignación y odio: el recaudador de impuestos para Roma. De ocupación, Mateo era recaudador de impuestos al servicio de Herodes Antipas, el gobernante de Galilea designado por los romanos. Roma exigía que cada recaudador de impuestos recaudara una cierta cantidad de impuestos. Todo lo que superara esa cantidad, lo podían conservar. Para mantenerlos felices y productivos, el gobierno romano miraba para otro lado mientras cobraban de más a la gente y extorsionaban todo lo que podían a sus compatriotas. Un recaudador de impuestos astuto, podía amasar una gran fortuna en muy poco tiempo. Pero todo Israel los miraba con el mayor desprecio y los consideraba traidores.

Jesús vio a Mateo (Leví) sentado en la cabina del recaudador de impuestos (Mateo 9:9c; Marcos 2:14b; Lucas 5:27c). Según los escritos judíos, había dos tipos de recaudadores de impuestos, los Gabbai y los Mokhes. Los Gabbai eran recaudadores de impuestos generales. Ellos recaudaban impuestos sobre la propiedad, impuestos sobre la renta y el impuesto de censo o per capita. Estos impuestos se establecían mediante evaluaciones oficiales, por lo que no se podía sacar tanto de ellos. Los Mokhes, sin embargo, recaudaban sobre las importaciones y exportaciones, los bienes para el comercio interno y prácticamente todo lo que se transportaba por carretera. Fijaban peajes en carreteras y puentes, gravaban a las bestias de carga y los ejes de los carros de transporte, y cobraban aranceles sobre paquetes, cartas o cualquier otra cosa que pudieran encontrar para gravar.

Los mokhes estaban compuestos por los grandes mokhes y los pequeños mokhes. Un gran mokhes se mantenía entre bastidores y contrataba a otros para que recaudaran impuestos para él. Zaqueo era aparentemente uno de los grandes mokhes (vea Ip Zaqueo, el recaudador de impuestos). Mientras que Mateo fue evidentemente un pequeño mokhes, porque atendía una oficina de impuestos donde trataba con la gente cara a cara. Era a quien la gente veía y con quien más se resentía.

Según los rabinos no había esperanza para un hombre como Leví. El judaísmo farisaico guardaba silencio en cuanto al perdón de los pecados, por lo que no tenía una palabra de bienvenida o ayuda para el pecador. El mismo término fariseo, o apartado, implicaba la exclusión de ellos. Una vez que un hombre se convertía en recaudador de impuestos, quedaba excluido de la comunidad judía. Según la Ley Oral (vea Ei  La Ley Oral), las únicas personas que podían asociarse con ellos eran otros recaudadores de impuestos y las prostitutas, que eran consideradas pecadoras. Enseñaban que el arrepentimiento era virtualmente imposible tanto para un recaudador de impuestos, como para una prostituta.

Aquí había un judío que amaba el dinero más que el respeto y la camaradería de sus compatriotas. El vínculo entre los judíos suele ser mucho más estrecho que entre los miembros de otras razas, ya que el judío forma parte de una nación aislada y perseguida. Por lo tanto, algunos recaudadores de impuestos, preocupados por su reputación, se mantenían alejados del ojo público contratando a otros para que recaudaran impuestos para ellos. Pero, los realmente descarados, a los que no les importaba lo que la gente pensara de ellos, en realidad se sentaban en la cabina de recaudación de impuestos personalmente. Una cosa era ser recaudador de impuestos; otra muy distinta era hacer alarde de ello. Por un lado, esto mostraba el estado repugnante del alma de Leví. Pero, por otro lado, este era un hombre al que Jesús podía usar. No era la primera vez que Yeshua veía a Mateo, lo habría estado observando durante algún tiempo. Y esta no era la primera vez que Leví veía al Mesías.

Mateo debe haber sido un hombre con convicciones. En lo más profundo de su alma debe haber anhelado ser libre de su vida de pecado, y esa debe haber sido la razón por la que prácticamente corrió a unirse al Mesías. Nunca habría seguido a Yeshua por capricho; habría renunciado a demasiado. Seguramente sabía en lo que se estaba metiendo. Jesús había ministrado públicamente en toda el área; toda la ciudad de Capernaum sabía acerca del rabino renegado. Leví habría visto Sus milagros.Había calculado el costo y estaba preparado para obedecer.430

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Entonces el Salvador de los pecadores le dice: Sígueme. Y levantándose, lo siguió. La palabra griega es akoloudséo, que proviene de una palabra que significa “andar por el mismo camino con”. Significa seguir a alguien que precede, o unirse a alguien como su discípulo. Todas estas cosas estaban involucradas con el mandato de nuestro Señor, pero era más que una invitación. La palabra está en modo imperativo, emitiendo una orden. Aquí estaba el Rey Mesías, soberano en sus demandas. Leví reconoció el tono de autoridad de la voz de Yeshua. Pero el Espíritu Santo nunca derribará la puerta de tu corazón. Debe ser invitado a entrar. Mateo podía decirle no a Jesús y no perder la fe. Como todos lo hacemos, Leví tenía una opción. En la encrucijada de su vida, ¿qué haría él?

Inmediatamente Mateo dejó todo y levantándose lo siguió (Mateo 9:9d; Marcos 2:14c; Lucas 5:27d-28). Esto significó pobreza para Leví, en lugar de la opulencia y el lujo a los que estaba acostumbrado. ¡Hasta ahí llega la multitud de antaño y de hoy de “Dios quiere que seas millonario”! El verbo está en tiempo presente, ordenando el comienzo de una acción y su práctica habitual. Es como si Jesús estuviera diciendo: “Comienza a seguirme, y continúa como un hábito de vida siguiéndome”. Esto significó que, a partir de ese momento, Mateo caminaría por el mismo camino que Jesús recorrió, un camino de autosacrificio, un camino de separación, un camino de sufrimiento y un camino de santidad.

Pero el mandato no era simplemente: Sígueme. Esto era, en esencia: Sigue conmigo. La persona indicada por el pronombre, es el medio que completa la asociación entre las dos personas. Por lo tanto, el Rey Mesías, no se limitó a ordenar a Leví que se convirtiera en Su seguidor. Le dio la bienvenida para que fuera Su amigo y participara en Su ministerio. Esto no era, sígueme detrás de, fue un sígueme a Mi lado mientras caminamos. 431 Se nos dan detalles específicos de los llamados de sólo siete de los apóstoles originales: Juan, Andrés, Pedro, Santiago, Felipe y Natanael (vea Bp Los discípulos de Juan siguen a Jesús). Mateo fue el séptimo.

Y Leví le hizo un gran banquete en su casa. Y había un gran número de publicanos y otros que estaban reclinados a la mesa con ellos (Lucas 5:29). Esto marcó el momento del nuevo nacimiento de Mateo, por lo que se organizó una fiesta de cumpleaños para celebrar su “nuevo nacimiento”. Pero en lugar de centrarse en sí mismo, quiso celebrar a Aquel que le había traído Su nuevo nacimiento; como muestra de sincero agradecimiento por su nuevo llamado, con el gran banquete para Jesús en su casa. En consecuencia, Mateo Invitó a sus amigos, las únicas personas con las que podía relacionarse: otros recaudadores de impuestos y prostitutas, y pecadores. Y aconteció que estando Él reclinado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores llegaron y se reclinaron a la mesa con Jesús y sus discípulos (Mateo 9:10; Marcos 2:15). Sus amigos eran ladrones, blasfemos, libertinos, estafadores, corruptos y otros recaudadores de impuestos. Esta era una multitud con la que Cristo no podía encontrarse en las sinagogas.

Los fariseos podían verbalizar sus objeciones porque se encontraban en la segunda etapa de la investigación (vea Lg El Gran Sanedrín). Como resultado, los fariseos y sus escribas murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? (Mateo 9:11; Marcos 2:16; Lucas 5:30). Los maestros de la Torá o escribas pertenecían a la secta de los fariseos. Apenas pudiendo ocultar su consternación, se quejaron: ¿Por qué vuestro rabino come con publicanos, prostitutas y pecadores? Era como si ellos estuvieran pensando: “Si realmente fuera el Mesías, ¡estaría cenando con nosotros!”

Por el nombre mismo de la secta del judaísmo llamada los fariseos, que significa los separados, se mantenían alejados de cualquiera que ellos consideraran pecador. El Talmud lo dice de esta manera: “Si un recaudador de impuestos entraba en una casa, todo lo que había en ella se volvía impuro. No se puede creer a la gente si dice: entramos, pero no tocamos nada” (Tratado Toharot 7:6). Desde su perspectiva, estos judíos apóstatas no solo estaban más allá de la amistad personal, sino que este tipo de multitud ciertamente haría que cualquier judío observante fuera ritualmente impuro. Sin embargo, Yeshua rompe una vez más algunas normas comúnmente aceptadas, ya que no sólo asiste a dicho banquete, sino que también comparte una comida con ellos.432 Al oír esto, Jesús les respondió con un poderoso triple argumento.

Primero, en la apelación a la experiencia personal compara a los pecadores con enfermos que necesitan un médico. Él explica: no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Los fariseos estaban de acuerdo en que el recaudador de impuestos estaba espiritualmente enfermo. Pero La respuesta implícita de Cristo entonces fue: ¿por qué no debería ir a ellos?” Desde la perspectiva del Mesías, esos eran precisamente los que necesitaban Su ayuda. Fue como un duro reproche a la dureza de corazón de los fariseos. Su pregunta no tan sutil para ellos fue esta: “si son tan perceptivos como para diagnosticarlos como pecadores, ¿qué harán al respecto? ¿O son médicos que dan diagnósticos pero no curan?” De esta manera, los expuso como los hipócritas piadosos que realmente eran. Jesús no estaba en el banquete porque disfrutara de ese tipo de compañía, porque no fue así. Había pecado por todas partes a Su alrededor, y Su alma justa y sensible lo aborrecía. Pero, el Mesías estaba allí para alcanzar sus almas para la salvación. Ningún costo era demasiado alto para lograr eso. Incluso Su propia vida.

En segundo lugar, el argumento de la Escritura denuncia el orgullo de los fariseos: Id y aprended. Los rabinos usaban esta frase para reprender a los estudiantes por ignorar algo que deberían haber sabido. Era como si Jesús estuviera diciendo: “vuelve a leer el TaNaJ y regresa cuando hayas aprendido lo básico”. Ve y aprende lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificios, citando a Oseas 6:6. Eso habría sido muy ofensivo para los fariseos que se consideraban expertos en el TaNaJ. Ellos debieron pensar: “¡Cómo se atreve a citarnos a Oseas!”. Se caracterizaban por su mucho sacrificio, pero carecían de misericordia. Ellos eran cuidadosos en cumplir las exigencias externas de la Torá, pero no cumplían con las exigencias internas, como la misericordia. Si bien los fariseos eran expertos en rituales, no tenían amor por los pecadores. ADONAI instituyó el sistema de sacrificios y ordenó a Israel seguir ciertos rituales, pero eso agradaba al SEÑOR sólo cuando era la expresión de un corazón contrito y humillado (vea Salmo 51:16-17).

El tercer argumento, de Su propia autoridad, los sorprendió: porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento (Mateo 9:12-13; Marcos 2:17; Lucas 5:31-32). Los fariseos se consideraban entre los justos y veían a los publicanos y a las prostitutas como pecadores. Lucas 18:9 describe a los fariseos como aquellos que confiaban en sí mismos como justos y menospreciaban a los demás. Pero, la realidad era que ellos también necesitaban la justicia que sólo el Mesías podía proporcionar. El mundo posmoderno o el relativismo en el que vivimos hoy, no debe desanimarnos de un sentido de urgencia para compartir las Buenas Nuevas con todos los que nos rodean. Aparentemente, esta fue la única razón por la que Leví pagó el banquete en primera acción. Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento.

Dios no miró nuestras vidas agotadas y dijo: “moriré por usted cuando se lo merezca”. No, a pesar de nuestro pecado, frente a nuestra rebelión, Él eligió adoptarnos. Y para ADONAI, no hay vuelta atrás. Su gracia es una promesa de “ven tal como eres” de un Rey único en su tipo. Usted ha sido encontrado, llamado y adoptado; así que confíe en su Padre y reclame este versículo como suyo. Pero Dios demuestra su mismo amor hacia nosotros en que, siendo nosotros aún pecadores, el Mesías murió por nosotros (Romanos 5:8). Y nunca más tendrá que preguntarse quién es su Padre: ha sido adoptado por el Rey y, por lo tanto, como dice Gálatas 4:7: Así que ya no eres siervo, sino hijo, y si hijo, también heredero por medio de Dios.433

El mensaje de Yeshua había sido muy claro y eso preparó el terreno para la decisión del Sanedrín. ¿Era el Mesías o no? La decisión de ellos cambiaría el curso de la historia, (vea EkEs sólo por Belcebú, el Príncipe de los Demonios, que este hombre expulsa a los Demonios). Así que dondequiera que Jesús iba, los fariseos planteaban objeciones a las cosas que Él decía o a las cosas que Él hacía. No se puede enfatizar lo suficiente que TODAS estas objeciones se referían a la Ley Oral y no a la Torá. NUNCA hubo un momento en que objetaran que Jesús no cumpliera la Torá. De hecho, Él fue la única persona que vivió y que cumplió a la perfección los 613 mandamientos de la Torá.

Mi esposa y yo comenzamos una iglesia en Wisconsin hace muchos años. Mientras estaba allí, estaba desarrollando una relación con un hombre que vivía en mi vecindario. Nuestros hijos jugaban en el mismo equipo de la Liga Infantil y comenzamos a pasar tiempo juntos, porque él era un fanático de los deportes y yo también. Un día me preguntó si quería ir con él a un bar deportivo para ver un partido. Pensé que sería una gran oportunidad para pasar un tiempo con él y disfrutar del juego. Así que fuimos. Él tomó algunas cervezas y yo tomé muchas sodas dietéticas. El domingo siguiente, uno de los miembros de nuestra iglesia me reprendió por haber sido visto en un bar. “¡Un bar! ¡Y usted es pastor! ¿Cómo puede? ¿No le importa su testimonio?” Me gustaría decirle que la convencí de mi forma de pensar, pero no lo hice, y ella dejó nuestra iglesia. Pero, ¿no lo ve usted?, esta fue Su enseñanza: El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10).

¿Deberíamos avergonzarnos de hacer menos?

Señor, ayúdame a ser como Tú. Ayúdame a ser conformado a Tu imagen. Permíteme cuidar mi testimonio, pero permíteme ser amigo de los recaudadores de impuestos y de los pecadores, tal como Tú. Amén.

2025-03-24T13:15:50+00:000 Comments

Co – Jesús perdona y sana a un paralítico Mateo 9:1-8 y Marcos 2:1-12

Jesús perdona y sana a un paralítico
Mateo 9:1-8;
Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26

Jesús perdona y sana a un paralítico ESCUDRIÑAR: ¿Quiénes estaban allí de toda Judea y Jerusalén observando atentamente y por qué? ¿Qué riesgos corrieron los hombres que llevaban al paralítico? ¿Por qué estaban furiosos los escribas cuando Jesús perdonó los pecados del paralítico? ¿Por qué el Mesías perdonó sus pecados antes de sanar su cuerpo? ¿Cómo respondió el pueblo al milagro? ¿En qué se diferencia la respuesta de ellos a la forma en que la gente responde a la obra de Dios hoy? A la luz de este pasaje, ¿qué significa ser sanado espiritualmente?

REFLEXIONAR: ¿De qué manera usted se puede identificar con el paralítico? Piense en una ocasión en la que experimentó el toque sanador de Yeshua en su vida. ¿Cómo le afectó? Muchas personas necesitan la sanación espiritual, emocional o física de Dios. ¿De qué manera puede compartir el amor y el perdón de ADONAI con ellas? La actitud del Mesías y la actitud de los fariseos variaron mucho. ¿Qué ilustra esta historia acerca de las actitudes suyas que honran a Dios? ¿Cuándo el Señor superó sus expectativas y le proporcionó más de lo que jamás podría imaginar?

El mensaje más distintivo que el Mesías vino a dar, es la realidad de que el pecado puede ser perdonado. Ese es el corazón y la savia del evangelio, que las personas pueden ser liberadas del pecado y sus consecuencias. Nuestra fe tiene muchas verdades, valores y virtudes, cada una de las cuales tiene innumerables aplicaciones en la vida de los creyentes. Pero su suprema y abarcante Buena Nueva es que la humanidad pecadora puede ser completamente limpiada y llevada a la comunión eterna con un Dios santo. Este es el mensaje que tenemos ante nosotros.418

Pasados algunos días, volvió a entrar en Cafarnaum, y se oyó que estaba en casa. Y se reunieron muchos, de modo que ya no había sitio ni aun frente a la puerta; y Él les hablaba la palabra (Marcos 2:1-2; Mateo 9:1). Eso estaba muy lejos de Jerusalén, el centro del judaísmo farisaico. Capernaúm está en la costa norte del Mar de Galilea, que está a unos tres días de caminata desde Jerusalén. Es posible que Él hubiera estado fuera durante algunos meses, y regresara a Capernaúm en silencio. Cuando la gente oyó que había vuelto a casa, se reunieron en tal número que no había lugar. El saludo fue fenomenal, no había lugar ni siquiera fuera de la puerta, y Él les predicó la palabra. El verbo predicó está en tiempo imperfecto, enfatizando la acción continua. La belleza de Su voz, el encanto de Su manera y Su ternura y amor, obvios para todos, deben haber llegado a ese grupo de personas cansadas y enfermas, como un soplo del cielo.

En uno de aquellos días, aconteció que estaba enseñando, y había allí sentados unos fariseos y doctores de la ley, los cuales habían llegado de todas las aldeas de Galilea y de Judea, y de Jerusalén, y el poder del Señor estaba en Él para sanar (Lucas 5:17). Esta es la respuesta a la curación de un leproso judío, el primer milagro mesiánico (vea el enlace haga clic en Cn El Primer Milagro Mesiánico: La curación de un leproso judío). Por lo tanto, el Gran Sanedrín tuvo que seguir sus propias reglas, que era cumplir la primera etapa de la observación (vea Lg El Gran Sanedrín). En lugar de enviar una pequeña delegación de fariseos y doctores de la ley, como lo habían hecho con Juan el Bautista, la mayoría, si no todos vinieron (vea Bf Generación de víboras, que os advirtió que huyerais de la ira venidera). ¿Por qué habían ido los fariseos a Capernaúm? Todos sabían lo que significaba curar a un leproso judío. Era algo serio. El escenario estaba listo. Las líneas de batalla estaban trazadas, y no fue casualidad que el rabino galileo hiciera una afirmación que solo podía hacer Dios mismo. ¿Contra qué se enfrentaba Él?

Los fariseos centraban sus actividades en la sinagoga y en el estudio de la Biblia. Ellos pertenecían principalmente a la clase media, y contaban con el apoyo del pueblo. La palabra fariseo probablemente proviene de la palabra que significa separado de los pecadores o impuros. Los piadosos, los jasid, se arremangaban sus túnicas sueltas al caminar para evitar incluso, tocar a alguien o algo impuro. Ellos pertenecían a la fraternidad religiosa influyente, más celosa y más estrechamente conectada, que en la búsqueda de sus objetivos no escatimaba tiempo ni esfuerzos, no temía ningún peligro y no se acobardaba ante ninguna consecuencia. La fraternidad, sin embargo, no era en absoluto grande. Según Josefo (Antigüedades 17.2,4) su número en la época de Herodes ascendía a unos seis mil. Comparablemente pequeño en contraste con toda la nación, sin embargo, la plaga del fariseísmo dominó la cultura judía en casi todos los aspectos.419

La educación estaba muy extendida en el período del Segundo Templo. Casi todos los niños y niñas recibían algún tipo de educación hasta los nueve años. En ese momento se suponía que ellos debían prepararse para la edad adulta. Por lo tanto, las niñas iban a la casa para recibir capacitación de las madres, y los niños iban con el padre para aprender su oficio. La mayoría se casaba a la edad de doce años. Los niños que mostraban potencial no solo aprenderían el oficio de su padre, sino que serían separados para una formación educativa adicional que se centraría en el TaNaJ. A la edad de nueve años, un niño así separado habría memorizado Génesis. A la edad de doce años, incluso aquellos que habían memorizado Génesis, eran aún más separados. Aquellos que mostraban una gran promesa pasaban tiempo concentrado con uno de los rabinos. A esta edad habrían memorizado la Torá: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. ¡Memorizado todo! ¡A la edad de doce años!

Luego, a la edad de dieciséis años ellos eran separados de nuevo. Los jóvenes que demostraron ser realmente prometedores comenzaron a recibir una formación formal para ser rabinos. Para entonces, ya ellos habrían memorizado todo el TaNaJ. Podían debatir los puntos más finos de las Escrituras de memoria. Entonces estaban listos para el estudio serio, centrándose en las interpretaciones de las Escrituras. Durante ese tiempo, las interpretaciones vinculantes comenzaron a ser desarrolladas por diferentes escuelas rabínicas en Israel. Por ejemplo, aunque nada en el TaNaJ sugería que era necesario lavarse las manos antes de comer, el rabino fulano declaraba que debían lavarse tantas veces y que el agua debía ser vertida de cierta manera. Eso se llama halajá y generalmente se traduce como el camino que uno camina. La palabra se deriva de la raíz hebrea hei -lamed -kaf, que significa ir, caminar o viajar. Los rabinos hicieron muchas adiciones e interpretaciones vinculantes a la Torá que también debían ser memorizadas.

Esto se convirtió en la base de la Ley Oral de la que Yeshua habló. Sostenían que la Ley Oral era igual, si no superior, a la Torá escrita (vea Ei La Ley Oral). Alrededor del año 200 dC, estas Leyes Orales fueron escritas y hoy se las llama Mishná. Los fariseos creían en la resurrección, la inmortalidad del alma y la supremacía del destino. Ellos esperaban que el Mesías los librara de sus opresores extranjeros. Los saduceos no estaban presentes ese día porque de todos modos no creían en Cristo, así que no había necesidad de investigar a Jesús para ver si Él era Aquel.

Los maestros de la Ley (Torá), o escribas, eran intérpretes de la Torá (Segunda Crónicas 34:13; Esdras 7:12) debido a su familiaridad con las Escrituras y su comprensión de las mismas (1 Crónicas 27:32). Aunque algunos maestros de la Torá pertenecían al grupo de los saduceos, la mayoría eran fariseos, lo que explica que se los mencionara con frecuencia juntos. Eran maestros de la Torá y planteaban preguntas para que el estudiante las respondiera. Se les llamaba rabino. El maestro de la Torá se sentaba en una zona elevada y los alumnos en filas de bancos o en el suelo. Repetía su material una y otra vez para que lo memorizaran. Cuando el estudiante dominaba el material y era competente para tomar sus propias decisiones, era un estudiante no ordenado. Cuando alcanzaba la mayoría de edad (al menos 30 años), podía ser recibido en la compañía de los maestros de la Torá como un erudito ordenado. Algunos sirvieron como abogados y otros fueron miembros del Gran Sanedrín.420 Los maestros de la Torá elaboraron las normas de la Ley Oral, y los fariseos dedicaron sus vidas a cumplirlas.

Y la Biblia nos dice que el poder del Señor estaba en Él para sanar (Lucas 5:17b). Como médico, Lucas estaba particularmente interesado en esto. Este comentario revela claramente el énfasis de Lucas en la venida del Espíritu sobre Jesús (Lucas 3:21-22, 4:1, 14, 18-21). Prepara al lector para el milagro de curación que está por venir.421

Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús (Lucas 5:18-19 RV60 y Marcos 2:3-4). La llegada del Señor había causado un gran revuelo. Cuatro hombres llegaron cargando a un hombre paralítico tendido en un catre o camilla. Ya fuera que hubiera nacido paralítico o que se hubiera quedado paralítico, el resultado final era el mismo: una dependencia total de los demás. Cuando la gente lo miraba, no veían al hombre; veían un cuerpo que necesitaba un milagro. Eso no fue lo que vio Jesús, pero eso fue lo que vio la gente. Y eso fue ciertamente lo que vieron sus amigos. Así que hicieron lo que cualquiera de nosotros haría por un amigo. Intentaron conseguirle ayuda. Así que trataron de llevarlo a la casa (vea Marcos 1:32-33 y 37) para ponerlo delante de Yeshua. La casa probablemente haya sido la de Pedro.

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Pero cuando llegaron sus amigos, la casa estaba llena. La gente abarrotaba las puertas. Los niños se sentaban en las ventanas. Otros miraban por encima del hombro. ¿Cómo podrían atraer la atención de Jesús? Ellos tenían que tomar una decisión, ¿encontrarían ellos la manera de entrar o se rendirían? Cuando no pudieron encontrar una manera de hacerlo porque la entrada estaba bloqueada, subieron al techo. En aquellos días, el techo oriental era plano y servía como el porche de la casa. Normalmente había una escalera exterior y lograron llevar al paralítico hasta el techo. Eso requeriría un gran esfuerzo por sí solo. Pero luego, hicieron una abertura justo encima de Yeshua. Eso significó cavar a través de la argamasa, el alquitrán, las cenizas y la arena que había en el techo. Luego bajaron al hombre en su catre en medio de la multitud, justo en frente de Jesús que había estado enseñando (Mateo 9:2a; Marcos 2:3-4; Lucas 5:18-19). ¡Qué entrada!

¿Qué habría pasado si los amigos se hubieran dado por vencidos? ¿Qué habría pasado si ellos se hubieran encogido de hombros, y hubieran murmurado algo sobre que la multitud era grande y que la cena se estaba enfriando?; ¿se hubieran dado la vuelta y se hubieran ido? Después de todo, habían hecho una buena acción al llegar tan lejos. ¿Quién podría encontrar un defecto si ellos daban marcha atrás? No se puede hacer mucho por alguien, incluso por un paralítico. Pero sus amigos no estaban satisfechos, estaban desesperados por encontrar una manera de ayudarlo.

Era arriesgado, ellos podían caerse o lastimarse. Era peligroso, él podía caerse. Era poco ortodoxo, abrir el techo de otra persona; no es la manera más rápida de hacer nuevos amigos. Era una intromisión: y Jesús estaba ocupado. Pero era la única oportunidad de ellos y la aprovecharon. La fe hace esas cosas. La fe hace lo inesperado. La fe llama la atención de Dios.422

En ocasiones similares, el rabino hacedor de milagros sanó a la gente tocándola, pero esta vez no. Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo, tus pecados te son perdonados (Mateo 9:2b; Marcos 2:5; Lucas 5:20). En hebreo, esta voz pasiva solo se usa en una sección de todo el TaNaJ. Siendo fariseos y maestros de la Torá, ellos lo habían memorizado completamente y no se les escaparía la conexión que el Señor estaba haciendo. Él estaba reclamando la autoridad que ADONAI reclamaba para Sí mismo en Levítico, capítulos 4, 5 y 6, donde se habla de sacrificios de sangre para la expiación del pecado. Aquí, Jesús estaba hablando como si Él fuera Dios.

La palabra perdonar es la traducción de afíemi. El significado común es dejar, cancelar o dejar ir. Pero, esto no da una imagen adecuada de esta palabra griega. Decimos que hemos “perdonado” a alguien que nos ha hecho daño. Con eso, se suele decir que cualquier sentimiento de animosidad que se pudiera haber tenido, habría cambiado a uno de renovada amistad y afecto. Pero, eso es todo. Esta palabra griega afiemi, sin embargo, significa más que eso. Significa que cuando las personas creen en Yeshua como su Señor y Salvador, sus pecados son quitados de dos maneras. Primero, nuestros pecados son perdonados, son quitados legalmente sobre la base de la sangre derramada de Cristo. Fue Su sacrificio el que pagó la pena que exigía la Torá y, por lo tanto, satisfizo la justicia divina. Nuestros pecados son alejados como está el oriente del occidente (Salmo 103:12), para nunca más recordarlos (Isaías 43:25). En segundo lugar, sobre esa base Dios quita la culpa de nuestro pecado y nos declara justos, como si nunca hubiéramos pecado (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe).

Él sabía muy bien que reclamar la autoridad para perdonar pecados, suscitaría la más fuerte objeción posible por parte del Sanedrín. Pero algunos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema (Mateo 9:3; Marcos 2:6; Lucas 5:21a), la razón por la que ellos pensaban dentro de sí y no dijeron nada era porque ellos todavía estaban en la primera etapa de la observación.

¿Quién es éste que habla tales blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? (Mateo 9:3b; Marcos 2:7; Lucas 5:21b). Es notable que los líderes judíos de Jerusalén hayan llamado a Yeshua como este hombre, porque ni siquiera querían pronunciar Su nombre. Ellos estaban furiosos y pensando en esto. O Jesús realmente era un blasfemo, o Él es Dios mismo.

¡Ahora Él tenía toda la atención de ellos!

¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Es una buena pregunta, y se podría pensar que hoy en día estaría bastante bien aclarada. Pero la Iglesia Católica Romana dice que un sacerdote puede perdonar los pecados en el confesionario. La confesión fue introducida por primera vez en la Iglesia Católica en el siglo V por la autoridad de León el Grande. Aunque no fue hasta el Cuarto Concilio de Letrán en 1215, bajo el papa Inocencio III, que la confesión privada escuchada por un sacerdote se hizo obligatoria, y todos los católicos romanos estaban obligados a confesar sus pecados y buscar el perdón de un sacerdote, al menos una vez al año.

El Catecismo de Baltimore define la confesión de esta manera: “la confesión es el relato de nuestros pecados a un sacerdote autorizado con el propósito de obtener el perdón”. Y un libro, Instrucciones para los no católicos, principalmente para aquellos que se unen a la Iglesia Católica Romana, dice: “El sacerdote no tiene que pedirle a Dios que perdone sus pecados. El sacerdote mismo tiene el poder de hacerlo en nombre de Cristo. Sus pecados son perdonados por el sacerdote de la misma manera que si se arrodillara ante Jesucristo y se los dijera a Cristo mismo” (página 93). La posición católico romana es que a través del poder dado a Pedro, y recibido de él por la sucesión apostólica, ellos tienen el poder de perdonar (o negarse a perdonar) los pecados (vea Fx Sobre esta roca edificaré mi Iglesia). En ese sistema, el sacerdote constantemente se interpone entre el pecador y Dios.

La confesión de los pecados se ordena en toda la Biblia, pero siempre es una confesión a Dios... nunca al hombre. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (Primera Juan 1:9). En efecto, ¿por qué alguien debería confesar sus pecados a un sacerdote cuando las Escrituras lo declaran tan claramente: pues hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesús el hombre, el Mesías (Primera Timoteo 2:5)? 423

En la literatura talmúdica existe un amplio debate sobre la definición de blasfemia y sus consecuencias. Una opinión afirma que “el blasfemo no es culpable a menos que pronuncie el Nombre [de Dios] mismo” (Tratado Sanhedrin 7:5)Por supuesto, este era uno de los crímenes religiosos más graves para un judío, castigado con la muerte por lapidación. Aunque no está claro si Yeshua pronunció “el Nombre” de Dios en esta situación, no había duda de que Él actuaba con la autoridad que sólo pertenece a Dios mismo. 424

Al instante, percibiendo Jesús en su espíritu que cavilaban de este modo, les dice: ¿Por qué caviláis estas cosas en vuestros corazones? (Mateo 9:4; Marcos 2:8; Lucas 5:22). Éste era el método típico de la educación judía. En las academias rabínicas, cuando un estudiante le hacía una pregunta a un rabino, éste solía responder a la pregunta del estudiante con una pregunta propia. El rabino hacía esto porque quería que el discípulo pensara en su propia pregunta, y tal vez llegara a la respuesta por sí solo sin que nadie se lo dijera. El Señor usó este método a menudo.

Usando una forma de lógica rabínica, “de lo liviano a lo pesado, de lo fácil a lo difícil”, Jesús les pregunta: ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate, toma tu catre y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice al paralítico):  A ti te digo: ¡Levántate, alza tu catre y vete a tu casa! (Mateo 9:5-6; Marcos 2:9-11; Lucas 5,23-24). Obviamente, es más fácil decir: Tus pecados son perdonados porque no se necesita evidencia visual, ninguna prueba. Fue como si Yeshua estuviera diciendo: “Voy a demostrarles que puedo decir que el Hijo del Hombre tiene en la tierra autoridad para perdonar pecados. Luego procedió a hacer lo más difícil, entonces dijo al paralítico: ¡Levántate, alza tu catre y vete a tu casa!

Esta es la primera vez que se utiliza el término Hijo del Hombre en el Nuevo Pacto. La frase se utiliza a menudo en el TaNaJ para contrastar lo bajo de la humanidad con la trascendencia de Dios. En el libro de Ezequiel, el profeta es llamado Hijo de hombre noventa y nueve veces. El profeta Daniel también usó el término proféticamente al describir al Mesías:  y he aquí con las nubes de los cielos venía uno como hijo de hombre (vea Daniel 7:13-14). Los sabios talmúdicos, que designaron al Mesías con el nombre secundario, confirman este título mesiánico: Hijo del Caído, o Bar Nafel, basándose en este pasaje de Daniel (Tratado Sanedrín 96b). Al utilizar el término Hijo del Hombre, Yeshua Estaba aludiendo nuevamente a Su clara afirmación de ser el Mesías prometido de Israel.425

Y fue levantado, e inmediatamente alzó el catre y salió delante de todos, de manera que todos estaban asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: ¡Jamás vimos algo así! (Mateo 9:7; Marcos 2:12a; Lucas 5:25). Esta fue una curación permanente. Jesús sana instantáneamente con una palabra o un toque, sanó enfermedades orgánicas desde el nacimiento. Y al instante, levantándose a la vista de ellos, tomó aquello en que yacía y se fue a su casa glorificando a Dios. Esto, a su vez, se convierte en evidencia de que Él puede decir lo más fácil, y que es el Mesías. Él es el Dios-Hombre. Su título de Hijo del Hombre enfatizó Su humanidad y Su perdón de pecados, enfatizó Su deidad. Fue el título que más comúnmente usó para referirse a Sí mismo. Lo identificó hermosamente al participar plenamente en la vida humana como el Hombre perfecto, el último Adán (Primera Corintios 15:45-47), y el representante sin pecado de la raza humana. También era un título que los judíos entendían claramente como una referencia al Mesías (Lucas 22:69). El título se usa para Yeshua sólo otras dos veces en el Nuevo Pacto, una vez por el apóstol Pablo/rabino Saulo (Hechos 7:56) y una vez por Juan (Apocalipsis 14:14). 426

Y el estupor sobrecogió a todos, y glorificaban a Dios, y se llenaron de temor, diciendo: ¡Hoy hemos visto cosas increíbles! (Mateo 9:8; Marcos 2:12b; Lucas 5:26). Alabaron a Dios por enviar a un hombre con tan gran autoridad. No sabemos cuánto sabía la multitud acerca de Jesús, pero sabían que lo que Él hizo tenía que haber sido empoderado por ADONAI, y que Dios mismo había dado esa autoridad a un hombre. Ellos estaban fuera de sí y llenos de asombro, diciéndose unos a otros: ¡Jamás hemos visto nada igual!

Los fariseos y maestros de la Torá emprendieron el viaje de tres días de regreso a Jerusalén, y tuvieron mucho tiempo para pensar. El Gran Sanedrín discutiría, debatiría y luego votaría. Su decisión final era decidir si el movimiento de Jesús de Nazaret era un movimiento mesiánico significativo o insignificante. Si ellos consideraban que el movimiento era significativo, entonces procederían a la segunda etapa de observación, durante la cual ellos podrían hacer preguntas.

Cuando vemos los resultados de la vida de Cristo y su misión en el mundo, nos sobrecoge el lugar central que ocupa el perdón. Como el paralítico, acudimos a Dios con muchas necesidades, pero la más profunda es la necesidad de perdón: las feas manchas y deformidades que el pecado deja en el alma de una persona, necesitan sobre todo ser sanadas. Qué triste que la gente pase toda su vida sin tener a alguien que les muestre el tipo de amor que estos amigos demostraron por su amigo paralítico. Necesitamos experimentar el perdón del Mesías y luego, si es necesario, llevar a nuestros amigos a encontrarse con Él también.427

2025-03-24T12:54:06+00:000 Comments

Cn – La curación de un judío leproso El primer milagro mesiánico Mateo 8:2-4

La curación de un judío leproso: El primer milagro mesiánico
Mateo 8:2-4; Marcos 1:40-45; Lucas 5:12-16

La curación de un leproso judío fue el primer milagro mesiánico ESCUDRIÑAR: En la curación de un leproso judío, ¿qué significaba exactamente ser leproso: física, social, y espiritualmente? ¿Qué tenía de importante el toque del Señor? ¿Qué era un milagro mesiánico? ¿Por qué querría el Mesías que los sacerdotes certificaran la limpieza? ¿Qué implicaría eso para los sacerdotes en relación con Jesús?

REFLEXIONAR: El leproso era un paria en la sociedad judía. ¿Quiénes son los marginados en su red social? ¿Qué tipo de contacto le está dando? ¿Qué significa para usted que, como resultado de Su muerte en la cruz, Yeshua haya comprado legalmente su derecho a la misericordia de Dios, para que todos sus pecados pudieran ser limpiados? ¿Qué tipo de gratitud sentiría si fuera ese leproso y fuera limpiado de su enfermedad? ¿Siente usted lo mismo al ser limpiado de su pecado? ¿Ha podido mantenerse callado al respecto?

Al problema de la lepra se le dio un tratamiento especial bajo la Torá (Levítico 13 y 14). Por ejemplo, la única ocasión en la que uno podía volverse ceremonialmente impuro, además de tocar a un humano o animal muerto o tocar un animal impuro, era al tocar a un leproso. Bajo la Torá, solo el sacerdote tenían autoridad para declarar leproso a alguien. Los leprosos se rasgaban la ropa y se cubrían desde la nariz hacia abajo. Si ellos veían a alguien caminando hacia ellos, tenían que advertirle a esa persona gritando: «¡Inmundo, inmundo!», porque ellos eran intocables. Serían excluidos de la comunidad judía y no podrían vivir con otros judíos. No podrían entrar en el Tabernáculo o el Templo para ofrecer ningún sacrificio por sus Pecados. Por estricta que fuera la Torá, la Ley Oral la hacía aún más difícil (vea el enlace haga clic Ei La ley oral). Los rabinos enseñaban que a nadie se le permitía pasar a menos de cuatro codos de un leproso si no soplaba el viento, y a menos de cien codos de un leproso si soplaba el viento. El leproso estaba muerto en un cuerpo vivo, por así decirlo.

La lepra era la enfermedad más temida en el mundo antiguo y, aún hoy, no se puede curar por completo, aunque se puede mantener bajo control con la medicación adecuada. Aunque en la actualidad, aproximadamente el noventa por ciento de las personas son inmunes, en la antigüedad era mucho más contagiosa. Aunque la lepra avanzada no suele ser dolorosa, debido al daño a los nervios es desfigurante, debilitante y puede ser extremadamente repulsiva. Un antiguo rabino dijo: “Cuando veo leprosos, les tiro piedras para que no se me acerquen”. Otro dijo: “Ni siquiera comería un huevo comprado en una calle por donde hubiera caminado un leproso”.

La enfermedad comienza generalmente con dolor en ciertas áreas del cuerpo. Sigue entumecimiento. Pronto la piel en esas áreas pierde su color original. Se vuelve gruesa, brillante y escamosa. A medida que la enfermedad progresa, las áreas engrosadas se convierten en llagas sucias y úlceras debido a la mala irrigación sanguínea. La piel, especialmente alrededor de los ojos y las orejas, comienza a arrugarse, con surcos profundos entre las hinchazones, de modo que la cara del afectado comienza a parecerse a la de un león. Los dedos de las manos se caen o se absorben; los dedos de los pies se ven afectados de la misma manera. Las cejas y las pestañas se caen. En este momento uno puede ver que la persona en esta condición lastimosa es un leproso. Con un toque del dedo también se puede sentir. Uno puede incluso olerlo, porque el leproso emite un olor muy desagradable. Además, en vista de que el agente patógeno ataca con frecuencia la laringe, la voz del leproso adquiere un tono áspero. La garganta se vuelve ronca y ahora no sólo se puede ver, sentir y oler al leproso, sino que se puede oír su voz ronca. Y si se permanece con un leproso durante algún tiempo, incluso se puede imaginar un sabor peculiar en la boca, probablemente debido al olor.414

Como detalla Arnold Fruchtenbaum, desde el momento en que se completó la Torá no hubo registro de que ningún judío fuera curado de la lepra. Miriam se curó antes de que se entregara la Torá (Números 12:1-15) y Naamán era sirio (2 Reyes 5:1-14). Sin embargo, Moisés dedicó dos capítulos completos, Levítico 13 y 14, cada uno de los cuales tiene más de 50 versículos, a dar detalles de qué hacer si un judío se curaba de la lepra.

Cuando Moisés escribió Levítico 13 y 14, los israelitas y el Tabernáculo estaban en el desierto. Cuando Nehemías y Zorobabel regresaron del cautiverio babilónico con los exiliados judíos para reconstruir el Templo, utilizaron detalles del relato del Templo de Ezequiel (Ezequiel 46:21-24) para que transmitiera un anticipo del Templo mesiánico. Por lo tanto, las cuatro cámaras de las esquinas en el Patio de las Mujeres (ver abajo) fueron diseñadas sobre la base de las estaciones de cocina del Templo mesiánico. Cada cámara medía 30 por 40 codos, o 14 por 18 metros. ¡Una de esas cámaras era la Cámara de los Leprosos! ¿Cómo funcionaban esas cuatro cámaras de las esquinas?

En primer lugar, se encontraba la Cámara de la Leñera, en la esquina noreste. Allí se almacenaba la leña para el altar de bronce. El Talmud contiene una tradición rabínica que dice que debajo de la Cámara de la Leñera hay una cámara subterránea secreta construida por Salomón para el Arca de la Alianza. Desde 1994 es posible localizar el lugar exacto donde se encontraba la Cámara de la Leñera en el Segundo Templo. Lamentablemente, hoy en día no es posible buscarla porque sería motivo de guerra con los islamistas. Por lo tanto, en la actualidad sigue habiendo un velo de incertidumbre sobre la ubicación del Arca de la Alianza.

En segundo lugar, estaba la cámara de los nazareos, en la esquina sureste. En esta cámara había un hogar especial donde los hombres que cumplían su voto de nazareo iban a quemar su cabello y asar una ofrenda de paz en una olla que colgaba sobre ella (Números 6:1-21).

En tercer lugar, se encontraba la Cámara de la Casa del Aceite, en la esquina suroeste. En este lugar se guardaba el aceite necesario para diversos fines. Este aceite se utilizaba, por ejemplo, para el Candelero de oro, así como para las cuatro lámparas que alumbraban el Atrio de las Mujeres, y para la unción de las ofrendas de comida. También se almacenaba allí el vino para las ofrendas líquidas (Éxodo 29:40; Filipenses 2:17; Segunda Timoteo 4:6).

Y en cuarto lugar, estaba la Cámara de los Leprosos, en la esquina noroeste. Allí era donde el leproso limpio se debía lavar en un baño ritual antes de presentarse ante el sacerdote. Esto era lo último que haría después de someterse al proceso de purificación descrito en Levítico 13 y 14.415 Pero, ¿qué tenía que hacer exactamente para que el sacerdote lo declarara ceremonialmente limpio?

Si un judío afirmaba estar curado de la lepra, inicialmente traía una ofrenda de dos pájaros ese mismo día. Uno de los pájaros era matado, el otro pájaro era sumergido en la sangre del primer pájaro y liberado. Después de eso, el sacerdote tenía siete días para responder tres preguntas.

Primero, ¿era la persona realmente un leproso (ya que solo el sacerdote podía declarar a una persona como leprosa, debería haber algún registro de ello en alguna parte)? Si la respuesta era sí, la segunda pregunta tenía que ser respondida. ¿Esta persona estaba realmente curada de la lepra? ¿Cómo lo sabrían? Se suponía que debían ponerlos fuera del campamento de Israel. Durante siete días, para ver si la lepra reaparecía. Si la respuesta era sí, y efectivamente habían sido sanados de la lepra, entonces habría que responder a la tercera pregunta. ¿Cuáles fueron las circunstancias de la sanación? En otras palabras, ¿la sanación fue legítima o no?

Si todas estas preguntas fueran respondidas satisfactoriamente, habría un octavo día, un día de ritual. En ese día habría cuatro ofrendas en el Tabernáculo o Templo.

Primero, una ofrenda por el pecado (vea el comentario sobre Éxodo Fc La Ofrenda por el Pecado). El sacerdote sacrificaba el animal y lo colocaba sobre el altar de bronce.

En segundo lugar, había una ofrenda por la culpa, (vea el comentario sobre Éxodo Fd La Ofrenda por la Culpa). El sacerdote tomaba la sangre de la ofrenda por el pecado y la aplicaba en tres partes del cuerpo del leproso purificado: la oreja, el pulgar y el dedo gordo del pie derecho.

En tercer lugar, había una ofrenda quemada (vea el comentario sobre Éxodo Fe El holocausto). Este proceso, la oreja, el pulgar, el dedo gordo del pie derecho, se repetía con la sangre de la ofrenda por el pecado.

En cuarto lugar, había una ofrenda de harina (vea el comentario sobre Éxodo Ff La ofrenda de cereales). Luego se lavaba en las cámaras de los leprosos. Sólo entonces el leproso podía regresar a la comunidad judía y al Tabernáculo o Templo. Con toda esta información, los levitas nunca tuvieron una sola oportunidad de ponerla en práctica. ¡No hay registro alguno a lo largo de los siglos!

Si bien los escritos rabínicos contenían muchas curas para muchas enfermedades diferentes, no existía cura para la lepra. Los rabinos enseñaban que conllevaba el concepto de disciplina divina porque Dios a veces castigaba con lepra. Además, enseñaban que la lepra era uno de los castigos por violar la Torá (Ley). Por lo tanto, cualquier judío que contrajera lepra era visto como si estuviera bajo disciplina divina y no podía ser curado, como el rey Uzías (2 Crónicas 26:21). Al enseñar eso, en esencia, tuvieron que ignorar Levítico 13 y 14. Tal vez lo hicieron porque nadie se curaba jamás de la terrible enfermedad.

A los sacerdotes, especialmente en los días de Jesús, les debía parecer muy extraño que tres de las cuatro cámaras de las esquinas del Patio de las Mujeres se usaran constantemente, pero una nunca se usara. Siglo tras siglo, la Cámara de los Leprosos permanecía vacía, esperando un leproso judío.

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Debieron preguntarse por qué, y finalmente los rabinos dieron una explicación (como siempre hacían). Los rabinos enseñaron que cuando viniera el Mesías, sería capaz de curar a un leproso judío. Mucho antes del nacimiento de Cristo, los rabinos dividían los milagros en dos categorías. Primero, los milagros que cualquiera podía realizar si Dios lo permitía y, segundo, los milagros que sólo el Mesías podía realizar. Había tres milagros específicos en la segunda categoría: la curación de un judío leproso, la expulsión de un demonio mudo y la curación de un hombre que nació ciego.

Mientras Yeshua estaba en uno de los pueblos, he aquí un leproso, se acercó, y se postraba ante Él diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme (Mateo 8:2; Marcos 1:40; Lucas 5:12). La lepra estaba completamente desarrollada, es decir, el hombre estaba casi muerto. Cuando vio a Jesús, en un acto de total humildad, se postró sobre su rostro (griego: proskunéo, que significa hacer reverencia en adoración) mientras buscaba ayuda y le rogó diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. El hombre apeló a la ternura del Gran Médico. La razón por la que acudió al Rabino hacedor de milagros fue por Su fe. Él ya creía que Jesús era el Mesías y podía curar su enfermedad.

La Torá prohíbe a cualquier judío tocar a un leproso porque los leprosos eran declarados impuros: O si toca alguna impureza humana, de cualquier impureza con que se contamine, sin darse cuenta y después llega a saberlo, será culpable (Levítico 5:3). Esta ofrenda requería confesión y restitución por el mal hecho. Pero Jesús tocó al hombre que nadie en Israel tocaría, diciendo (un participio presente): Quiero, sé limpio; o YO ESTOY dispuesto. Y se le enternecieron las entrañas, y extendiendo su mano lo tocó, y le dice: Quiero, ¡sé limpio! (Marcos 1:41). El verbo extendiendo está en participio aoristo); y tocó es un verbo aoristo. ¿Cómo es esto posible? ¿Se contradice la Biblia? O peor aún, ¿nos dicen las Escrituras que Yeshua pecó y no siguió completamente la Torá? ¡No! ¡Eso es impensable! (Romanos 6:2)

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Y extendiendo la mano lo tocó diciendo: Quiero, sé limpio. Y al instante fue limpiada su lepra (Mateo 8:3; Marcos 1:41-42; Lucas 5:13). El texto griego nos da una respuesta maravillosa. La regla de la gramática griega que gobierna esta construcción dice que la acción del participio presente se da simultáneamente con la acción del verbo principal. Así que cuando Jesús dijo: ¡Sé limpio! Inmediatamente la lepra lo dejó y él quedó limpio. Esto significa que nuestro Señor no tocó al leproso para limpiarlo, sino para mostrarle a él y a la gente que lo rodeaba que había sido limpiado de su lepra antes de que Yeshua lo tocara. La Torá prohibía que un judío tocara a un leproso. El Mesías vivió bajo la Torá y la obedeció perfectamente. Así que, el primer toque amable de una mano humana que el leproso experimentó (desde que contrajo la lepra), fue el toque suave del Hijo de Dios.416

Cuando Jesús sanaba, lo hacía instantáneamente. No había que esperar a que la restauración llegara por etapas. Sanaba con una palabra o con un toque, sin oración y, a veces, incluso sin estar cerca de la persona afligida. Sanaba completamente, nunca parcialmente. Sanaba a todo el que acudía a Él, a todo el que le llevaban y a todo aquel para quien otro pedía sanación. Sanaba enfermedades orgánicas desde el nacimiento y resucitaba a los muertos. Cualquiera que hoy reclame el don de la sanación debería poder hacer lo mismo.

Entonces, confirmando la observancia de Yeshua de la Torá (Ley), el Señor lo despidió de inmediato con una fuerte advertencia: Entonces Jesús le dice: Mira, no lo digas a nadie, solamente ve y muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos (Mateo 8:4; Marcos 1:43-44; Lucas 5:14). Normalmente, antes de Su rechazo por parte del Sanedrín, Jesús le decía a la persona que había sanado que fuera y contara lo que el Señor había hecho, porque se estaba presentando a la nación de Israel como el Mesías. Pero aquí le dice a este hombre: no lo digas a nadie. ¿Por qué? Porque Yeshua quería que el Sanedrín comenzara a tomar en serio Sus afirmaciones mesianicas. Tendrían que pasar por una extensa investigación de siete días y preguntar cuáles fueron las circunstancias de la curación. En ese momento descubrirían que Jesús sanó a un leproso judío, lo cual fue un milagro mesiánico. En este caso, nuestro Salvador envió a un leproso judío sanado al Sanedrín, pero, después de Su rechazo oficial como el Mesías por el Sanedrín, ¡Él enviaría diez más! (Lucas 17:11-19)!

En cambio, el leproso que había sido sanado, saliendo, comenzó a pregonar en alto y a divulgar el asunto, hasta el punto que Él no podía entrar públicamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares despoblados, y acudían a Él de todas partes (Marcos 1:45; Lucas 5:15). Todo el mundo sabía lo que significaba la sanación de un leproso judío. Fue el primer milagro mesiánico.

Como resultado, Yeshua no podía entrar públicamente en la ciudad, sino que se quedaba afuera, en lugares despoblados y acudían a Él de todas partes (Marcos 1:45b; Lucas 5:16). La palabra acudían es (erchonto), un verbo imperfecto, que indica una acción continua; en otras palabras, seguían viniendo. Él oró sobre lo que sucedería a continuación. Ya era hora de un enfrentamiento con los miembros del Sanedrín (vea Lg El Gran Sanedrín).

Todo esto ilustra la antigua historia de la Buena Nueva de Jesucristo. La lepra es un tipo de pecado. Como pecadores, es como si viniéramos clamando: ¡Inmundo, inmundo! Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, lleno de compasión, nos dice: QUIERO, queda limpio. Y, como en el caso del leproso, nos limpia del pecado antes de que nos demos cuenta que Él nos toca. El evangelio de Juan nos da evidencia clara de que la justificación viene antes de la regeneración. La misericordia sólo se da después de que la ira justa de Dios contra el pecado ha sido totalmente satisfecha (vea Lv Las segundas tres horas en la cruz: La ira de Dios). Eso es verdad: pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12). Por lo tanto, cuando reconocemos al Señor Yeshua como Aquel cuya sangre fue derramada en la cruz y compró legalmente nuestro derecho a la misericordia de Dios, entonces recibimos la vida eterna (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe).

Hablando en el nombre de ADONAI, Ezequiel profetizó: Y rociaré agua limpia sobre vosotros, y seréis limpios de todas vuestras inmundicias, y os limpiaré de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne (Ezequiel 36:25-26).

Oh, el poder de un toque divino. ¿Lo ha conocido? ¿El médico que lo atendió o el maestro que secó sus lágrimas? ¿Hubo una mano que sostuvo la suya en un funeral? ¿Otra en su hombro durante un juicio? ¿Un apretón de manos de bienvenida a un nuevo trabajo?

¿No podemos ofrecer lo mismo?

Muchos ya lo hacen. Usted use sus manos para orar por los enfermos y ministrar a los débiles. Si no está para tocarlos personalmente, sus manos están escribiendo cartas, tecleando correos electrónicos u horneando pasteles. Ha aprendido el poder del tacto.

Pero otros solemos olvidarlo. Tenemos un buen corazón, pero nuestra memoria es mala. Olvidamos lo importante que puede ser un toque...

¿No nos alegramos de que Jesús no cometiera el mismo error? 417

 

2025-02-23T23:27:12+00:000 Comments

Cm – Jesús viajó por toda Galilea Mateo 4:23-25; Marcos 1:35-39

Jesús viajó por toda Galilea proclamando
la Buena Nueva del Reino
Mateo 4:23-25; Marcos 1:35-39; Lucas 4:42-44

Jesús viajó por toda Galilea proclamando la Buena Nueva del Reino ESCUDRIÑAR: ¿Por qué consideró Jesús necesario irse a un lugar solitario en ese momento? ¿Qué presiones enfrentaba? ¿Sobre qué podría orar? ¿Cómo podría esto relacionarse con Su decisión en Marcos 1:38? ¿Cuáles son Sus prioridades?

REFLEXIONAR: ¿Qué actividades o tareas valiosas le alejan a menudo de sus prioridades principales? Es evidente que el Mesías estaba ocupado y era muy solicitado, pero hizo un esfuerzo deliberado por pasar tiempo a solas con el Padre. ¿Es su agenda es exigente? ¿Cómo habla con Dios o escucha de Él en medio de las muchas distracciones de su vida? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que permitió que Dios le poseyera? Quiero decir, ¿realmente lo ha hecho? ¿Cuánto tiempo desde que le dedicó una porción de tiempo puro e ininterrumpido para escuchar Su voz? Aparentemente Yeshua lo hizo. Si la oración era tan necesaria para Jesús, ¿cuánto más debe ser necesaria para nosotros?

El día anterior había sido muy exigente. El Mesías había enseñado en la sinagoga y había expulsado a un demonio de allí. Luego fue a la casa de Simón para la cena principal del sábado, pero encontró a la suegra de Pedro gravemente enferma y la sanó. Cuando terminó el sábado (Shabat), después de que se puso el sol, continuó ministrando a las multitudes, sanando a todos los que acudían a Él. Nadie estaba más ocupado que Cristo. Él estaba cansado y necesitaba descansar.

Como resultado, levantándose muy de mañana, estando aún oscuro, salió y fue a un lugar solitario, y allí oraba (Marcos 1:35; Lucas 4:42a). La oración es una actitud de completa dependencia de ADONAI. De este incidente aprendemos que, aunque Yeshua el Mesías tenía autoridad en Sí mismo para sanar a los enfermos y expulsar demonios, Él no actuó independientemente del Padre. La oración fue absolutamente vital en Su vida y ministerio. Él necesitaba tiempo a solas; necesitaba silencio.

En los Evangelios sólo hay seis ocasiones en las que Jesús se retira a orar solo, y cada una de ellas implica la tentación de no llevar a cabo la misión que Dios le ha encomendado, una misión que, en última instancia, traería sufrimiento, rechazo y muerte. Estas crisis parecen aumentar en intensidad y alcanzar su clímax en la agonía de Getsemaní.407

La primera vez que fue a orar solo fue cuando nuestro Salvador, fue llevado al desierto y tentado por el diablo. Allí, el Espíritu Santo estaba presente con Él mientras se enfrentaba a la serpiente antigua (vea el enlace haga clic en Bj Jesús tentado en el desierto).

La segunda ocasión, Jesús se retiró a orar antes de Su segunda gran gira de predicación (vea Cm Jesús viajó por Galilea, proclamando la Buena Nueva). Sabía que el Adversario se opondría activamente a Su misión y la oración sería necesaria.

En tercer lugar, el Señor oró solo después de Su primer milagro mesiánico (vea Cn La curación de un leproso judío). Él sabía que llamaría la atención del Sanedrín porque era responsabilidad de ellos investigar cualquier afirmación de mesianismo. Y así lo hizo, ya que los miembros del Sanedrín viajaron hasta Capernaúm para escucharlo predicar. Jesús sabía que sería un punto de inflexión en Su ministerio terrenal, porque no solo sanó a un paralítico ese día, sino que, lo que es más importante, perdonó Sus pecados, afirmando ser deidad.

En cuarto lugar, Yeshua el Mesías fue a un lugar tranquilo para orar antes de elegir a Sus talmidim que continuarían su ministerio después de su partida (vea Cy Estos son los nombres de los doce apóstoles). Eran decisiones importantes y Él necesitaba estar solo y orar al respecto.

En quinto lugar, después de alimentar a los cinco mil, el pueblo quiso hacerlo rey. Así, el rabino de Galilea envió a Sus talmidim de vuelta a través del lago hasta Genesaret, y despidió a la multitud antes de subir al monte a orar en privado (vea Fo Jesús rechaza la idea de un Mesías político). Demoró su visita a Sus apóstoles lo suficiente para salvarlos de otra tormenta. Al caminar sobre el agua, mostró Su deidad.

Y sexto, en el clímax de la oración del Siervo Sufriente solo, estaba bajo tanta tensión que Su sudor era como gotas de sangre que caían al suelo presagiando la cruz en la mañana (vea Lb El Huerto de Getsemaní).

Pero, ya sea para Jesús o para nosotros, el silencio es difícil de encontrar, ¿no es así? Las ciudades son notoriamente ruidosas debido a la alta concentración de tráfico y gente. A veces parece que no hay escapatoria de la música o las voces fuertes. Pero el tipo de ruido que pone en peligro nuestro bienestar espiritual no es el ruido del que no podemos escapar, sino el ruido que invitamos a nuestras vidas. Algunos de nosotros usamos el ruido como una forma de aislarnos de la soledad; las voces de las personalidades de la televisión y la radio nos dan la ilusión de compañía. Algunos de nosotros usamos el ruido como una forma de aislarnos de la voz de Dios: la charla constante, incluso cuando estamos hablando de Dios, nos impide escuchar lo que Él tiene que decir.408

Y Simón y los que estaban con él siguieron a su alcance, y cuando lo hallaron, le dicen: ¡Todos te buscan! (Marcos 1:36-37) La gente de Capernaúm trataba de impedir que el Rabino hacedor de milagros se fuera porque querían más y más de Sus milagros. Ellos llegaron como un diluvio. No había manera de que Jesús pudiera cerrar la puerta a la gente (Lucas 4:42). Es parte de la naturaleza humana tratar de poner barreras y tener tiempo y paz para uno mismo; eso es lo que el Mesías nunca hizo. Consciente como era de Su cansancio y agotamiento, era aún más consciente del clamor incesante de la necesidad humana. Por eso, cuando vinieron a buscarlo, se levantó de Sus rodillas para aceptar el desafío del ministerio que le había dado el Padre. La oración nunca hará nuestro trabajo por nosotros; pero nos fortalecerá para las tareas que debemos realizar.409

Pero la verdadera razón de su huida era Su deseo de predicar en tantas sinagogas como fuera posible antes de que los escribas y fariseos pudieran tratar de obstruirlo. Jesús tenía un plan para una gira de predicación en Galilea, y sintió, estoy seguro, que no podría comenzar lo suficientemente pronto.410 Su respuesta debió sorprenderlos, pues la multitud era grande y entusiasta. Sin embargo, Jesús les dijo a sus discípulos: es necesario que proclame las buenas nuevas del reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto fui enviado (Lucas 4:43; Marcos 1:38). Partió esa misma noche, pues no quería encontrar oposición por parte de la gente de Cafarnaúm.

Jesús resistió la corriente de aires de la gente aferrándose a la roca de su propósito: utilizando su singularidad para hacer de Dios un gran acontecimiento en todas partes donde pudiera. ¿Y no nos alegramos de que lo haya hecho? Supongamos que hubiera prestado atención a la multitud y hubiera establecido un campamento en Capernaúm, razonando: “pensé que el mundo entero era mi objetivo y la cruz mi destino. Pero todo el pueblo me está diciendo que me quede en Capernaúm. ¿Podrían estar equivocadas todas esas personas?”. Bueno… ¡sí podían! En desafío a la multitud, Jesús dijo no a las cosas buenas para poder decir sí a lo correcto: Su llamado único.411

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Esta fue la segunda gran gira de predicación de Cristo. Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mateo 4:23; Marcos 1:39a). El objetivo principal de las sinagogas era la enseñanza del pueblo. Servían como escuela pública para los niños, donde estudiaban el Talmud y aprendían a leer, escribir y hacer cálculos básicos. Para los hombres, la sinagoga era un lugar de estudio teológico avanzado. El servicio del Shabat en sí consistía principalmente en una lectura de la Torá, seguida de una lectura de los profetas y una enseñanza.412

No es de extrañar que la palabra de Sus enseñanzas y Sus hechos se difundiera rápidamente y grandes multitudes siguieran a Jesús por toda la región. Y su fama se difundió por toda Siria, y le trajeron a todos los que padecían males, afligidos por diversas enfermedades y tormentos, endemoniados, lunáticos, y paralíticos; y los sanó (Mateo 4:24; Marcos 1:39b). Los endemoniados, del griego: daimonízomai. La Biblia da por sentado la existencia de un mundo espiritual. Según el Brit Hadashah, los demonios –también llamados espíritus inmundos o malignos, espíritus mentirosos, ángeles caídos o ángeles del diablo– pueden afectar a las personas causándoles enfermedades físicas, aberraciones mentales, malestar emocional y tentaciones morales.413 Sin embargo, ellos no pueden escuchar a escondidas nuestras oraciones al Señor ni leer nuestras mentes. Su única guía para hacernos tropezar es observar nuestras acciones. Esto está muy bien descrito en el clásico libro de CS Lewis sobre la actividad de los demonios llamado las Cartas del diablo a su sobrino (the Screwtape Letters).

Y grandes multitudes lo siguieron desde Galilea y Decápolis, y desde Jerusalén y Judea, y desde más allá del Jordán (Mateo 4:25). Decápolis significa diez ciudades. Él tenía un ministerio triple. El lugar estaba en las sinagogas. El contenido era la Buena Nueva del Reino. Una vez más, Mateo presenta a Jesús como el Rey. En ese momento Yeshua no estaba predicando el evangelio porque aún no había muerto. La autentificación, el aspecto más importante de Su mesianismo fue la sanación de toda enfermedad y la expulsión de los demonios. Así, vemos la influencia cada vez mayor del Señor como resultado de Sus palabras y Su obra.

Éste es el comienzo del evangelio, porque mediante la predicación y la enseñanza de Cristo, Él estaba preparando al pueblo para aquello que es la salvación; es decir, Su muerte y Su resurrección.

2025-02-23T22:54:34+00:000 Comments

Cl – La suegra de Simón estaba en cama con mucha fiebre Mateo 8:14-17

La suegra de Simón estaba en cama con mucha fiebre
Mateo 8:14-17; Marcos 1:29-34; Lucas 4:38-41

La suegra de Simón estaba en cama con mucha fiebre ESCUDRIÑAR: ¿Cómo se compara la sanación de Jesús aquí con Su expulsión de un demonio en Marcos 1:25? ¿A quién sanó el Mesías en el día de reposo? ¿Por qué es importante saberlo? ¿A quién sanó el Señor después de que se puso el sol? ¿A cuántos sanó? ¿Cómo imagina esa escena? ¿Por qué silencia a los demonios? ¿Por qué la gente acudía a Él?

REFLEXIONAR: Si usted estuviera entre la multitud, ¿qué le pediría a Yeshua que le sanara a usted? Sin embargo, si ora por sanación y, como al rabino Saulo (Segunda Corintios 12:1-10), Yeshua decidió no sanarle, ¿cómo respondería usted? ¿Dios todavía sana hoy? ¿Según qué? ¿Cómo utilizan las personas al Señor, consciente o inconscientemente? ¿Qué cree que Él siente al respecto? ¿Qué puede hacer al respecto?

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Era el Santo Shabat, el primero después que Yeshua había llamado a la mayoría de Sus apóstoles a su alrededor; el primero, también, después de Su regreso de Pesaj en Jerusalén (vea el enlace haga clic en Bs La primera purificación del templo). Pero, una vez terminado el servicio de la sinagoga, Jesús fue a la casa de Pedro. Según la costumbre judía, la comida principal del Shabat se celebraba inmediatamente después del servicio de la sinagoga, a la hora sexta, que es a las doce del mediodía. Y saliendo de la sinagoga, fueron enseguida con Jacobo y Juan a la casa de Simón y Andrés (Marcos 1:29) con el resto de los apóstoles. Y llegando Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama y con fiebre (Mateo 8:14; Marcos 1:30; Lucas 4:38). El doctor Lucas notó que ella tenía fiebre alta. El tiempo imperfecto del verbo significa que era continua, no transitoria.

Y levantándose de la sinagoga, entró en la casa de Simón, y la suegra de Simón estaba enferma con una gran fiebre y le rogaron por ella (Lucas 4:38; Marcos 1:30). Es muy importante notar que Simón tenía una suegra porque eso significa que Simón estaba casado. Si Pedro se suponía que fuera el primer papa, como afirma la Iglesia Católica, ¿por qué estaba casado? El hecho de que Pedro estaba casado lo confirma Pablo cuando escribió a los creyentes de Corinto: ¿Acaso no tenemos derecho de llevar con nosotros una hermana como esposa, como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? (Primera Corintios 9:5), la palabra griega aquí es guné, o esposa, no adelfé o hermana). La Iglesia Católica enseña que esta era la hermana de Simón.

Durante los primeros siglos de la era cristiana, al clero se le permitió casarse y tener familias. El celibato del sacerdocio en la Iglesia Católica Romana fue decretado por el papa Gregorio VII en 1079, más de mil años después de la época de Cristo. Jesús no impuso ninguna regla contra el matrimonio de los apóstoles. Por el contrario, Pedro fue un hombre casado durante al menos veinticinco años, y su esposa lo acompañó en sus viajes misioneros. Por lo tanto, Pedro fue un hombre casado durante una parte considerable del tiempo que la Iglesia Romana dice que fue papa en Roma. Pero nunca estuvo en Roma en absoluto (vea Fx  Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia). Si el celibato tiene el lugar que le corresponde en la Iglesia romana, no es creíble que el Mesías haya elegido como piedra fundacional y primer Papa a un hombre casado. El hecho es que, cuando Cristo constituyó Su Iglesia, no tuvo en cuenta en absoluto el celibato, sino que eligió (o habría elegido) para Su colegio apostólico a hombres casados.403

La suegra de Pedro estaba muy enferma y Jesús la sanó. Pero cada evangelista lo relata de forma un poco diferente, basándose en su tema particular. Mateo presenta a Jesús como Rey de los judíos, y aquí un simple toque del Rey es suficiente para sanarla. No fue insignificante que el rabino hacedor de milagros tocara su mano, la fiebre la dejó; y fue levantada, y lo servía (Mateo 8:15). La enseñanza del Talmud es que un hombre (y mucho más un rabino) no debe hacer contacto con la mano de una mujer, incluso cuando esté contando dinero de su mano a la de ella (Tratado Berajot 61a).

Marcos presenta a nuestro Señor en el papel de siervo y dice: Y se acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó, y los servía (Marcos 1:31). Lucas presenta a Jesús como el hombre perfecto. E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre, y la dejó; e inmediatamente, habiéndose levantado, los servía (Lucas 4:39). Sólo Lucas nota el cambio inmediato para que ella pudiera servir la comida del shabat. El término servir (griego: diakonéo ó diekonei), aunque no es un término técnico, se usa en otras partes del Nuevo Pacto para referirse al servicio para Cristo (Lucas 8:3, 17:8; Hechos 6:2-4, 19:22). La curación debió haber sido instantánea, para que la suegra de Pedro pudiera cocinar una comida para el Señor y los hombres que lo acompañaban. Pero el verbo está en tiempo imperfecto, lo que indica una acción progresiva. En otras palabras, tomó algún tiempo preparar la comida.

El rumor de que Jesús había echado fuera demonios y sanado a los enfermos circuló rápidamente. Y por la tarde, al ponerse el sol, le traían todos los enfermos y los endemoniados, y la ciudad entera se agolpaba ante la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas dolencias, y echó fuera muchos demonios; pero no dejaba hablar a los demonios, porque éstos lo reconocían (Marcos 1:32-34). Era sábado ese día, como lo demuestra el hecho de que salieron de la sinagoga. El sábado terminaba al ponerse el sol, por lo que la gente era libre de traer a sus amigos y parientes enfermos y poseídos por demonios. La Biblia hace una distinción entre enfermedad y posesión demoníaca. No existe el demonio de la lujuria, ni el demonio de la glotonería, ni el demonio de esto ni el demonio de aquello. Los demonios no se especializan en ciertas enfermedades. No hay evidencia bíblica de eso. Podemos estar enfermos simplemente por la fragilidad humana o por malos genes. El verbo traían es imperfecto, y habla de una acción continua. Siguieron trayendo y trayendo y trayendo gente.

Todo el pueblo se reunió a la puerta y ninguno se fue decepcionado por El Gran Médico. Y cuando el sol se estaba poniendo, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias los llevaron a Él, e imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba (Lucas 4:40, Mateo 8:16). Yeshua sanó con una palabra o un toque, sanó instantáneamente, sanó enfermedades orgánicas desde el nacimiento (Juan 9:1-41), y resucitó a los muertos (Marcos 5:21-43; Juan 11:1-44). Cualquiera que afirme tener el don de sanar hoy, debería poder hacer lo mismo. Estas curaciones tenían un propósito particular: esto era para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, que dice: Él tomó nuestras debilidades y llevó las enfermedades (Mateo 8:17). Este pasaje de Isaías 53 todavía se aplica en muchos comentarios rabínicos a la venida del Mesías (Sanedrín 98a). Nuestro Salvador sigue sanando hoy, pero como resultado de Su propia voluntad soberana, no de nuestras exigencias.

En el hebreo de Isaías 53 para las enfermedades, permite la curación tanto física como espiritual. Sin duda, una obra importantísima de Yeshua sería quitar nuestros pecados como ofrenda por la culpa (Isaías 53:11). Debemos recordar que la sanidad física no está necesariamente garantizada en la expiación del Mesías en el Brit Hadashah (vea el comentario sobre Hebreos BpLa Dispensación de la Gracia). Cristo murió por nuestros pecados, pero los creyentes todavía caen en pecado; Él venció el dolor y la enfermedad, pero, Su pueblo todavía sufre y se enferma; Él conquistó la muerte, pero Sus seguidores aún mueren. Hay demasiados ejemplos de sanidades no realizadas tanto en la Biblia como en la vida de los creyentes piadosos (Segunda Corintios 12:1-10). Existe cierto misterio en cuanto a por qué Dios no sana en todos los casos, aunque claramente Él usa estos casos muchas veces para enseñar a Sus hijos diferentes lecciones. No obstante, llegará un día en que el aspecto físico de la obra de Jesús será plenamente realizado por todos los que invoquen Su nombre, pues Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4).404

Aquellos que afirman que los creyentes nunca deberían enfermarse debido a su sanidad en la expiación, también deberían afirmar que los creyentes nunca deberían morir, porque Jesús también conquistó la muerte en la expiación. El mensaje central del evangelio es la liberación del pecado. Es una buena noticia sobre el perdón, no sobre la salud. El Ungido fue hecho pecadoÉl murió en la cruz por nuestro pecado, no por nuestra enfermedad. Como Pedro lo deja claro cuando escribe: Él mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas fuisteis sanados (1 Pedro 2:24b). 405

También salían demonios de muchos, vociferando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero reprendiéndolos, no les permitía hablar estas cosas, porque sabían que Él era el Mesías (Lucas 4:41; Marcos 1:34). Pero Él les puso bozal y no les permitía hablar, porque sabían que Él era el Mesías. No les dio a quienes sopesaban la evidencia de Sus milagros, la oportunidad de rechazarlo porque el testimonio provenía de fuentes tan cuestionables. Por lo tanto, no permitió que los demonios testificaran a Su favor.

Observe que todos los enfermos fueron sanados. Pero, ahí estaba el comienzo de la tragedia. Sin embargo, las multitudes vinieron, y vinieron, porque querían algo de Yeshua. No vinieron porque lo amaran; no vinieron porque hubieran vislumbrado Su deidad; en última instancia, ellos no lo querían a Él, querían lo que Él podía hacer por ellos.

En realidad, esto no era (o no es) tan poco común. Porque por cada plegaria que se eleva a HaShem en los días de prosperidad, se elevan diez mil en tiempos de adversidad. Muchos, que nunca han orado cuando el sol brillaba sobre la vida comienzan a rezar fervientemente cuando llegan los vientos fríos. Alguien ha dicho que mucha gente considera que la religión pertenece “al cuerpo de ambulancias y no a la línea de fuego de la vida”. Para ellos, la religión es mera gestión de crisis. Es sólo cuando sus vidas se desmoronan que recuerdan a Dios.

Siempre debemos recordar acudir a Jesús, porque Él solo puede darnos las cosas que necesitamos para la vida, aun cuando no entendamos la respuesta. Necesitamos tener la confianza inquebrantable de Job en la bondad de ADONAI, sin importar las circunstancias. Él dijo: Aunque me mate, en Él esperaré, Con tal de defenderme ante Él (Job 13:15a). Como Sus hijos, al ser adoptados en la familia de Dios, Él siempre está velando por nuestros mejores intereses, como lo haría cualquier Padre amoroso. Pero, YHVH no es alguien para ser usado en el día de la desgracia; Él es alguien para ser amado y recordado todos los días de nuestras vidas.406

2025-02-23T22:21:51+00:000 Comments

Ck – Jesús expulsa un espíritu inmundo Marcos 1:21-28 y Lucas 4:31-37

Jesús expulsa un espíritu inmundo
Marcos 1:21-28 y Lucas 4:31-37

Jesús expulsa un espíritu inmundo ESCUDRIÑAR: ¿Cómo se relaciona esta historia con: El Espíritu del SEÑOR está Sobre Mí?, (vea el enlace haga clic en Ch –El Espíritu del SEÑOR está Sobre Mí) ¿Especialmente la relación con los versículos de Lucas 4:17-19? ¿Qué similitudes y diferencias ve usted? ¿Qué dos cosas de Jesús sorprendieron al pueblo? ¿Por qué? ¿Qué significa enseñar sin autoridad? ¿Cuál era la naturaleza y la fuente de la autoridad de Yeshua?

REFLEXIONAR: ¿Qué ideas sobre el reino de Dios ve aquí? En una escala del uno al diez (siendo diez el número más alto), ¿cuánta autoridad tiene el Señor en su vida? ¿Qué tendría que hacer Él para que fuera un diez? ¿Qué aspectos de la autoridad de Jesús le llaman la atención? ¿Cómo le está trayendo libertad Su autoridad?

Después de ser rechazado en su propia ciudad natal de Nazaret, descendió a Capernaúm. Como Nazaret está a unos 400 metros sobre el nivel del mar y Capernaúm está a casi 210 metros bajo el nivel del mar, tuvo que descender para llegar allí. En esta ocasión encontramos al Mesías, como era Su costumbre, entrando en la sinagoga de Capernaúm donde, como aprenderemos más adelante, Jairo era el líder de la sinagoga. Y llegan a Cafarnaum, y tan pronto llegaba el sábado, entraba en la sinagoga y enseñaba (Marcos 1:21; Lucas 4:31). La costumbre judía era permitir que cualquier hombre calificado leyera e interpretara el TaNaJ, aunque generalmente estaba reservado para el rabino.

Y se asombraban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas (Marcos 1:22; Lucas 4:32). Los escribas eran los maestros de la Torá, no habían sido ordenados (semijá) como rabinos, y por lo tanto no podían introducir nuevas interpretaciones (chidushim) o emitir juicios legales (posek halajá). La gente estaba asombrada (se podría decir que ellos estaban en shock), porque Él enseñaba como un rabino, no como un escriba. Ese fue un nivel de asombro.

Un segundo nivel de asombro fue que Él les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los escribas (Marcos 1:22; Lucas 4:32). Ningún rabino enseñó (o juzgó, pasak) en contra de la halajá de su propio rabino. Pero Yeshua, que no tenía rabino propio, parecía tener una autoridad superior a la de cualquiera de los rabinos. Su enseñanza era como una brisa del cielo y, como resumió más tarde, su autoridad provenía directamente de Su Padre.400

Jesús dijo a gran voz: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, Yo no lo juzgo; porque no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue: La palabra que hablé, ella lo juzgará en el día postrero. Porque Yo no he hablado por mí mismo, sino que el Padre que me envió, Él me ha dado mandamiento de lo que he de decir y lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Por tanto, lo que Yo hablo, lo hablo tal como el Padre me lo ha dicho (Juan 12:44-50). Haga clic en el enlace y vea Apocalipsis Fo – El Juicio del Gran Trono Blanco, también vea Ms La seguridad eterna del creyente. 

Ellos estaban impresionados con el contenido y la autoridad de Sus enseñanzas sin haber asistido a una academia rabínica. Pero, a medida que Su reputación crecía, la pregunta de ellos era: “¿De dónde recibió Su autoridad?“. Ellos no lo entendían todavía. En esa época los judíos tenían academias rabínicas donde recibían clases de un rabino en particular. Cuando los rabinos enseñaban, hacían referencia a su rabino como su fuente de autoridad, diciendo: “El rabino Cohen dice…” O el rabino Edersheim dice…” Sin embargo, con el tiempo el Mesías revelaría que no sólo tenía la autoridad para expulsar demonios, sino también la autoridad para perdonar pecados (vea Co Jesús perdona y sana a un paralítico).

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Aunque el pueblo tardó en reconocer su autoridad, los demonios no se demoraron. Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él (Marcos 1:23-26 RV60). Siempre que Jesús se enfrenta a los demonios, estos lo reconocen al instante. Pero, cada vez que uno de los demonios gritaba que era Jesús, Él lo hacía callar de inmediato. Los demonios no son nada confiables; por eso Cristo no acepta ningún testimonio de ellos. El doctor Lucas añade: y no le hizo daño alguno (Lucas 4:33-35). Pero, cuando expulsó a aquellos demonios con una simple orden, creó aún más asombro. En la sinagoga reconocieron que Su método era diferente al exorcismo judío.

El acto de expulsar demonios no era algo particularmente inusual. Incluso los fariseos y sus discípulos también podían hacerlo. Jesús diría más tarde: Y si Yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces (Mateo 12:27) El pueblo judío ya había notado que había una diferencia entre la manera en que los fariseos ordenaban la salida de los demonios, y la manera en que lo hacía Jesús.

Los rabinos utilizaban un ritual específico cuando expulsaban a los demonios. El ritual tenía tres pasos.

Primero, el exorcista tenía que establecer comunicación con el demonio. El demonio hablaba, utilizaba las cuerdas vocales de la persona poseída. 

En segundo lugar, después de establecer comunicación con el demonio, los rabinos preguntaban el nombre del demonio.

En tercer lugar, una vez que establecían el nombre del demonio, le ordenaban que saliera afuera. 

Normalmente Cristo los expulsaría sin ningún ritual, lo que hacía que Sus exorcismos fueran tan diferentes.401

Y todos se maravillaron, y discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Una nueva doctrina autoritativa? ¡Aun a los espíritus inmundos manda, y le obedecen! (Marcos 1:27). Este incidente en la sinagoga de Capernaúm hace que la noticia sobre Él se propague rápidamente. Y enseguida la noticia respecto a Él corrió por todas partes en la región circundante de Galilea (Marcos 1:28; Lucas 4:36-37). Reconocieron que Él estaba enseñando algo nuevo en comparación con el judaísmo farisaico, y a pesar del hecho de que Jesús no tenía una formación rabínica formal, enseñaba con autoridad.

Después del servicio matutino en la sinagoga, la práctica judía hasta el día de hoy es tener una comida especial de Shabat. En este día Jesús fue invitado a la cena del sábado en casa de Pedro.

¿Qué cualidad tenía ese maestro especial que le permitió encender la luz? Ya sabe, ese momento de “ajá” cuando finalmente dice “ahora lo entiendo”. Algunos maestros son capaces de “poner las galletas en el estante de abajo”, donde son más fáciles de alcanzar. Tal vez su padre o su madre lo hacía. Tal vez fue un maestro/a de la escuela. Pero quienquiera que fuera, usted sabía en su corazón que él o ella sabía de lo que estaba hablando. Se lo llama autoridad, y podemos ver aquí que Yeshua definitivamente lo tuvo de una manera única.

Para la gente de Capernaum, Jesús era asombroso porque a través de Sus palabras, los estaba abriendo a los pensamientos del Padre. No estaba simplemente reempaquetando la sabiduría humana en una nueva caja. No, Sus palabras les estaban ayudando a encontrarse con ADONAI. Porque Él es Dios, Yeshua (Jesús) conoce los pensamientos y deseos más profundos del Padre. Su autoridad venía de arriba porque Él mismo era de arriba. Sus palabras eran creíbles y, de alguna manera, el pueblo sabía que estaba diciendo la verdad. Pero si Sus palabras revelaban Su identidad, también lo hacían Sus acciones. Jesús usó Su autoridad y poder para vencer las fuerzas del mal y restaurar a Su pueblo a la plenitud. Vemos aquí que tenía la autoridad para obligar a un espíritu inmundo a obedecer a Cristo en contra de su voluntad y dejar al hombre poseído.

Pero el deseo del Mesías de derrotar al Adversario, no es más fuerte que Su anhelo de sanar a los hombres y mujeres que están esclavizados por el pecado. Nuestros corazones débiles están apegados a nuestras formas terrenales de pensar; se resisten a Su nueva vida. A través del arrepentimiento, alejándonos del pecado en nuestras vidas y volviéndonos hacia el Señor, nosotros también podemos experimentar la plenitud. Como el hombre con el espíritu inmundo, podemos confiar en que Jesús limpiará nuestros corazones y mentes y nos llenará de nueva vida. Hoy, tengamos claro que, a través del Espíritu Santo, Dios está presente entre nosotros y dentro de nosotros, y que podemos encontrarnos con Él cuando volvemos nuestros corazones a Él en oración, cuando clamamos: Abba, Padre”. Porque no recibisteis espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor; sino que recibisteis el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba! (¡Padre!) El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Romanos 8:15-16)

Señor Jesús, abre nuestra mente y nuestro corazón a tu poder y autoridad. Rechazamos aquellos intereses que nos alejan de Ti y te pedimos que renueves nuestras mentes y reavives nuestro amor por Ti. Amén. 402

2025-02-23T22:03:30+00:000 Comments

Cj – Ven, sígueme y te haré pescador de hombres Mt 4:18-22; Mc 1:16-20; Lc 5:1-11

Ven, sígueme,
y te haré pescador de hombres
Mateo 4:18-22; Marcos 1:16-20; Lucas 5:1-11

Ven, sígueme, y te haré pescador de hombres ESCUDRIÑAR: ¿Qué invitaciones les hizo Jesús a esos pescadores? ¿Qué le parece inusual en la respuesta de ellos? ¿Qué conocimiento previo de Cristo cree que tenían? (vea Mateo 4:13 y 17) Imagínese a usted mismo como Simón. ¿Qué está pensando, haciendo, sintiendo en Lucas 5:1-3? ¿Cuándo el Señor le habla directamente a usted en Lucas 5:4? ¿Por qué acepta usted su extraña petición? ¿Cómo tuvo esto un efecto más profundo en Pedro, que la curación de su suegra? ¿Qué está empezando a comprender acerca del rabino de Galilea?

REFLEXIONAR: Espiritualmente, ¿sigue usted preparando las redes? ¿Está abandonando la barca? ¿O está siguiendo con ahínco al Mesías? ¿Está totalmente comprometido? Los apóstoles dejaron su profesión y su fuente de ingresos. Creían que Él proveería para sus necesidades. ¿Hacemos lo mismo nosotros? El Señor le dijo a Pedro: No tengas miedo. ¿Por qué dijo eso? Cuando piensa usted en comprometerse totalmente a seguir a Yeshua, ¿de qué tiene miedo? ¿Por qué? ¿Cuándo y cómo se enamoró de Jesús?

Rescatar a los perdidos es la mayor preocupación de ADONAI. Tanto es así que hizo que Yeshua llorara amargamente por la incrédula Ciudad de David, sollozando: ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te han sido enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos bajo las alas, y no quisisteis! (Mateo 23:37) Dios envió a Su Hijo a la tierra –para predicar, morir y resucitar– con el propósito de salvar a la humanidad del pecado (Juan 3:16). Cristo dijo de mismo: porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10). La evangelización fue la gran preocupación de las congregaciones de Dios después de Shavuot. Ellos estudiaban a los pies de los apóstoles, compartían entre sí y alababan a Dios, gozando del favor de todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía al número los que iban siendo salvos (vea Hechos 2:42-47). La evangelización ha sido el latido del corazón de los creyentes fieles desde entonces.

Las formas de la palabra griega traducida como evangelizar, se encuentran más de cincuenta veces en el Brit Hadashah. La evangelización es el eje principal de la Gran Comisión: Id pues, discipulad a todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19). Si bien algunas personas tienen el don espiritual de la evangelización (Efesios 4:11), todos debemos ser evangelistas. Hacer discípulos es evangelizar, es poner a la gente bajo el señorío de Yeshua el Mesías. Pero, cuando Jesús llamó a Sus discípulos a Sí mismo, también los llamó a llamar a otros.390 Vea Ntd.

Yeshua podría haber cumplido Su misión solo, pero, nunca tuvo la intención de hacerlo solo. Junto con la declaración de que el Reino estaba cerca, continuó llamando a sus apóstoles. En este comentario sobre la vida de Cristo, hago una distinción entre apóstoles y discípulos. Los doce serán llamados apóstoles o talmidim (en hebreo), y los demás que llegarían a creer en Él serán llamados discípulos. Si bien es cierto que los apóstoles también fueron discípulos, no es cierto que todos los discípulos fueran apóstoles.

El concepto de discipulado no era nada nuevo para el judaísmo del primer siglo. Cualquier rabino importante tendría seguidores fieles que serían llamados a un compromiso tanto de seguir como de aprender, de ahí la palabra talmid (singular), que significa aprendiz. El talmid se “uncía” a un rabino y se sometía a él para recibir instrucción. Los rabinos enseñaban que el talmid “estaría cubierto con el polvo de sus pies” porque lo seguiría de cerca. Ser elegido talmid de un rabino importante era un gran honor. Esto significaba más que simplemente transmitir información, también implicaba una relación personal cercana con el rabino. La palabra halajá se suele traducir como el camino que uno recorre. La palabra se deriva de la raíz hebrea hei -lámed -kaf, que significa ir, caminar o viajar. Por lo tanto, el objetivo de un talmid sería duplicar y perpetuar la halajá. La sabiduría de la Torá y la halajá eran transferidas al talmid después de años de enseñanza y formación en el trabajo, para que un día tuviera sus propios talmidim (plural). NTD

Aquí Jesús llama a Pedro y Andrés a la halajá, o ministerio de tiempo completo (Felipe y Natanael no se mencionan, pero se da a entender que también fueron llamados). Entonces Yeshua añade dos talmidim más, Santiago y su hermano Juan, quienes también dejaron su próspero negocio de pesca para seguir al Señor y dedicarse por completo al ministerio. En ese momento había siete talmidim.

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Andando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos: Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban una jábega en el mar, porque eran pescadores (Mateo 4:18; Marcos 1:16). El mar de Galilea, es un hermoso cuerpo de agua, a casi 200 metros bajo el nivel del mar, de 21 kilómetros de largo y 13 kilómetros de ancho, en realidad es un lago interior (Lucas lo llama el Lago de Genesaret y Juan lo llama el Mar de Tiberíades). En un momento dado, el historiador judío Josefo informó que había unos 240 barcos que pescaban regularmente en sus aguas. Cuando lo visité en octubre de 2023, justo antes de que estallara la guerra, mi congregación mesiánica hizo un paseo en barco por el mar de Galilea. No hay nada como adorar en el mar de Galilea. Para hacer el paseo con nosotros, haga clic aquí . Sucedió que al agolparse la multitud sobre Él para oír la palabra de Dios (Él estaba de pie junto al lago Genesaret), vio dos barcas ancladas en el lago, pues los pescadores habían salido de ellas y lavaban las redes (Lucas 5:1-2).

Vio a dos hermanos: Simón llamado Pedro (hebreo: Kefa) y su hermano Andrés. Como Simón era uno de los nombres más comunes en la Palestina del primer siglo (veremos otros cuatro Simones en Mateo 10:4, 13:55, 26:6, 27:32), este era el apodo con el que nuestro Señor solía identificarlo (y especialmente para distinguirlo del otro Simón entre los Doce). Ellos estaban echando una red al mar porque eran pescadores (Mateo 4:18b; Marcos 1:16b).

Simón era un hombre sencillo y sin educación, que conocía a Yeshua de su encuentro anterior durante el verano, mientras él y otros estaban pescando el pez tropical “musht” en los manantiales de agua mineral caliente de la costa cerca de Tabgha (también llamado tilapias de San Pedro). En ese momento, Jesús había llamado a Simón y su hermano Andrés para que se unieran a Él mientras predicaba por toda la gran Galilea. Si bien Pedro inicialmente había aceptado el llamado de Cristo como talmid, también tenía una esposa y una suegra a las que cuidar. Pero ahora El Nazareno estaba de vuelta, de pie frente a su barca.391

Al agolparse la multitud sobre Él para oír la palabra de Dios: vio dos barcas ancladas en el lago, pues los pescadores habían salido de ellas y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, la cual era de Simón, le rogó que se alejara un poco de la orilla, y, sentado, enseñaba a las multitudes desde la barca (Lucas 5:1b-3). La multitud era tan grande que no había suficiente espacio para que el Mesías se dirigiera al pueblo. Los pescadores, estaban lavando sus redes de la arena y las piedras con las que el trabajo de una noche así, las atascaría. Jesús siempre está enseñando desde una posición sentada, que es la postura de un rabino. Las multitudes comenzaron a encontrarlo en aquellos días en que predicaba. El sol de la mañana temprano reflejaba la superficie del lago e iluminaba toda la escena.

Cuando cesó de hablar, dijo a Simón: Boga hacia lo hondo, y echad abajo vuestras redes para una captura (Lucas 5:4). Pedro era un pescador experimentado, que conocía las costumbres de los peces. La pesca se practicaba normalmente de noche, pues era entonces cuando los peces subían de las profundidades para alimentarse en la superficie del agua. Los peces permanecían en la superficie mientras oscurecía, pero cuando pasaba la noche y salía el sol, los peces volvían a descender a las profundidades del lago. Los que se dedicaban a la pesca sabían que era inútil intentar pescar durante el día.392

Pero Pedro estaba exhausto y desanimado. Había estado despierto durante veinticuatro horas seguidas, navegando en su pequeño bote por el lago y arrojando sus redes una y otra vez. Probablemente le dolía la espalda por inclinarse sobre la borda para recoger sus redes. Había estado entrando y saliendo del mar interior una y otra vez, sin éxito. Necesitaba beber y comer, necesitaba dormir un poco. Pero, sobre todo, necesitaba pagar sus impuestos, y esa noche de pesca infructuosa no le ayudó.393

Pero respondiendo Simón, dijo: Maestro, después de bregar durante toda la noche, nada hemos pescado; pero en tu palabra, echaré abajo la red (Lucas 5:5).

Entonces Simón le respondió: Maestro, después de bregar durante toda la noche, nada hemos pescado. ¿Tiene usted alguna red gastada, mojada, vacía? ¿Conoce la sensación de una noche de insomnio, de fracaso? Por supuesto que sí. ¿Qué ha estado buscando?

¿Solvencia? “Mi deuda es un yunque alrededor de mi cuello…”
¿Fe? “Quiero creer, pero…”

¿Un matrimonio feliz? “No importa lo que haga…”
Dice usted: He trabajado duro toda la noche y no he pescado nada.” Ha sentido lo que sintió Pedro. Se ha sentado donde se sentó Pedro. Y ahora Jesús le pide que vaya a pescar. Él sabe que sus redes están vacías. Él sabe que su corazón está cansado. Él sabe que nada le gustaría más que darle la espalda al desastre y llamarlo a esto una vida. Pero Él insta: “No es demasiado tarde para intentarlo de nuevo”.
Veamos si la respuesta de Pedro no nos ayuda a formular la nuestra.394

Simón pensó que sabía más sobre pesca que Yeshua. La experiencia de Pedro le decía que echar las redes durante el día sería inútil… pero en tu palabra, echaré abajo la red (Lucas 5:5b). Siendo un talmid obediente, el echó abajo sus redes.

Y cuando hicieron esto, encerraron una gran cantidad de peces, y se rompían sus redes. E hicieron señas a los compañeros en la otra barca para que vinieran a ayudarles. Y fueron y llenaron ambas barcas, hasta tal punto que se hundían. Al verlo Simón Pedro, se postró a los pies de Jesús, y dijo: ¡Apártate de mí, Señor, que soy hombre pecador! (Lucas 5:6-8). Al ver el milagro de ambas barcas, llenas de pescado fue suficiente para convencer a Simón Kefa que estaba en presencia del Santo de Dios. El efecto sobre el impulsivo Pedro fue instantáneo. Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y dijo: ¡Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador! Como Isaías, Simón expresó su indignidad, la cual uno debe sentir en presencia de lo divino.

Si nos comparamos con otra persona, siempre podemos encontrar a alguien peor que nosotros. Así que no lo haga, lo único que obtendrá será un mal fruto. La única comparación que deberíamos hacer es con el modelo absoluto de Jesucristo. Él es nuestra audiencia de Uno. Cuando hacemos esto, nuestra única conclusión puede ser la misma que la de Pedro. Somos pecadores en verdad.

Porque a causa de la captura de los peces, el asombro lo había dominado a él y a todos los que estaban con él; e igualmente a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, los cuales eran socios de Simón (Lucas 5:9-10a). Jesús le ofreció una palabra de consuelo, dijo a Simón: No temas, desde ahora serás pescador de hombres (Lucas 5:10b). Ven, ésta parece ser una de Sus palabras favoritas:

Y venid después y estaremos a cuenta, dice YHVH: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Isaías 1:18).

¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba! (Juan 7:37b).

Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y Yo os haré descansar (Mateo 11:28). Todo comienza con un tirón en el corazón. Esto no quiere decir que nuestra fe no tenga sentido, pero, para la mayoría de nosotros, seguir a Jesús es como enamorarse. Se ha dicho que “admiramos a las personas por razones; las amamos sin razones”. Sucede simplemente porque son quienes son. Yeshua dijo: Y Yo, cuando sea levantado en alto de sobre la tierra, a todos atraeré a mí mismo (Juan 12:32). Sí, seguimos al Mesías por lo que Él dijo – Sus palabras son importantes; pero también lo seguimos por todo lo que Él es.395

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La obediencia de Sus Talmidim fue instantánea. Y ellos, dejando al instante las redes, lo siguieron (Mateo 4:20; Marcos 1:18). La obediencia es la chispa que enciende el fuego de la pasión. Pedro al final, pescó a hombres y mujeres. ¿Recuerda lo bien que lo hizo en Shavuot? La respuesta del Señor a Pedro fue ciertamente significativa. Cerca de tres mil almas fueron salvadas y bautizadas después de su primer sermón (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Hechos An Pedro habla a la multitud en Pentecostes)! Simón estaba pescando según las instrucciones del Mesías.

Una serie de cualidades que hacen a un buen pescador también pueden ayudar a hacer de él un buen evangelizador.

En primer lugar, un pescador debe ser paciente, porque sabe que a menudo lleva tiempo encontrar un banco de peces.

En segundo lugar, un pescador debe tener perseverancia. No se trata simplemente de esperar pacientemente en un lugar, con la esperanza de que algún pez aparezca finalmente. Se trata de ir de un lugar a otro, y a veces de regreso, una y otra vez, hasta que se encuentran los peces.

En tercer lugar, los pescadores deben tener un buen instinto para ir al lugar correcto y arrojar la red en el momento justo. La mala elección del momento oportuno ha hecho perder muchas capturas, tanto de peces como de personas.

Una cuarta cualidad es el coraje. Los pescadores, sin duda los del Mar de Galilea, a menudo se enfrentan a peligros considerables de tormentas y diversas calamidades.396

Pero, ¿usted sabe que hay otro pescador? ¿El diablo también es pescador? El Rabino Saulo/Pablo nos lo dice en Segunda Timoteo 2:26, cuando dice: Dios puede conceder al pecador la oportunidad… de revertir a sus sentidos para que vuelvan en sí, y escapen del lazo del diablo en que están cautivos a voluntad de él. Satanás también tiene su anzuelo en el agua. Si bien es cierto que ADONAI está pescando su alma, esa antigua Serpiente también está pescando su alma con un anzuelo cebado con las cosas de este mundo (1 Juan 2:15-17). Usted podría decir que el anzuelo del Señor es la cruz. El Hijo de Dios murió en esa cruz por usted. Este es el mensaje del Padre para usted hoy. Por cierto… ¿en el anzuelo de quién está usted hoy? Está en el anzuelo de Dios o en el anzuelo del Adversario.397

Hay solo dos opciones.

Y después de arrimar las barcas a tierra, dejando todas las cosas, lo siguieron (Lucas 5:11). Es importante entender que esta no fue la primera interacción del Señor con Pedro, Andrés, Santiago o Juan (vea Bp Los discípulos de Juan siguen a Jesús). Ellos ya habían sido llamados a la fe y el rabino de Galilea ya tenía una relación con ellos.

Y pasando de allí adelante, vio a otros dos hermanos: Jacobo (o Santiago), el (hijo) de Zebedeo, y Juan su hermano, que remendaban sus redes en la barca con su padre Zebedeo. Y los llamó (Mateo 4:21; Marcos 1:19). Cuando el rabino galileo llamó a los dos hermanos, eran hombres duros y cascarrabias, como joyas en bruto. Tenían poca educación, poca visión espiritual y tal vez, poca formación religiosa. Ellos estaban en una barca con su padre Zebedeo, preparando sus redes, una tarea rutinaria pero vital en el negocio de la pesca.

Aunque su apellido era Zebedeo (o Zavdai), que en hebreo significa “don de Dios”, Yeshua más tarde les daría a estos dos celosos hermanos el apodo de Boanerges, que significa “hijos del trueno” (vea Marcos 3:17). Jesús los llamó como había llamado a Simón y Andrés.

Enseguida los llamó, y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, lo siguieron (Marcos 1:20; Mateo 4:22). En su caso, algo así como el precio del discipulado se indica por la ruptura de los lazos familiares: el abandono del negocio de su padre. La mención de los jornaleros puede implicar que Zebedeo era rico. Pero Juan, el autor humano inspirado, también puede ser incluido para indicar que al dejar a su padre para seguir a Jesús, Santiago y Juan no lo dejaron completamente solo en su negocio de pesca. Pero el énfasis está puesto en su respuesta inmediata a la llamada de Cristo.398

Como Simón Pedro (Kefa), el profeta Isaías, también tuvo una revelación del Señor que lo doblegó, dijo: ¡Ay de mí, muerto soy! ¡Yo, hombre de labios inmundos, que habito en medio de un pueblo de labios inmundos, he visto con mis ojos al Rey, a YHVH Sebaot! (Isaías 6:5). Sin embargo, el toque de un carbón ardiente del altar de bronce lo limpió de sus pecados y lo liberó de toda culpa. Una vez purificado, Isaías pudo escuchar el clamor del corazón de ADONAI: Entonces oí la voz de Adonay que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros? Y dije: ¡Heme aquí, envíame a mí! (Isaías 6:8).

Dios anhela llamarnos a cada uno de nosotros, tal como llamó a Pedro y a Isaías. Al permitir que ADONAI nos inunde con Su amor, también nosotros escucharemos el llamado al discipulado. Sabremos que no somos dignos de tal honor, pero también sabremos que, a través del arrepentimiento (1 Juan 1:8-10), podemos ser capacitados por el Espíritu Santo para ser pescadores de hombres.

A medida que nuestra relación con Jesús se profundiza, también lo hará nuestro amor por Él y, como Simón e Isaías, desearemos seguirlo. No tengamos miedo de humillarnos ante el Señor y recibir el llamado que Él tiene para nosotros. No hay mayor honor que ser discípulo del Mesías, capacitado para pescar almas para Su Reino.

Señor Jesús, limpia nuestro pecado y fortalécenos con Tu presencia. ¡Aquí estamos, Señor! ¡Envíanos! ¡Danos poder para hacer avanzar tu Reino! Enséñanos a hablar Tus palabras y a ministrar Tu amor a todos los que conocemos. Amén.399

Ntd: Todos los hijos de Dios son llamados a hacer discípulos para Cristo Jesús, y no están llamados a hacer discípulos para sí mismos.

2025-02-23T20:58:13+00:000 Comments

Ci – La sede de Jesús en Capernaúm Mateo 4: 13-16

La sede de Jesús en Capernaúm
Mateo 4: 13-16

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Como resultado de Su rechazo en Nazaret, Jesús estableció Su sede (o cuartel general) en Capernaúm, justo al pie de la colina de Nazaret. Dejando Nazaret, habitó en Cafarnaum, la de junto al mar, en los confines de Zabulón y de Neftalí (Mateo 4:13). El Mar de Galilea (Mateo 4:15, 18, 15:29; Marcos 1:16, 7:31), que en realidad era un lago muy grande, a veces se llamaba Tiberíades (Juan 6:1 y 23).

Durante más de dos siglos, el negocio de la pesca definió la bulliciosa ciudad de Capernaúm en el Mar de Galilea, ya que los barcos y las redes se alineaban en cada centímetro entre los muelles de piedra y el rompeolas. Algunos eran transbordadores, diseñados para transportar pasajeros de manera rápida y fácil hasta Magdala, o a través de las ocho millas de mar hasta Gergesa. Pero la mayoría de los barcos eran para pescar. De los más de una docena de importantes pueblos pesqueros en las orillas del lago Genesaret, como también se conoce al mar de agua dulce, ninguna ciudad era más concurrida que Capernaúm, ni siquiera la ciudad de Tiberíades, creada por Herodes Antipas. Allí se había apostado un destacamento de cien soldados romanos para garantizar que se recaudaran todos los impuestos según la ley romana.388 En una importante vía de la costa norte de Galilea, proporcionaba un tráfico constante para que la Buena Nueva se extendiera por toda la región.

Para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, más allá del Jordán, Galilea de los gentiles (Mateo 4:14-15), (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Isaías Cj Honrará a Galilea de los gentiles).

Galilea de los gentiles (Mateo 4:14-15) es un nombre que refleja la experiencia histórica de la región, que fue territorio de algunas de las tribus del reino del norte de Israel. Era una zona de repugnante idolatría y paganismo, especialmente en la tribu de Dan al norte. En el año 722 aC los asirios conquistaron la zona, enviando a los israelitas a Asiria o casándose con ellos en la Tierra. Con el tiempo, la región se convirtió en una mezcla de judíos, asirios y judíos que se casaron con asirios que más tarde se conocerían como los samaritanos.

Como resultado, Galilea fue una tierra de oscuridad durante muchos siglos. Sin embargo, en una profecía bastante extraña, es en esta Galilea de los gentiles (no en la Jerusalén religiosa) donde una gran luz atravesará la oscuridad de la historia. “El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz, Y a los asentados en región y sombra de muerte, Una luz les amaneció (Mateo 4:16).

Lo que Isaías predijo en su generación, fue confirmado en la tradición rabínica, muchas veces con la esperanza de la venida del Mesías. En la literatura mística del Zohar, algunos rabinos incluso vieron una razón lógica para esta promesa de Isaías. Los rabinos enseñaron que “el Mesías se levantará y se revelará en la Tierra de Galilea porque ese [será] el primer lugar que será destruido en la Tierra Santa” (Zohar 2:7b). El punto de Mateo es que, Yeshua cumplirá hasta los detalles más minuciosos concernientes al Mesías prometido, tal como se habla en el TaNaJ.389

2025-02-23T20:11:16+00:000 Comments

Ch – El Espíritu del SEÑOR está sobre Mí Lucas 4: 16-30

El Espíritu del SEÑOR está sobre Mí
Lucas 4: 16-30

El Espíritu del SEÑOR está sobre Mí ESCUDRIÑAR: ¿Qué fue tan diferente en lo que hizo Jesús ese Shabat? ¿Qué significaban las Buenas Nuevas para el Mesías? ¿De qué maneras proclamó libertad para los prisioneros y dio la vista a los ciegos? ¿Qué era un año del favor de ADONAI? ¿Cuál fue el significado de que el Señor se detuviera en medio de Isaías 61:2? ¿Cómo respondió la gente? ¿Por qué? ¿Por qué Yeshua usó los ejemplos de Elías y Eliseo? ¿Qué estaba tratando de decir? ¿Por qué eso convirtió el asombro de ellos en rabia? ¿Qué hicieron ellos?

REFLEXIONAR: Francisco de Asís dijo una vez: “Predica el evangelio en todo momento… y si es necesario, usa palabras”. ¿Cómo usted está “haciendo” la Buena Nueva? ¿Está el Espíritu de ADONAI en usted? ¿Está el Señor en sus labios? Su familia, sus parientes, sus vecinos o sus compañeros de trabajo dirían que usted es ¿una Buena Noticia o una “Mala Noticia”? ¿Por qué sí o por qué no? ¿A qué “gentiles” está ministrando esta semana?

A medida que las sombras del sol del viernes se iban cerrando sobre el tranquilo valle, Jesús oía el familiar doble toque de trompeta desde el tejado de la casa del líder de la sinagoga, que anunciaba la llegada del shabat. Una vez más sonó en el aire quieto del verano, para anunciar que había que dejar de trabajar.

Al amanecer del Shabat, Jesús regresó a la sinagoga donde, siendo niño, joven y hombre, tantas veces había adorado con toda humildad, sentado, no al frente entre los ancianos y los honrados, sino muy atrás (Visité la aldea de Nazaret en Jerusalén, en octubre de 2023. Para ver un video de la reconstrucción de la sinagoga del primer siglo de Yeshua en Nazaret, haga clic aquí). Los viejos rostros conocidos lo rodeaban. Yeshua Había oído las palabras familiares del servicio, pero ¡cuán diferentes habían sido siempre para Él que para ellos, con quienes se había mezclado en la reunión común! Habían pasado sólo unos meses desde que había dejado Nazaret, pero ahora estaba de nuevo en casa, verdaderamente como un extraño entre ellos. Era la primera vez, hasta donde sabemos, que el Ungido enseñaba en una sinagoga, y no por casualidad era en Su ciudad natal de Nazaret. 381

Los hombres de la pequeña sinagoga alzaban sus voces uniéndose como uno solo para cantar la Shemá (Deuteronomio 6:4) y las palabras de los Salmos. La habitación era pequeña y cuadrada, con bancos de madera pegados a cada pared. El Templo de Jerusalén, con sus sacerdotes y sacrificios de animales, era el centro de la vida judía. La sinagoga local, sin embargo, era, y sigue siendo, el alma del judaísmo. En el primer siglo, la sinagoga era un lugar íntimo que permitía a los justos del TaNaJ reunirse en un ambiente menos formal que el propio Templo. No había sumos sacerdotes, ni levitas, ni ninguna liturgia estándar. Cualquiera podía levantarse y leer los rollos sagrados.382

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Y fue a Nazaret, donde había sido criado, y en el día sábado entró en la sinagoga, y conforme a su costumbre se levantó a leer (Lucas 4:16). Ir a la sinagoga, era costumbre de todo buen judío. Y se puso de pie para leer públicamente un rollo. El lector estaba de pie; el rabino sentado. Hasta el día de hoy en una sinagoga, uno se pone de pie para leer la Torá. Esto se llama la aliá ó aliyá, es el llamado al bema o plataforma en la sinagoga, para leer. En este bema se encontraba el púlpito o atril, el migdal ez, el estrado de madera de Nehemías 8:4, donde se leía la Torá y los profetas.383

Y le fue entregado el rollo del profeta Isaías; y habiendo desenrollado el volumen, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Porque me ungió para evangelizar a los pobres; Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, Y restauración de vista a los ciegos, A enviar en libertad a los oprimidos, A proclamar el año favorable del Señor (Lucas 4:17-19).

El rollo del profeta Isaías fue entregado a Yeshua (vea Isaías 61:1-2a). Al desenrollarlo, encontró el lugar donde está escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque:

(1) Me ungió para evangelizar a los pobres de espíritu (o anunciar la Buena Nueva). Aunque se dice que sólo Jesús fue ungido por el Ruaj HaKodesh (Lucas 3:22; Hechos 4:26-27, 10:38), Él sirve aquí como modelo para los predicadores y maestros llenos del Espíritu hoy en día.

(2) Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos. Esto se entiende metafóricamente, y se refiere al perdón de los pecados (Lucas 1:77, 3:3, 24:47; Hechos 2:38, 5:31, 10:43, 13:38 y 26:18).

(3) Y para restauración de la vista a los ciegos. Esto puede ser una referencia a los ciegos que el Señor sanó durante Su ministerio: vea el enlace haga clic Ek El Segundo Milagro Mesiánico: Jesús sana a ciego y mudo; Fi Jesús sana al ciego y al mudo; Fw – La levadura de los fariseos y los saduceos; Gt El tercer milagro mesiánicoJesús sana a un hombre que nació ciego; e In Bartimeo recibe la vista. Sin embargo, en otro sentido, también puede referirse metafóricamente a aquellos que están espiritualmente ciegos (Lucas 1:78-79, 2:30-32, 3:6, 6:39; Hechos 9:8-18, 13:47, 22:11-13 y 26:17-18).

(4) Para enviar en libertad a los oprimidos. La misma palabra traducida aquí como libetad se tradujo como perdón en otros versículos. Por lo tanto, es paralela a las declaraciones anteriores (especialmente Hechos 26:18, donde el perdón de pecados es paralelo a libertad a los oprimidos).

(5) A proclamar el año favorable del Señor. Básicamente, esto es un sinónimo de las Buenas Nuevas del Reino de Dios (vea Lucas 4:43). Yeshua afirmaba que el Reino de Dios había llegado en cumplimiento de los profetas del TaNaJ, ahora se ofrecía la salvación a todos.384

Con cada porción de la Torá/Ley hay también una porción correspondiente de los profetas que se lee. Es posible que haya leído tanto la porción de la Torá como la porción de los profetas, pero aquí solo se menciona la porción profética. Lo que hace Jesús es leer todo el versículo 1, pero solo la primera mitad del versículo 2 (Isaías 61:1-2a).

La razón por la que Cristo se detuvo donde lo hizo fue porque la primera mitad del versículo se cumpliría con Su Primera Venida: Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, A vendar los corazones desgarrados, A proclamar libertad a los cautivos Y a los presos apertura de la cárcel; A promulgar el año de gracia de YHVH (Isaías 61:1b-2a) Y la segunda mitad del versículo se cumplirá con Su Segunda Venida: Y el día de la venganza de nuestro Dios; A consolar a todos los que lloran (Isaías 61:2b). Vea el comentario sobre Isaías Ka Y el día de la venganza de nuestro Dios.

Y habiendo envuelto el rollo, lo devolvió al asistente, y se sentó (Lucas 4:20a). El lector se puso de pie; el rabino se sentó. Aquí Jesús asumió la posición de un rabino, sentándose mientras enseñaba. Ellos se ponían de pie para leer la Torá y se sentaban para enseñar la Torá. Hasta aquí todo estaba de acuerdo con la práctica judía en ese momento, excepto que Jesús no cumplió con el número aceptado de versículos requeridos para la lectura. Se requería un mínimo de tres versículos y Él leyó solo uno y medio.

Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él (Lucas 4:20b), porque, en primer lugar, leyó sólo la mitad de lo que debía leer y, en segundo lugar, ¿qué iba a decir? Los rabinos enseñaban que estos dos versículos eran una profecía mesiánica. Entonces, comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos (Lucas 4:21), ellos comprendieron que Él decía ser el Mesías.

Y todos daban testimonio de Él, y se maravillaban de las palabras de gracia que salían de su boca, pero decían: ¿No es éste el hijo de José? (Lucas 4:22). Pero, en voz baja, se susurraban unos a otros: ¿No es éste el hijo de José?, preguntando retóricamente. Es como si dijeran: “¿Quién se cree que es este presumido?”. Para ellos, Él era el hijo de José y nada más. Ellos se sintieron ofendidos. Al ser hipócritas, inmediatamente lo rechazaron a Él y a Su mensaje. Habían oído hablar de Sus milagros en toda Galilea, pero, nunca habían visto que se realizara ninguno.

Entonces les dijo: Sin duda me diréis este proverbio: Médico, cúrate a ti mismo. Cuantas cosas oímos que se han hecho en Cafarnaum, hazlas también aquí en tu tierra, haz los milagros (vea Br La primera estancia de Jesús en Capernaúm, y Cg Jesús sana al hijo de un funcionario). Pero Él no satisfizo su curiosidad ociosa y no se echó atrás (Lucas 4:23).

Y añadió: En verdad os digo que ningún profeta es grato en su tierra (Lucas 4:24). En respuesta a su incredulidad, Cristo les recordó que Israel había respondido a menudo a los profetas de HaShem con incredulidad. Elías se había aparecido a una nación apóstata con el mensaje de Dios de un juicio inminente para llamar al pueblo al arrepentimiento. Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, mientras hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón (Lucas 4:24-26). Este incidente se describe en Primera Reyes 17:1, 7, 9-24 y 18:1. El pueblo de Israel no recibió el mensaje del profeta y, por lo tanto, no recibió ningún beneficio de su ministerio, pero una viuda gentil creyó en el mensaje del profeta y recibió beneficio.

De la misma manera, muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio (Lucas 4:27), vea Segunda Reyes 5:1-14. En ese tiempo había muchos leprosos en Israel. Pero los israelitas no creyeron en la palabra del profeta ni acudieron a Él en busca de ayuda. El único que recibió ayuda del ministerio de Eliseo, fue de nuevo un gentil.385 Aquí Jesús ya está empezando a dar a entender que lo que los judíos rechazarán… los gentiles lo aceptarán. Así como Israel era indigno en los días de Elías y Eliseo, también lo era en los días de Cristo.

Oyendo estas cosas, todos se llenaron de ira en la sinagoga (Lucas 4:28). Yeshua les dice que Dios había tratado favorablemente a los gentiles en el pasado. Hay quienes hoy afirman que en ninguna parte del Nuevo Pacto Jesús dice específicamente “YO SOY Dios”. Bueno, el pueblo de Nazaret no estaba tan confundido al respecto. Ellos entendieron exactamente quién decía ser. Su respuesta fue que se levantaron y lo expulsaron de la ciudad, lo que presagiaba el día de Su crucifixión porque las ejecuciones no se llevaban a cabo dentro de los muros de la ciudad (vea Levítico 24:14).

…y levantándose, lo sacaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo (Lucas 4:29). Los rabinos llamaron a esto “muerte por mano de Dios” Pero, irónicamente, en realidad el castigo estaba en manos del pueblo. Ellos podían administrar “el castigo a los blasfemos” en el lugar, sin juicio, si alguien era sorprendido desafiando abiertamente alguna enseñanza positiva, ya fuera de la Torá o de la Ley Oral (vea Ei La Ley Oral). La paliza a los rebeldes era hasta la muerte. 386

Pero Jesús, pasando por en medio de ellos, prosiguió (Lucas 4:30). En otras dos ocasiones el pueblo tomó piedras en el templo para matarlo (Juan 8:59 y 10:31) El adversario siempre trató de acortar el camino del plan de Dios ordenado para Su Hijo. Pero Jesús estaba destinado a morir en una cruz en Jerusalén, no en un acantilado en Nazaret. No era el momento señalado para morir.

Nazaret está construida en un pequeño valle sobre una montaña que domina el valle de Jezreel. La tradición católica enseña que María, la madre de Jesús, estaba presente cuando intentaron matarlo. Cuando su Hijo fue conducido al borde del acantilado, la tradición dice que ella se asustó. Por lo tanto, construyeron allí una iglesia católica llamada “La Capilla de Nuestra Señora del Miedo”. Sin detenerse allí, también afirman que Jesús saltó al Monte Tabor, que está a unos seis kilómetros de distancia. Hoy los católicos llaman al Monte Tabor el Monte del Salto.

La declaración del Señor de que Él era en verdad el Mesías prometido desde hacía mucho tiempo, fue significativa porque fue como una muestra de aquello que se desarrollaría a medida que se desarrollaba el Evangelio. El anuncio de que ningún profeta es grato en su tierra (Lucas 4:24) se convirtió en una predicción de Su propia muerte en Jerusalén. Sin embargo, mediante la resurrección de Cristo, Él proveyó liberación tanto para judíos como para gentiles.

Jesús sigue anunciando las buenas nuevas a los abatidos de espíritu y proclamando la libertad a los cautivosHoy, sin embargo, ¿se imagina a usted mismo como uno de aquellos que estaban en la sinagoga de Nazaret, escuchando al Señor anunciar por primera vez que la profecía de Isaías se estaba cumpliendo ante sus ojos? Probablemente habría pensado: “¿Cómo puedo realmente ser liberado del pecado, o ser liberado de la tentación?” ¿Y de la culpa y la desesperanza? ¿Cuándo fue la última vez que se sintió favorecido por alguien, y mucho menos por ADONAI?

Para un israelita en los días de Yeshua, el año de la gracia de YHVH hacia referencia al año del Jubileo en Levítico 25. Cada quincuagésimo año, todas las deudas debían ser perdonadas y todos los esclavos liberados. Además, todos en Israel estaban llamados a celebrar y descansar, a disfrutar de los frutos de seis años de cosecha. Gracias a Jesucristo, nuestra deuda de pecado puede ser eliminada de nosotros todos los días; y la esclavitud de las viejas costumbres puede ser eliminada en cualquier momento por el poder del Espíritu Santo. ¡Todos podemos regocijarnos al escuchar estas palabras!

El hecho de que el ministerio del Mesías fuera aceptado en su mayor parte por los marginados de la sociedad, incluso por los gentiles incrédulos, amenazó a algunos judíos y despertó pensamientos asesinos entre ellos. Entre los nazarenos, el hecho de que el rabino inconformista fuera tan popular fuera de su ciudad natal, era difícil de aceptar. “¿Por qué debería Capernaúm recibir todos los milagros?” (Lucas 4:23). Sin embargo, la respuesta de ellos no lo perturbó. Este sería solo el comienzo de la oposición que enfrentaría Jesús mientras avanzaba hacia Su destino en Jerusalén.

A veces podemos pensar que al rabino renegado en realidad, le gustaba provocar controversias. Él sabía que Sus palabras no siempre serían bien recibidas, pero, nunca intentó suavizarlas. El hecho es que Jesús quiere sacudir las cosas para poder llamar nuestra atención. Él vino a proclamar la Buena Nueva a diferencia de todo lo que podríamos esperar, y si hemos de escucharlo adecuadamente, necesitaremos que nos hagan sentir incómodos. ¿De qué otra manera querremos desprendernos del pecado y seguirlo en el camino a la cruz?

Señor Jesús, hoy nos ofreces una elección: aceptar Tus palabras o escuchar los deseos de nuestra propia naturaleza caída. Ayúdanos a ser generosos receptores de Tu gracia e instrumentos de Tu paz. Amén. Él es capaz.387

 

2025-01-28T21:41:25+00:000 Comments

Cg – Jesús sana al hijo de un funcionario Juan 4: 46-54

Jesús sana al hijo de un funcionario
Juan 4: 46-54

Jesús sana al hijo de un funcionario ESCUDRIÑAR: Ahora que Jesús está de nuevo en casa, ¿qué motiva al pueblo a darle la bienvenida? ¿Cómo explica el contraste entre la bienvenida de la multitud en Juan 4:45 y los comentarios de Yeshua en Juan versículos 44 y 48? ¿En qué se parecen o se diferencian los galileos de los samaritanos en Juan 39-42? ¿Qué motiva al funcionario real a viajar tan lejos? ¿Cómo habría respondido usted a lo que el Mesías le dijo que hiciera? ¿Cuál fue el resultado de su acción? ¿Qué indica esta señal milagrosa acerca del Señor?

REFLEXIONAR: ¿Por qué viajó el oficial real a Caná? ¿Cómo se compara el milagro de la boda con la sanación del hijo del hombre? ¿Cómo le pidió el oficial real a Cristo que lo acompañara? ¿Qué había de inusual en eso? ¿Por qué Yeshua fue tan brusco con él? ¿Cuál era la diferencia entre creer en las palabras de Jesús y creer en Él como el Mesías? ¿Qué lo convenció de creer? ¿Necesita una señal de Dios para saber que Él está ahí para usted? ¿Cuándo fue la última vez que confió plenamente en el Señor en una crisis?

La breve cosecha en Samaria fue también el comienzo del tiempo de la siembra, como Yeshua había indicado a Sus apóstoles. Cuando llegó pues a Galilea, lo acogieron bien los galileos, habiendo visto todo lo que había hecho en Jerusalén, porque también ellos habían ido a la fiesta (Juan 4:45). Fue una introducción a Su gran ministerio en Galilea. Su primer milagro no fue para que el público lo viera (vea el enlace haga clic en Bq Jesús convierte el agua en vino). Este fue para que Sus talmidim tuvieran fe en Él. El Siervo Sufriente, sin embargo, ya había comenzado Su ministerio público en Jerusalén cuando limpió el Templo (vea Bs La primera purificación del Templo por parte de Jesús). Ahora que Juan había sido encarcelado, Cristo retomó el mensaje de Su precursor, sólo que, con un alcance más amplio, instando a las multitudes a creer en el evangelio que Él defendía.

El Maestro había advertido a los doce, diciendo: En verdad os digo que ningún profeta es grato en su tierra (Lucas 4:24). Y este era el Suyo ¡el hogar de su infancia! Esto resaltaría la ironía del rechazo del judío, tan pronto después de que Jesús había disfrutado de tanto éxito entre los samaritanos. Mientras que en esta ocasión los galileos trataron a Yeshua hospitalariamente –quizás se sintieron orgullosos de su héroe local– el rabino renegado mantuvo la buena voluntad de ellos en perspectiva.

Cuando las personas obtienen lo que quieren, la fe les llega fácilmente. Pero, ¿cómo responden cuando se enfrentan a la Verdad? Cuando Cristo confrontó sus expectativas mal interpretadas, ¿cuáles elegirían ellos? Los días venideros revelarían un choque de voluntades: las expectativas humanas versus la soberanía de ADONAI. El encuentro con el funcionario real ilustró el tipo de fe que Él buscaba, entonces y ahora.377

Y vino otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino (Juan 4:46a). Cuando ponemos estos dos milagros uno al lado del otro, podemos ver que hay alguna conexión entre ellos, algo que tienen en común. Al estudiarlos, hay siete comparaciones sorprendentes.

Primero, ambos sucedieron al tercer día. En Juan 2:1 leemos: Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. Y en Juan 4:43 se nos dice: Después de los dos días [en Samaria], salió de allí hacia Galilea.

En segundo lugar, cuando María fue a ver a Jesús y le dijo que no tenían vino, Él pareció reprenderla, pero Sus comentarios en realidad eran para su propio bien (Juan 2:4); así que cuando el oficial real le pidió al Señor que descendiera y sanara a su hijo moribundo, la respuesta del Mesías pareció bastante dura, pero una vez más, en última instancia fue para su propio bien (Juan 4:48).

En tercer lugar, en cada caso vemos la respuesta obediente de aquellos a quienes Jesús dio órdenes. Jesús les dice: Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta el borde. También les dice: Sacad ahora y llevad al maestresala. Y se lo llevaron (Juan 2:7-8). Le dice el cortesano: Señor, baja antes que mi niño muera. Jesús le dice: ¡Ve, tu hijo vive! Y el hombre creyó a la palabra que le dijo Jesús, y se puso a caminar (Juan 4:49-50).

En cuarto lugar, en ambos milagros vemos la palabra en acción; en cada uno de ellos, nuestro Salvador no hizo nada más que hablar. A María le respondió(Juan 2:4a), y al oficial le dijo(Juan 4:48). Hay dos palabras principales en el Nuevo Pacto que traducen “palabra”. Logos se refiere principalmente a la Palabra inspirada total de Dios (Juan 1:1; Lucas 8:11; Filipenses 2:16; Tito 2:5; Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:23). Rema, sin embargo, se refiere a una palabra que se habla. A veces se usa explícitamente, pero muchas veces se infiere. En mis comentarios, uso Palabra para la expresión escrita y palabra para la expresión hablada.

En quinto lugar, en ambos relatos se destaca el conocimiento del que sirve. En la boda, los servidores obedecieron las órdenes de Cristo. También les dice: Sacad ahora y llevad al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino (porque no sabía de dónde provenía, aunque lo sabían los servidores que habían sacado el agua), el maestresala llama al esposo (Juan 2:8-9). Jesús le dice: ¡Ve, tu hijo vive! Y el hombre creyó a la palabra que le dijo Jesús, y se puso a caminar; y cuando ya bajaba, sus siervos le salieron al encuentro, diciendo: ¡Tu niño vive! (Juan 4:50-51).

Sexto, la consecuencia en cada caso fue que quienes presenciaron el milagro creyeron. Al concluir la boda leemos: y sus discípulos creyeron en él (Juan 2:11b), y en cuanto al cortesano (u oficial real): creyó él y toda su casa (Juan 4:53b).

Séptimo, hay una similitud intencionada en la forma en que termina cada narración. Al concluir la boda se nos dice: este principio de las señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en Él (Juan 2:11). Y después de que el hijo del oficial real fue sanado leemos: esta segunda señal hizo nuevamente Jesús después de ir de Judea a Galilea (Juan 4:54). Aquí tenemos una comparación entre dos milagros que, aunque separados en el tiempo, son los únicos milagros registrados en el Brit Hadashah que ocurrieron en Caná. 378

Y vino otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino; y había un cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaum (Juan 4:46). Y había un cortesano (oficial del rey/funcionario real) que vivía en Capernaúm, el cual oyó que Jesús había regresado de Judea (Juan 4:46b). El término traducido como cortesano u oficial del rey, (griego: basilikos) generalmente se refiere a algo o alguien asociado con la realeza: vestimenta real (Hechos 12:21), territorio real (Hechos 12:20), ley real (Santiago 2:8). Este oficial real puede haber sido un miembro de la familia extensa de Herodes Antipas. Sin embargo, es más probable que fuera un judío que estaba a cargo de esta área en particular. De todos modos, era un hombre de influencia, riqueza y privilegio, que ejercía una autoridad considerable. Se nos dice que su hijo estaba enfermo en Capernaúm (Juan 4:46c).

Éste oyó que Jesús llegaba de Judea a Galilea, y fue a Él, y le rogaba que bajara y sanara a su hijo, pues estaba a punto de morir (Juan 4:47). El viaje de Capernaúm a Caná era de unos 29 kilómetros. No sólo eso, sino que Capernaúm está a 183 metros bajo el nivel del mar y Caná está a 457 metros sobre el nivel del mar, por lo que fue un viaje cuesta arriba todo el camino. Fue un viaje muy difícil, pero, La necesidad del hombre era grande.

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Siendo un hombre de gran influencia en la zona, podemos estar seguros de que su llegada no pasó desapercibida. Pero, su comportamiento no estuvo a la altura de su posición. Inmediatamente le rogaba que bajara y sanara a su hijo, pues estaba a punto de morir (Juan 4:47b). El verbo rogar está en tiempo imperfecto, lo que indica una acción continua. Como su hijo estaba casi muerto, el oficial abandonó toda dignidad y siguió rogando y rogando al Señor que bajara y sanara a su hijo. Nótese que el padre pensó que Cristo tenía que estar físicamente presente para que se produjera cualquier sanación.

La respuesta, al principio puede parecer bastante dura: Jesús le dijo: Si no veis señales y prodigios, de ningún modo creéis (Juan 4:48). Pero esto estaba dirigido a un público más amplio que el oficial real, como indicaría el uso “vosotros” de la tercera persona del plural. No era tanto la respuesta del Maestro a la petición del hombre, sino una reflexión sobre el motivo de la petición: señales milagrosas. Esta era la actitud típica de los galileos. Como este hombre era un judío aristocráta, es probable que fuera miembro de los saduceos, que no creían en el Seol ni en ninguna otra vida, buena o mala (vea Ja ¿De quién será esposa en la resurrección?),. Ellos creían que las personas tomaban sus propias decisiones y, por lo tanto, merecían cualquier destino que les deparara esta vida. Por eso, que un saduceo suplicara repetidamente por la vida de su hijo era, cuanto menos, inusual.

Es como si Jesús realmente estuviera diciendo: “¿Vuestra fe depende de algún tipo de señal? ¿Has venido porque ya crees que YO SOY el Mesías o viniste porque necesitas ser convencido?” Sin embargo, el oficial real no se defendió ni discutió. Simplemente rogó al Señor una y otra vez: le dice el cortesano: Señor, baja antes que mi niño muera (Juan 4:49). Pero Yeshua se turbó y fue brusco porque la motivación del oficial real estaba equivocada. Aquí fue sutil, más tarde sería inconfundible (Juan 6:26-27). Buscó al Maestro como un medio para obtener lo que quería (aunque comprensible), no porque Él fuera el Mesías digno de adoración. Tan sincero como era, estaba sinceramente equivocado; el oficial real pasó por alto el panorama más amplio de la venida de Cristo.

El oficial real, sin embargo, no se rindió. En ese momento desesperado, no era un aristócrata, ni un oficial, ni un saduceo, ni siquiera un galileo. Era un padre, preocupado por su hijo moribundo. Yeshua usó su vulnerabilidad para enseñarle una lección sobre la fe que nunca olvidaría. Jesús le dice: ¡Ve, tu hijo vive! Básicamente, lo que estaba diciendo era: “Sigue con tus asuntos, tu hijo está bien”.

Jesús le dice: ¡Ve, tu hijo vive! Y el hombre creyó a la palabra que le dijo Jesús, y se puso a caminar (Juan 4:50). El hombre no pidió señal, solo creyó en lo que Yeshua dijo, pero no necesariamente en Yeshua como su Señor y Salvador. Cuando Juan usa el verbo creer sin un objeto –como en, muchas personas creyeron (Juan 1:7 y 50; 3:12 y 15; 4:41)– describe la fe salvadora en Jesús como Salvador (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe). Lo mismo es cierto de la frase, creyó en Él (Juan 3:16-17). El oficial real creyó en lo que Yeshua dijo, pero no fue la misma fe que salvó a los samaritanos (Juan 4:41). Claramente, las palabras de Jesús eran todo lo que necesitaba oír, así que se fue sin más ruegos (Juan 4:50). La palabra griega para se fue es el mismo verbo para ir que el Señor usó anteriormente.379

…y cuando ya bajaba, sus siervos le salieron al encuentro, diciendo: ¡Tu niño vive! Les preguntó, pues, la hora en que había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer, a la hora séptima, lo dejó la fiebre (Juan 4:51-52). La reacción natural hubiera sido que corriera rápidamente de regreso a Capernaúm para verificar el estado de su hijo. Pero el hombre no lo hizo. Al parecer, se dedicó a sus asuntos y pasó la noche en Caná antes de partir hacia Capernaúm por la mañana. Cuando preguntó la hora en que había comenzado a estar mejor, le dijeron: ayer, a la hora séptima (1:00 pm), lo dejó la fiebre. El rabino hacedor de milagros le había dicho que su hijo viviría y el creyó en Él.

Entonces el padre entendió que aquella era la hora (séptima) en que Jesús le había dicho: ¡Tu hijo vive! Y creyó él y toda su casa (Juan 4:53). Esta hora (séptima) corresponde a las 13:00 horas. Nótese la ausencia de cualquier objeto directo. Antes creía lo que Yeshua dijo, ahora simplemente creía. Creía en Jesús como su Señor y Salvador.

Esta segunda señal hizo nuevamente Jesús después de ir de Judea a Galilea (Juan 4:54). Este es el segundo de los siete milagros en Juan (Juan 2:1-11; 4:46-54, 5:1-15, 6:1-15, 6:16-24, 9:1-34, 11:1-44). El primer milagro fue convertir el agua en vino, y la segunda señal fue curar al hijo del oficial real.

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Sabemos por los otros relatos de los evangelios que el Maestro realizó muchos más milagros (Juan 21:25) en Galilea y Judea, y Su creciente fama se extendió como un reguero de pólvora. Mucha gente buscó su sanación física y espiritual. No tardó mucho en atraer a innumerables discípulos. Algunos creyeron en lo que decía, mientras que otros creyeron en Él como su Señor. Pero, cuando se presentó a la nación de Israel como el Mesías, ¿qué clase de Salvador buscaban? ¿Cuál era su motivación? ¿Buscaban el perdón de sus pecados o alguien que pudiera darles lo que querían? ¿Aceptarían el Reino que Él les prometía, o querían un rey de su propia creación? Cuando el Ungido se volvió hacia Jerusalén, sus seguidores se enfrentaron a una difícil elección.

Las crisis exigen decisiones que demuestren el alcance de nuestra fe. Cuando enfrentamos desastres en nuestras vidas, ¿tratamos de confiar en nuestra propia capacidad para controlar los acontecimientos? La tendencia humana es agarrar el volante y tomar el control, aunque sabemos que cuando elegimos dejar que el Señor conduzca, nos abrimos a Su paz, incluso en las circunstancias más difíciles. Pero es más fácil decirlo que hacerlo, ¿no es así?

Si violan a su hija pequeña y esta pasa por la vida con una baja autoestima y todas las consecuencias que ello conlleva; si su hijo muere en un accidente de tráfico a causa de un conductor ebrio; si su cónyuge tiene una aventura y le deja por otra; si abusan de su hijo de doce años y acaba viviendo una vida homosexual cuando sea adulto… Podría seguir con la lista…

La elección es sencilla, pero no es fácil. O bien… creer que Dios le ama y tiene en mente lo mejor para usted, sin importar las circunstancias o no creer. No hay término medio. Todos los apóstoles, excepto Juan, fueron martirizados, pero siguieron creyendo. No importa lo que suceda, Dios siempre merece nuestra confianza, como dijo Job: Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo (Job 19:25).

Padre Celestial, Usted es mi proveedor y protector. Usted renunció a Su Hijo amado por mí, para que todas Sus promesas se hagan realidad en mi vida. Lo amo y le confío mi vida.380

2025-02-02T17:20:13+00:000 Comments

Cf – Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu Mc 1:14-15 y Lc 4:14-15

Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu,
la noticia acerca de Él se difundió por toda la región
Marcos 1:14-15 y Lucas 4:14-15

Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las noticias acerca de Él se extendieron por toda la región ESCUDRIÑAR: Compare Lucas 3:21, 4:1, 14 y 18 y busque ¿cuál es el elemento común en cada uno de estos versículos? ¿Qué nos dice esto acerca de la fuente del poder de Jesús? ¿El arrepentimiento es lo mismo que la salvación? ¿Por qué si, o por qué no?

REFLEXIONAR: Si los apóstoles muestran lo que significa arrepentirse (hebreo: volverse o regresar) y creer, ¿dónde se ubica usted?: (a) ¿todavía está esperando como un pescador? (b) ¿manteniendo el viejo negocio en marcha y pasando noches y fines de semana con Yeshua? (c) ¿nadando hacia la orilla? Explíquelo.

Juan el Bautista fue el precursor del Rey porque anunció un “movimiento de regreso a Dios”. Era esencialmente un mensaje de arrepentimiento, y fue el mensaje central de todo el ministerio terrenal del Mesías. La palabra arrepentimiento fue su sermón de una sola palabra. El rabino inconformista se pararía con valentía ante las multitudes de dura cerviz y declararía: Antes bien, si no os arrepentís, todos pereceréis de igual manera pereceréis (Lucas 13:1-5). Las buenas noticias según Jesús son tanto un llamado al arrepentimiento o apartarse del pecado, como una invitación a creer. La palabra arrepentirse se traduce de la palabra hebrea shub, que es la palabra clave en el libro de Jeremías (vea el comentario sobre Jeremías Ac El libro de Jeremías desde una perspectiva judía).

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Después que Juan fue entregado, Jesús fue a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: ¡El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado! ¡Arrepentíos, y creed en el evangelio! (Marcos 1:14-15). Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda la comarca; y Él enseñaba en las sinagogas de ellos, siendo admirado por todos (Lucas 4:14-15). Así que, las noticias acerca de Él se extendieron por todas partes. Este fue el ofrecimiento oficial del Reino mesiánico, si la nación de Israel y su liderazgo, o el Sanedrín, lo aceptaban a Él.

Él estaba enseñando en sus sinagogas: ¡Arrepentíos, y creed en el evangelio! (Marcos 1:15; Lucas 4:15). ¿Qué es el arrepentimiento? Es el elemento crítico de la fe salvadora, pero uno nunca debe descartarlo como simplemente otra palabra para creer. Por un lado, el verdadero arrepentimiento siempre existe con la fe; por otro lado, siempre que hay verdadera fe, también hay un arrepentimiento genuino... los dos no pueden separarse. Tal arrepentimiento era lo que el apóstol Pablo/rabino Saulo tenía en mente cuando describió las acciones de los tesalonicenses...cómo os convertisteis desde los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero (Primera Tesalonicenses 1:9b). Observe los tres elementos del arrepentimiento: volverse a Dios, apartarse del pecado y servir al Dios vivo y verdadero. La verdad sencilla es que un cambio de mentalidad dará como resultado un cambio de comportamiento.

El arrepentimiento no es simplemente avergonzarse o sentirse arrepentido por haber pecado, aunque el arrepentimiento genuino siempre implica un elemento de remordimiento. Es una decisión deliberada de cambiar su vida. El arrepentimiento no es simplemente una obra humana, sino que por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no es de vosotros, es el don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). No es simplemente una actividad mental, sino que involucra el intelecto, la voluntad y las emociones.

Las emociones son parte del arrepentimiento, pero no marcan el camino. Muchos piensan que tienen que sentir algo antes de poder ser salvos. Pero es importante entender que nuestras emociones son el vagón de cola, no el motor. Las emociones vendrán, pero no marcarán el camino, ni deberían hacerlo. Sentir remordimiento por lo que usted ha hecho en su vida no es, en sí mismo, un verdadero arrepentimiento. Judas, por ejemplo, sintió remordimiento (Mateo 27:3), pero no se arrepintió. El joven rico se fue triste (Mateo 19:22), pero no se arrepintió. El arrepentimiento no es salvación... conduce a la salvación. Segunda Corintios 7:10 dice: Porque la tristeza que es según Dios, causa arrepentimiento para salvación sin remordimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte. Es difícil imaginar estar verdaderamente arrepentido sin al menos un elemento de tristeza, no por haber sido descubierto, no es tristeza por las consecuencias que se deben enfrentar, sino un sentimiento de tristeza por haber pecado contra Dios. El arrepentimiento cambia la esencia de quién es usted.375

El arrepentimiento no es un acto que se realiza una sola vez. Este comienza en la conversión y comienza un proceso progresivo, que dura toda la vida, para llegar a ser de la misma forma de la imagen de su Hijo (Romanos 8:29b) (vea Bw Lo que Dios hace por nosotros en el momento de la fe). Esta actitud continua de arrepentimiento produce pobreza de espíritu, duelo y mansedumbre de la que habló Yeshua en el Sermón del Monte (vea Da El Sermón del Monte). Esta es la marca de un verdadero creyente.

¿Qué pasa con aquellos que dicen ser creyentes, pero en realidad son lobos con piel de oveja? (vea el comentario sobre Judas Ah ¿Personas sin Dios se han infiltrado entre ustedes?). ¿Perdieron su salvación? No, Dios no lo quiera (vea Ms La seguridad eterna del creyente). Juan lo dijo de esta manera: Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestara que no todos son de nosotros (Primera Juan 2:19). En realidad, nunca fueron creyentes, para empezar. Entonces, ¿cómo podemos saber quién es creyente y quién no?

Si el arrepentimiento es genuino, podemos esperar que produzca resultados observables. No debemos juzgar a los demás, pero se supone que debemos ser inspectores de fruto, (vea el comentario sobre Judas As Son árboles de otoño sin fruto, olas frenéticas del mar que espuman su vergüenza, estrellas errantes). Jesús lo dijo de esta manera: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede un árbol bueno dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así que, por sus frutos los reconoceréis (Mateo 7:15-20). En el tiempo del Señor hubo quienes, y hoy los hay, que dan la espalda al pecado, a la incredulidad y a la desobediencia, y abrazan al Mesías con una fe que obedece. El suyo es el verdadero arrepentimiento, demostrado por la justicia que produce. Ellos son los verdaderamente justos. Y ese era el objetivo último cuando Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu… proclamando el evangelio de Dios.376

2025-01-29T13:59:27+00:000 Comments

Ce – El Programa del Rey Mesías Mateo 4: 17

El Programa del Rey Mesías
Mateo 4: 17

Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 4:17).

El Santo, bendito sea, se sentará y expondrá [sobre] la nueva Torá que Él entregará a través del Mesías. “Nueva Torá” significa los secretos y los misterios de la Torá que han permanecido ocultos hasta ahora” (Midrash Talpiot 58a).374

Después de Su bautismo y los cuarenta días de prueba subsiguientes en el desierto, Yeshua había completado la preparación requerida, y luego comenzó Su verdadero programa mesiánico para Israel. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 4:17). El alejamiento del pecado es el elemento clave en el judaísmo tradicional. El arrepentimiento o retorno (teshuvá) abarca más que un simple cambio de corazón, es realmente girar e ir en una dirección diferente. La palabra (shub) significa volver y es clave en el libro de Jeremías, ya que el profeta llorón trató en vano de persuadir al rebelde Israel de que se arrepintiera de su camino destructivo. En el programa mesiánico, el llamado es a arrepentirse de aquello que no alcanza el objetivo espiritual que ADONAI ha puesto ante nosotros. Es importante notar que Israel no fue llamado a convertirse a una religión diferente o a un Dios diferente; sino más bien, a dar la vuelta y regresar al Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

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Mateo usa la frase “el reino de los cielosen lugar de “el reino de Dios” porque estaba hablando a una audiencia judía. Los judíos de entonces, así como muchos de hoy, evitaban usar la palabra “Dios”. Algunos sustituyen el nombre de Dios por el nombre ADONAI, el SEÑOR, o Ha’Shem, que significa el Nombre, por el nombre de Dios. Si lo escriben en español, ellos lo escribirán: “D-os”; por reverencia a Su nombre. El público al que se dirige Mateo entendería su sustitución de la palabra cielo en lugar de la palabra D-os. En consecuencia, el reino de Dios y el reino de los cielos significan efectivamente lo mismo. Establecer el reino de los cielos ha sido la esperanza fundamental dada a Israel en la Torá/Ley (Éxodo 19:6), los Profetas (Isaías 11:1-9) y los Escritos (Primera Crónicas 29:11). Por lo tanto, tiene sentido que los judíos concluyan que el Mesías sería el Rey sobre Su Reino en la tierra (Isaías 9:6). Dado que Yeshua era el Rey Mesías prometido, no fue sorprendente que comenzara Su ministerio público con un anuncio de que Su Reino estaba cerca.

Ntd: vea Daniel 2:44

2025-01-28T20:12:16+00:000 Comments

Cd – La aceptación de Jesús en Galilea Juan 4: 43-45

La aceptación de Jesús en Galilea
Juan 4: 43-45

Después de dos días [en Samaria], Jesús salió de allí hacia Galilea (Juan 4:43). Esta fue la primera gran gira de predicación de Cristo.

Porque Jesús mismo testificó que un profeta no tiene estima en su propia patria. Cuando llegó pues a Galilea, lo acogieron bien los galileos, habiendo visto todo lo que había hecho en Jerusalén, porque también ellos habían ido a la fiesta (Juan 4:44-45).

Los samaritanos creyeron en Jesús, no por la historia de alguien más, sino porque ellos mismos lo habían oído hablar de una manera que nunca antes habían oído y muchos más creyeron a causa de la palabra de Él (4:41). Los galileos creyeron en Él, no porque alguien les hubiera hablado de Él, sino porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén en la fiesta de Pascua, porque también habían estado allí. Ni los samaritanos ni los galileos podían refutar las palabras ni los hechos del Mesías.372

El ministerio de Jesús en Judea siguió a la fiesta de Pascua en abril del año 26 dC, y duró probablemente, hasta aproximadamente el mes de diciembre siguiente. Esto sería coherente con la expresión que Yeshua usó cuando habló con Sus discípulos (Talmidim) en el pozo de Jacob: ¿No decís vosotros: aún faltan cuatro meses, y viene la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y contemplad los campos, porque están blancos para la siega (Juan 4:35). La cosecha en aquellas regiones era de abril a mayo. Parece que los apóstoles volvieron a sus antiguas ocupaciones durante unos cuatro meses, y el gran ministerio galileo, que comenzó en algún momento del otoño del año 27 dC, duró aproximadamente un año y medio o hasta la primavera del año 29 dC.

La profecía señalaba a Galilea como el lugar del amanecer de una nueva era de esperanza. El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz, Y a los asentados en región y sombra de muerte, Una luz les amaneció (Mateo 4:16), (haga clic en el enlace y vea el comentario sobre Isaías, Cj- Él honrará a Galilea de los gentiles). Isaías habló de esa profecía ocho siglos antes de la venida de Cristo, mientras los israelitas todavía estaban agobiados por el yugo de Asiria.

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Era apropiado que el enfoque del ministerio de Jesús encontrara su mayor expresión en Galilea. Era la zona más hermosa, productiva y más poblada de Palestina. El brillante y soleado Mar de Galilea con sus robustos pescadores, rodeado de una hermosa región, era un lugar apropiado (si es que podía haber alguno) para servir como escenario para Su Buena Nueva. Galilea de los gentiles era la cuna del evangelio universal. Al Rabino hacedor de milagros le gustaba mezclarse entre la multitud. Él amó a la humanidad y allí encontró una densa población formada por todo tipo de personas. El Mesías apareció en el horizonte de su pueblo elegido (Primera Pedro 2:9), como un sol brillante de amor anhelante. Como el Maestro principal, Su gran sabiduría iluminó Galilea como una gran luz en medio de sus tinieblas.373

2025-01-28T19:57:16+00:000 Comments

Cc – Muchos samaritanos creen Juan 4: 39-42

Muchos samaritanos creen
Juan 4: 39-42

Muchos samaritanos creen ESCUDRIÑAR: Dadas las barreras sociales entre judíos y samaritanos, ¿qué le enseñan estos versículos acerca de Jesús?

REFLEXIONAR: ¿Qué tuvo de significativo el hecho de que el Señor eligiera a una mujer samaritana como la primera persona a quien se le reveló? ¿Qué aprende usted de la mujer acerca de ser testigo?

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Y salieron de la ciudad y fueron a Él (Juan 4:30); cuando los habitantes de Sicar se dirigieron hacia Él, Jesús se conmovió profundamente. Esto fue un presagio de cómo el pueblo de fuera de Israel vendría más tarde a Él. Y de aquella ciudad muchos de los samaritanos creyeron en Él a causa de la palabra de la mujer, que daba testimonio: ¡Me dijo todo lo que hice! (Juan 4:39). ¡Qué contraste entre ella y la recepción que recibió Yeshua de los líderes religiosos en Jerusalén! Lucas escribió: Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Éste recibe a pecadores y come con ellos (Lucas 15:2). A los escribas también se los llama maestros de la Torá. Se indignaron porque estaba dispuesto a hablar con prostitutas y pecadores como esta mujer. Se burlaban de Él abiertamente, diciendo: ¡He aquí un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y pecadores! (Mateo 11:19b). Se ofendieron, por ejemplo, cuando Jesús fue a la casa de Zaqueo. Pero al verlo, todos murmuraban, diciendo: Entró a hospedarse con un hombre pecador (Lucas 19:7).

Los fariseos, saduceos y maestros de la Torá eran arrogantes, creyendo que cuando viniera el Mesías, Él los justificaría. Los samaritanos, sin embargo, tenían la opinión opuesta. Ellos sabían lo que el Mesías había prometido. Aunque la Torá era la única parte del TaNaJ en la que creían, las promesas mesiánicas todavía estaban allí. Como nuestro Salvador había declarado a los fariseos: Si creyerais a Moisés, creeríais en mí, porque de mí escribió él (Juan 5:46). En Deuteronomio 18:18a, por ejemplo, ADONAI prometió un gran Profeta, un portavoz nacional como Moisés, diciendo: Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú, y pondré Mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que Yo le ordene. La Torá también incluía promesas conocidas sobre la Simiente de la Mujer que aplastaría la cabeza de la Serpiente (Genesis 3:15); y la Simiente de Abraham, en quien todas las naciones serían bendecidas (Genesis 12:1-3). Así fue como la mujer samaritana supo que el Mesías vendría.371

Los rabinos enseñaron que todo Israel tendrán una parte en el mundo venidero (Masekhet Avot 1:1). Pero los samaritanos no estaban tan seguros de sí mismos. Tenían un sentido definido de que ellos eran pecadores. Cuando pensaban en la venida del Mesías, probablemente ellos lo esperaban con cierto temor. Pero cuando uno de los suyos anunció que Él había venido y la había aceptado a ella a pesar de su vida de pecado, el pueblo acudió corriendo.

De manera que cuando los samaritanos llegaron a Él, le rogaban que permaneciera con ellos; y se quedó allí dos días. Y muchos más creyeron a causa de la palabra de Él, y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo (Juan 4:40-42); la mujer sembró y Jesús cosechó. Este fue un avivamiento notable y debe haber cambiado por completo a toda la ciudad.

A los tres años del encuentro de Cristo con la samaritana nació la comunidad mesiánica (iglesia), que creció muy rápidamente y se ramificó desde Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8). Esto se refería a la mujer samaritana y a la gente de Sicar, quienes pronto podrían encontrar compañerismo y enseñanza donde no habría hebreo ni samaritano. No hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni hembra: porque todos vosotros sois uno solo en Jesús el Mesías (Gálatas 3:28).

2025-01-28T19:49:14+00:000 Comments

Cb – Los apóstoles se reúnen con Jesús Juan 4: 27-38

Los apóstoles se reúnen con Jesús
Juan 4: 27-38

Los apóstoles se reúnen con Jesús ESCUDRIÑAR: ¿Por qué se sorprendieron los doce al encontrar a Jesús hablando con una mujer samaritana? ¿Por qué ella dejó su cántaro de agua? ¿Cómo se malinterpreta una vez más la expresión retórica del Mesías (Juan 2:19, 3:3 y 4:10)? ¿Por qué Él continúa hablando así? ¿En qué sentido la voluntad de Dios es como alimento para Él?

REFLEXIONAR: Teniendo en cuenta su interés en las cosas espirituales esta semana, usted: ¿se ha parecido más a los talmidim o a la mujer? ¿Por qué? ¿Qué le distrae de su caminar con el Señor? ¿De qué manera hacer la voluntad de Dios le proporciona los mismos elementos esenciales que la comida? ¿Qué aprende acerca de ser testigo?

Los apóstoles habían ido a la ciudad para conseguir algo de comer para ellos y su Rabino. El Señor deseaba tener un tiempo a solas con esta mujer samaritana con el propósito de evangelizar. Si ellos se hubieran quedado, sólo habrían estorbado, pero ahora el propósito se había cumplido.

La Gracia había logrado una gloriosa victoria.

En esto llegaron sus discípulos, y se extrañaban de que hablara con una mujer. Sin embargo, nadie dijo: ¿Qué buscas, o qué hablas con ella? (Juan 4:27). La idea judía acerca de las mujeres era muy degradante. Los rabinos enseñaban que ningún hombre debía hablar con una mujer en la calle, ni siquiera con su propia esposa, y especialmente no hablar con otra mujer. Pero, aún más, los rabinos decían que todo hombre que habla con una mujer se causa un mal a sí mismo, pone fin a la Torá y, en última instancia, hereda el Gehinnom (Gehenna o Geenna). Esta obvia violación de las normas sociales judías podría haber sido extremadamente incómoda para los apóstoles, y más aún para la mujer samaritana. Pero nadie preguntó: “¿Qué quieres?” o “¿Por qué estás hablando con ella?”. ¡Ya era bastante malo hablar con un hombre samaritano, y más aún con una mujer samaritana!

Entonces la mujer dejó su cántaro y fue a la ciudad (Juan 4:28a). Había venido al pozo en busca de agua literal para satisfacer una necesidad física. Pero, cuando encontró el agua viva para vida eterna (Juan 4:14b), ya no necesitaba el cántaro. Lo mismo sucede hoy. Una vez que percibimos a Yeshua claramente; una vez que hay un momento de claridad espiritual del alma; una vez que Él es conocido y recibido como nuestro Señor y Salvador, habrá un alejamiento de aquello en lo que nuestra mente carnal estaba centrada de antemano. Su mente estaba en Cristo y no pensaba en el pozo, el agua ni en su cántaro. La gloria del Mesías era entonces su única meta. Tenía un solo propósito porque lo conocía, no de una fuente de segunda mano, sino de experiencia personal. Inmediatamente, ella comenzó a contárselo a otros.364

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Su respuesta fue típica de los nuevos creyentes, una de las evidencias de una fe auténtica. La persona que acaba de ser liberada de la carga del pecado y la culpa, siempre quiere compartir las Buenas Nuevas con los demás. La emoción de la mujer habría sido palpable. Ya no estaba evitando los hechos de su pecado. Ella estaba disfrutando del resplandor del perdón sin vergüenza.365 Y dice a los hombres: ¡Venid! ¡Ved a un hombre que me dijo todo lo que hice! ¿No será éste el Ungido? (Juan 4:28b-29). Fue como que Él podía leer su mente; se preguntó: ¿será éste el Mesías? La construcción griega de esta oración anticipa una respuesta negativa. Era como si estuviera diciendo: “no podría ser el Mesías, ¿verdad?”. Sin embargo, luego la mujer samaritana presentó evidencia para sugerir que ella, de hecho, creía que Yeshua era el Mesías.

El interludio entre la conversación de Jesús con la mujer y Su ministerio con el resto del pueblo, nos permite ver por qué Juan incluye este incidente en su evangelio. A Yeshua le era necesario pasar por Samaria (Juan 4:4) para redimir a esa mujer, que trajo a todo su pueblo a Cristo con su testimonio. Pero, igualmente importante, tuvo que pasar por Samaria para dar a Sus talmidim entrenamiento clave en evangelismo. Este fue el propósito del Señor al venir a la tierra y el llamado de Sus apóstoles. Además, fue una lección tangible sobre la primera regla del nuevo Reino: la obediencia a la Palabra de Dios es más importante y más satisfactoria que satisfacer cualquier mera necesidad física (Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4; Lucas 4:4).366

Los versículos 31-38 forman un paréntesis, y nos cuentan algo de lo que sucedió durante el intervalo que siguió a la salida de la mujer del pozo, y a la llegada de los samaritanos a Cristo, debido al testimonio de ella acerca de Él (vea el enlace haga clic en Cc Muchos samaritanos creen). Registran un relato de primera mano que tuvo lugar entre el Señor y Sus talmidim. Ellos habían regresado para escuchar Sus comentarios finales de la mujer, una pecadora notoria, sobre sus cinco maridos y el efecto que esto tuvo en ella cuando fue a evangelizar la ciudad de Sicar.

Un poco más temprano en el día, los apóstoles habían dejado al rabino de Galilea sentado junto al pozo, cansado del largo viaje. Mientras tanto, ellos se fueron, compraron algo para comer y volvieron. Pero, Él no mostró ningún deseo por ello. En lugar de encontrar al Mesías cansado y débil, los doce descubrieron que estaba lleno de energía renovada. Había recibido un sustento que ellos no podían entender. Sin embargo, persistieron: Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabbí, come (Juan 4:31). A ellos, Sus palabras los desconcertaron. ¿Por qué Él no tiene hambre?

Jesús pasó una vez más de lo físico a lo espiritual. Él ya tenía Su alimento espiritual. Él les dijo: Yo tengo una comida para comer, que vosotros no sabéis (Juan 4:32). El corazón de Cristo había sido alimentado. Su espíritu había sido vigorizado. El gran Dador de dones había recibido uno para Sí Mismo. La paz y la alegría son parte de la bendición que viene de hacer la voluntad de ADONAI. Y el creyente obediente recibe aquello que el mundo no puede entender. Este fue un momento de enseñanza para Sus talmidim.

Se decían entonces los discípulos unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Les dice Jesús: Mi comida es que Yo haga la voluntad del que me envió y termine su obra (Juan 4:33-34). Ellos estaban pensando en términos físicos, no espirituales. La palabra Mi está en la posición enfática de la oración. La obra que Jesús hizo no fue meramente humana, fue la de Aquel enviado por Dios. Muy a menudo en el evangelio de Juan, el REY de reyes declara que la obra que Él hace es la que el Padre tiene para que haga Él (Juan 5:30, 6:38, 7:18, 8:50, 9:4, 10:37, 12:49-50, 14:31, 15:10, 17:4). El corazón de Dios tiene hambre de alcanzar a aquellos que no lo conocen a Él. Eso es lo que impulsó al Siervo Sufriente. De hecho, el verbo terminar o completar (del griego: teleióo o teleioso), es similar al que se usó en la cruz en Juan 19:30, cuando Jesús clamó: consumado es (griego: teleo o tetelestai).367

Fue enviado por Dios. Una y otra vez, Juan habla del envío de Yeshua por Ha’Shem. Hay dos palabras griegas que el autor inspirado usa para enviar. Está exapostelo (o apostellein), que se usa diecisiete veces, y apostelo (o pempein), que se usa veintisiete veces. Entonces, hay cuarenta y cuatro veces en Juan donde el Señor habla de ser enviado. El rabino galileo era uno que estaba bajo órdenes. Él era el Dios hombre.

¿No decís vosotros: aún faltan cuatro meses, y viene la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y contemplad los campos, porque están blancos para la siega (Juan 4:35). El año agrícola judío se dividía en seis períodos de dos meses: (octubre-noviembre) la época de la siembra, (diciembre-enero) el invierno, (febrero-marzo) la primavera; (abril-mayo) la cosecha, (junio-julio) el verano y (agosto-septiembre) el tiempo de calor extremo. En otras palabras, Él estaba diciendo: “ustedes tienen un proverbio: si siembras la semilla, debes esperar al menos cuatro meses”, antes de que puedas tener la esperanza de comenzar y levantar la cosecha”. Sicar está en una región famosa por su maíz. La tierra agrícola era muy limitada en la rocosa y pedregosa Palestina; prácticamente en ningún otro lugar del país alguien podía mirar hacia arriba y ver campos ondulantes de trigo dorado. Cuando Jesús levantó la vista, vio a los samaritanos salir de la ciudad y subir la colina hacia Él. Pocos cultivos son blancos en el momento de la cosecha, y ciertamente no el maíz. Así que parece que los samaritanos llevaban prendas blancas, que resaltaban contra el trigo dorado y el cielo azul. Mientras el Señor pasaba la mirada y la mano alrededor, dijo: Alzad vuestros ojos y contemplad los campos, porque están blancos para la siega (Juan 4:35); blancos (del griego: leukos). El Maestro estaba diciendo a sus discípulos que el tiempo de espera había pasado; que los campos ya estaban “blancos”, lo que significa que los tallos de los cereales ya estaban maduros, con espigas listas para la cosecha. Habían tardado cuatro meses en crecer; pero en Samaria ¡era tiempo de cosechar! Y esta fue la cosecha que Él quería que Sus talmidim vieran.368 El Mesías largamente esperado había llegado. El tiempo de Dios era ahora. La Palabra debía ser sembrada, y la cosecha espiritual los estaba esperando, como ellos vieron ante sus propios ojos.

Esto fue lo que enseñó Jesús en su instrucción apostólica: Ya el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra se alegre juntamente con el que siega” (Juan 4:36). Para los israelitas, la siembra era un tiempo triste y agotador; la cosecha era el tiempo de alegría. Los que siembran con lágrimas, Segarán con regocijo. Aunque vaya llorando el que lleva la preciosa semilla, Volverá cargando sus gavillas con regocijo (Salmo 126:5-6). Algo increíble había sucedido a causa de este nuevo alimento espiritual. El sembrador y el que cosecha podían regocijarse al mismo tiempo.

Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra y otro el que siega (Juan 4:37). Luego nuestro Salvador prosiguió haciendo dos aplicaciones.

Primero, Él dijo: Yo os envié a segar lo que vosotros no habéis labrado (Juan 4:38a). El Señor dijo a sus talmidim que cosecharan una cosecha que no fue producida por su trabajo. Con esto el Mesías quiso decir que Él estaba sembrando la semilla. Llegaría un día cuando los apóstoles saldrían al mundo y cosecharían una cosecha que la vida y la muerte de Yeshua habían sembrado.

Y, en segundo lugar, Yo os envié a segar lo que vosotros no habéis labrado; otros han labrado, y vosotros habéis entrado en su labor (Juan 4:38). El Nazareno les dijo a los doce que llegaría un día en que ellos sembrarían y otros cosecharían después de ellos. Habría un tiempo cuando el remanente creyente enviaría trabajadores al campo, pero nunca verían la cosecha. Algunos de ellos morirían como mártires, pero como dijo una vez Tertuliano, el Padre de la Iglesia del siglo II: “La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia”. Es como si Cristo dijera: “Habrá un tiempo cuando usted trabajará y no verá nada de ello. Algún día usted sembrará y morirá antes que la cosecha se recoja. No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí (Juan 14:1). La siembra no es en vano; la semilla no se desperdiciará. Otros serán testigos de la cosecha que no se les dio a ustedes para que la vieran”.369

El testimonio de la mujer samaritana tuvo un efecto indudablemente positivo. Los habitantes de Sicar salieron de la ciudad y fueron a Él (Juan 4:30), se encaminaron hacia la colina en dirección a Jesús. Ellos se sintieron irresistiblemente atraídos hacia el Hombre que posiblemente era su Salvador.

Los apóstoles revelaron varias actitudes que con frecuencia nos impiden entrar en los campos de cosecha.

En primer lugar, nos desanima el prejuicio o la intolerancia. Cuando los apóstoles vieron al Maestro hablando con una mujer samaritana, no pudieron aceptarlo. Para ellos, ella estaba en lo más bajo de lo bajo, de la escala social. Cuando somos sinceros con nosotros mismos, debemos enfrentar el hecho de que nos preocupamos por la salvación de algunas personas más que por otras. Y aunque sea difícil de admitir, esperamos que algunas almas despreciables y viles nunca escapen de la oscuridad del infierno. Afortunadamente, nuestro Creador no nos clasifica en la escala de méritos. Todos somos indignos de la salvación (Romanos 3:23), pero igualmente amados por Él.

En segundo lugar, nos absorben los detalles cotidianos de la vida. Los talmidim no pudieron dejar de pensar en la comida el tiempo suficiente para notar la emoción de su rabino. Lo dejaron cansado, hambriento y sediento por el viaje. Pero, cuando regresaron, lo encontraron rebosante de energía. Cualquiera que fuera un poco perspicaz debería haber dejado a un lado la comida y haberle preguntado al Señor qué lo hacía tan enérgico, pero no lo hicieron esos apóstoles aún cortos de vista. Pasamos la mayor parte de nuestro día lidiando con las llamadas necesidades de la vida: cuidar de nuestros hijos, cumplir horarios, ganarnos la vida. Jesús tenía un plan estratégico para Su evangelización. ¿Lo tiene usted? Haga una lista de las “diez personas más buscadas” por las que orar y observe cómo el Espíritu Santo actúa.

Tercero, nos dejamos llevar por la inacción ante la promesa del mañana. No apreciaron la urgencia de su llamado. Yeshua usó un proverbio popular entre los agricultores de su época: faltan cuatro meses y luego viene la cosecha, para impulsarlos a ellos a la acción. En efecto, dijo: ¡el momento es ahora! no más espera. Pero nosotros postergamos y presumimos del mañana. Mientras tanto, la muerte sigue cosechando. Además, el tiempo antes del regreso del Señor se acorta cada vez más.370

 

2025-01-29T13:52:56+00:000 Comments
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